Argentina contra todos
El seleccionado argentino pasó de ser amado por la presencia de Lionel Messi al más detestado por su último comportamiento. La condena por el desahogo ante Países Bajos en un partido que quedará para el recuerdo. Mensajes, editoriales y titulares sensacionalistas que alimentan al monstruo.
"Sabemos ganar y sabemos perder. Perdimos con Arabia el primer partido y nos fuimos calladitos. Cuando ganamos la Copa América, en Brasil se dio la imagen más linda de deportividad con (Lionel) Messi, Neymar, (Leandro) Paredes y otros jugadores sentados en la escalera del túnel de vestuario del Maracaná. Yo no compro esa de que no sabemos ganar. Tenemos que desterrarlo eso, porque un poco de orgullo tenemos que tener”.
La declaración pertenece a un Lionel Scaloni que este lunes se sentó en conferencia de prensa con la idea clara de defender a sus futbolistas frente a las graves y por momentos injustificadas agresiones que están recibiendo por parte de los medios periodísticos europeos que juzgan la imagen que dejaron el último viernes, cuando vencieron a Países Bajos en lo que posiblemente haya sido el partido más hablado, picante y emocionante de la Copa del Mundo 2022.
El combinado albiceleste llegó a este Mundial de Qatar con una imagen completamente distinta a la que ahora se intenta esparcir desde el ‘Viejo Continente’, principalmente desde España. Y si nos ponemos puntillosos, con epicentro en Madrid, ciudad donde impera la lógica del Real Madrid y la rivalidad histórica con Lionel Messi por su pasado con el Barcelona.
La victoria sufrida de Argentina y el posterior desenlace con los festejos y las cargadas generó todo un debate que a día de hoy se sigue dando en las redes sociales. De un lado españoles, mexicanos, neerlandeses, portugueses, alemanes e ingleses dan lecciones de moral sobre cómo se debe festejar una victoria; del otro tenemos lógicamente a los argentinos, al incondicional pueblo de Bangladesh y algunas expresiones sudamericanas y africanas.
Lo increíble de todo esto es que la ‘Scaloneta’ llegaba a este Mundial con una imagen pulcra. Campeones de América, con una joven camada que empieza a dominar la escena europea y, por si faltara poco, probablemente la última participación de Messi en este tipo de eventos. Y para colmo estamos observando a un Messi que, si bien no está mostrando su mejor versión futbolística en comparación con otras etapas, sí está teniendo su mejor participación mundialista a fuerza de goles clave, apariciones determinantes y un liderazgo muy marcado.
El partido ante Países Bajos comenzó mucho antes del viernes. Para el plantel argentino el puntapié inicial se dio cuando Louis Van Gaal, un entrenador al que podemos considerar prácticamente “anti argentino”, se sentó en la conferencia de prensa y prepoteó a las estrellas albicelestes. Primero se refirió a Ángel Di María, pero luego cargó duro contra Messi. Le recordó lo que fue su participación en las semifinales de 2014 y hasta dijo que Países Bajos “tenía chances” al tener la pelota porque la ‘Pulga’ no se “involucra” desde lo táctico con el equipo.
Todo lo que pasó después ya lo sabemos. Lionel Messi probablemente jugó el mejor partido del Mundial de su historia. Le dio un pase quirúrgico a Nahuel Molina para dejarlo de frente al arco y convirtió sus dos penales, tanto el del segundo tiempo para darle la victoria parcial a la Argentina como para ponerlo en ventaja en la tanda de penales.
Pero es claro que el enojo con los neerlandeses era en la previa. Ya se veía a Emiliano ‘Dibu’ Martínez arengando a sus compañeros. “Ellos hablaron en la previa, nosotros hablamos adentro de la cancha”, dijo el arquero, una de las máximas figuras del encuentro tras sus dos atajadas.
El otro que habló en la previa del encuentro para los atrevidos neerlandeses fue Andries Noppert, el arquero que terminó posando más para la foto que para demostrar lo que sabe hacer en la cancha. En rueda de prensa fue uno de los que aseguró que para los penales “tenían más posibilidades” y hasta aseguró que podía atajarle un penal a Messi. La ‘Pulga’ no solo que le marcó los dos, sino que, para colmo, lo dejo en ridículo frenando un paso antes de rematar y eligiendo el otro costado. Después de ese gol, llegaría el famoso “topo gigio” y una venganza sensacional para los argentinos. Un festejo para que esboce una sonrisa el propio Juan Román Riquelme desde su casa en Don Torcuato y para elevar la moral de los jugadores argentinos que fueron maltratados dialécticamente por el neerlandés de 71 años.
Las quejas europeas siguen resonando en las redes sociales, pero en menor medida. Bastaron algunas horas para que se empiecen a conocer todas las imágenes del partido. Y principalmente en la tanda de penales, donde los neerlandeses se cansaron de prepotear a los futbolistas argentinos. Hay imágenes claras de Denzel Dumfries, Luuk de Jong y Wout Weghorst -a quien Messi bautizó como “bobo”- intentado intimidar a Enzo Fernández y Lautaro Martínez. El ‘Toro’ sobre el final, respondió.
Hay algunas quejas que llegan desde Madrid, España, que son realmente insólitas. Quiere dar lecciones de moral un país que llegó a este Mundial con la prepotencia de sentirse los mejores y que terminaron eliminados por la humilde pero potente Marruecos. Y si de festejos hablamos, podemos recordarles lo que fue la Eurocopa 2008, cuando se burlaron de Bastian Schweinsteiger y le festejaron en la cara mientras brindaba un reportaje con la prensa.
Argentina pasó a ser la simpatía mundialista por la última presencia de Messi a ser la selección “arrogante”, ese mote que siempre se nos quiere instalar a los argentinos. ¿Hay futbolistas que muchas veces exceden sus límites? Sí, lo ha reconocido el propio cuerpo técnico y hasta hubo un trabajo en ello para evitar consecuencias de expulsiones. Rodrigo De Paul es el claro ejemplo de un futbolista que aprendió a calmar su nerviosismo. Pero en líneas generales, lo que demuestra la Selección Argentina es que es un equipo respetuoso cuando debe serlo y “arrogante” -prefiero el adjetivo "tenaz", pero podemos conceder un poco- cuando se lo invita al barro. Países Bajos invitó al ring y la ‘Scaloneta’ se calzó los guantes, tan simple como eso.
Lionel Scaloni, pese a que ahora la importancia es Croacia, se tomó un minuto para hablar con la prensa sobre lo que pasó. Y en parte se debe a que, pese a que la figura de Messi es más importante, no deja de ser el conductor de este seleccionado y el que maneja el termómetro de sus futbolistas. Y conduce a la misma Selección que, en pleno Maracaná después de 28 años de sequía de títulos y ganándole a Brasil, no hubo ni una sola cargada contra los hinchas rivales o futbolistas en el interior del campo de juego. Y cuando De Paul intentó mofarse de los brasileños, el propio capitán argentino le bajó los humos.
En la previa también se habló de que Argentina necesita construir un enemigo imaginario para agrandarse y sentirse mejores. Es posible que agregue un plus, pero Messi no necesitó construir enemigos durante 20 años para elevarse como el mejor futbolista de la historia. Le alcanzó con desplegar su talento y complementarlo con un profesionalismo envidiable. Es más, en Argentina alguna vez se lo cuestionó por no ser lo suficientemente “líder” o “maradoneano en sangre”.
La ‘Scaloneta’ se juega el próximo martes una parada complicadísima en busca de un objetivo trascendental para el pueblo argentino: llegar a una final de la Copa del Mundo. Tiene del otro lado a la Croacia de Luka Modric, el mismo que, a sus 37 años, se juega su última posibilidad de llevar a su selección a lo más alto. Pase lo que pase, más allá de Argentina-Croacia, será un Argentina contra todos. Más de un europeo de doble moral nos va a querer ver de rodillas cuando finalice el partido. No le demos el gusto.