¿Por qué Argentina logró quebrar el maleficio de 36 años y volver a ser campeón mundial?
La clave de un grupo que se consolidó en 2019 con un estilo de juego definido y un conjunto de jugadores decididos a hacer historia. Con la mejor versión de Lionel Messi con la albiceleste y una renovación que le aportó frescura, Argentina transformó en realidad la ilusión de alcanzar la tercera estrella.
Los años 1978 y 1986 estaban marcados a fuego en el fútbol argentino porque hasta ayer habían sido las únicas dos fechas que emparentaban a la Argentina con la frase ‘campeón del mundo’. El estadio Monumental de Buenos Aires y el Azteca del DF de México eran los únicos dos escenarios que habían visto a un capitán de la Albiceleste alzar el trofeo dorado: Daniel Passarella primero y Diego Maradona después. Pero a partir del 18 de diciembre de 2022 se suma el estadio Lusail de Doha y Lionel Messi a la línea de tiempo de gloria del fútbol celeste y blanco.
El mundo se rinde a los pies de Messi y compañía pero ¿cuáles fueron los diez motivos que llevaron a romper el maleficio de 36 años, permitirle a Leo cumplir con su sueño en su ¿última? Copa del Mundo y qué deja esta gesta para el futuro? Son todas preguntas a las cuáles le buscaremos una respuesta en diez pasos.
1) Luego de la conquista de América, este plantel tuvo fortaleza mental y argumentos futbolísticos para ser campeón del mundo. Nunca un vigente campeón de América había logrado refrendar como rey del continente como campeón del mundo y esta Selección Argentina lo consiguió en una línea mágica entre el Maracaná y el Lusail.
La fortaleza mental resultó fundamental para que cada paso fuera firme en pos de conseguir el objetivo. Además se respetó siempre un estilo durante los cuatro años del ciclo Scaloni en medio de una renovación en el paso de una generación a otra con tres referentes de la ‘Vieja Guardia’: el capitán Lionel Messi, el cacique Nicolás Otamendi y el emblema Ángel Di María.
2) La posibilidad de contar con el mejor Messi, pero respaldado por un equipo. El capitán y emblema de la Selección jugó su mejor Mundial de los cinco que disputó: hizo goles en primera fase, octavos, cuartos, semifinal y final. Sin embargo, a diferencia de otros tiempos donde la ‘Albicelste’ fue ‘messidependiente’, en Doha tuvo un equipo que lo acompañó, lo cobijó y lo potenció.
Como en la Copa del Mundo de Brasil, donde Alejandro Sabella logró que Leo se sienta cómodo jugando con la camiseta de la Selección, en estos últimos tres años el liderazgo y la ascendencia del capitán sobre sus compañeros, los dirigentes, el cuerpo técnico y los hinchas se potenció por mil para convertir siete goles (en seis de los siete encuentros) y brindar siete asistencias, al igualar a Maradona en 1986 con diez intervenciones directas en goles.
3) Una defensa sólida con sólo algunos descuidos en los segundos tiempos y un arquero decisivo. La última línea argentina fue un clave en un Mundial donde recibió siete goles con momentos de confusión como el arranque del primer tiempo del debut ante Arabia Saudita, el final del encuentro ante Australia por octavos de final, la recta final de los cuartos ante Países Bajos y el desenlace del tiempo regular ayer ante Francia.
Sin embargo, tanto la defensa en formato de tres, cuatro o cinco jugadores tuvo puntos altos como Nicolás Otamendi como emblema y buenos pasajes de los laterales, Cristian ‘Cuti’ Romero y Germán Pezzella durante toda la Copa del Mundo. A esto hay que sumar grandes intervenciones fundamentales de un sello distintivo de esta Selección: el arquero Emiliano ‘Dibu’ Martínez tanto en el tiempo regular como en la definición por penales.
4) Un mediocampo que mutó hasta encontrar su mejor funcionamiento. Tenía una fisonomía definida antes de la Copa del Mundo con Giovanni Lo Celso, Leandro Paredes y Rodrigo De Paul, pero el primero se cayó antes del inicio de la Copa del Mundo y el segundo dejó su lugar tras el primer partido y los primeros 45 minutos ante México para dejarle su lugar a Enzo Fernández.
En ese contexto Alexis Mac Allister se quedó con la vacante de Lo Celso y luego tuvo como eventuales reemplazos Exequiel Palacios y Guido Rodríguez, clave en el duelo ante los mexicanos. También utilizó a Marcos Acuña en esta zona durante la final replicando lo mismo hecho en la final de la Copa América ante Brasil.
5) La ofensiva encontró en Julián Álvarez el poderío de gol, Ángel Di María otra vez decisivo en la final y un Messi extraterrestre. Con 15 goles convertidos por seis jugadores: Lionel Messi (7), Julián Álvarez (4), Alexis Mac Allister, Nahuel Molina Lucero, Enzo Fernández y Ángel Di María. Además de Lionel y Julián, el tercer elemento en ofensiva comenzó siendo Ángel y terminó siendo el propio Di María con apariciones de Alejandro ‘Papu’ Gómez, Ángel Correa, Thiago Almada y Paulo Dybala.
Los 23 jugadores de campo tuvieron al menos un minuto en cancha en una situación que le brindó orgullo a todo el cuerpo técnico con sólo Franco Armani y Gerónimo Rulli sin actividad en la Copa del Mundo.
6) Un cuerpo técnico que potenció a los jugadores y logró manejar las tensiones. Si bien Lionel Scaloni nuclea los elogios de todo lo realizado en los planteamientos tanto en este Mundial como en el ciclo, el éxito es de todo el cuerpo técnico que incluye, entre otros, a Pablo Aimar, Roberto Fabián Ayala y Walter Samuel.
La confianza mutua del plantel con el cuerpo técnico resultó fundamental para llegar al objetivo de alcanzar el tercer título mundial tras los éxitos alcanzados en 1978 y 1986.
7) Los hinchas construyeron un apoyo incondicional y fundamental. Los miles y miles de fanáticos que convirtieron en cada presentación argentina en cualquier estadio porteño, bonaerense, cordobés, mendocino, salteño, rosarino, santanfesino…
Con un repertorio de canciones renovado y un ‘Muchchos….' que explotó tanto en las calles de Doha como en cualquier rincón del país, la Selección Argentina fue verdaderamente local en cada una de sus siete presentaciones con alta presencia del rival en los dos partidos ante Arabia Saudita y México.
8) El peso de la mochila histórica que dejó atrás con la Copa América. Como había sucedido el año pasado con la consagración como campeón de América en el Maracaná luego de 28 años, en Doha se cortó una racha de 36 años sin títulos del mundo.
Fueron barreras que fue quebrando esta ‘Scaloneta’ que, como bien explicó el DT ayer en conferencia de prensa, suponía una expectativa muy grande por parte de la gente en un tema que fue de charla con el capitán Lionel Scaloni luego de las eliminatorias.
El juego por sobre las urgencias siempre fue una premisa que le permitió inflar el pecho tanto a jugadores como CT.
9) Generar un clima de fair play que propició tener apoyo de muchas partes del mundo. Más allá de lo que generaron algunos medios europeos -principalmente españoles- tras la victoria ante Países Bajos, este plantel siempre se caracterizó por jugar con corazón pero con fair play cada partido. Sin declaraciones fuera de lugar y siempre respetando al rival se ganó este grupo el respeto de los rivales.
Esta identificación, potenciada por mil con la figura de Lionel Messi, generó que el título logrado ayer se festeje en toda Latinoamérica y en diversas partes del mundo, siendo una conquista que fue mucho más allá de los propios argentinos.
10) El hilo Maradona-Messi. Al ser el primer Mundial sin Diego y el ¿último' de Leo se generaron grandes expectativas sobre la presentación de Argentina en Qatar. Fueron recurrentes los recuerdos del ex capitán y también las probabilidades de futuro del actual tras su paso triunfal en Doha.
Maradona ya es una bandera innegable para la eternidad de los argentinos y Messi lo será aún cuando todos soñamos que todavía tenga muchas ganas de vestir la celeste y blanca ¿hasta 2026 y llegar al Mundial con 39 años? Scaloni ya le abrió la puerta.