El minuto a minuto del Martes-pesadilla de Lio
Uno de los peores días de Messi en su periplo por la Selección, sin dudas. Quizas comparable con la caída en las 3 finales. Si, comparable, porque para el Diez es equiparable el no jugar a una derrota. Cerca del mediodía y ya resignado a que alguna sanción se le iba a venir encima, Messi esperaba en la habitación junto a dos personas de su círculo íntimo la sentencia de la FIFA.
Los encargados en comunicarle la durísima sanción fueron el Patón Bauza y Marcelo Tinelli. En seguida, Jorge Miadosqui, antes de culpar insólitamente a la prensa por la difusión del video, reveló “Messi está muy triste”. Otras fuentes eran mas tajantes: "está destruido Lio”, señalaban. La reunión duró unos 20 minutos. Allí le explicaron el procedimiento para apelar y le dijeron que iban a hacer todo lo posible para reducir la pena. Mientras, el whatsapp del Diez no paraba de avisarle que su teléfono se iba inundando de mensajes de voz. Sus compañeros en Barcelona, Mascherano, Suárez y Neymar fueron los primeros en solidarizarse.
Con cara larga, Lio bajó a almorzar con sus compañeros. Ahí mejoró el semblante. Le ofrecieron irse a San Pablo, donde lo esperaba un vuelo privado para volver a Barcelona. Fue tajante: “Yo viajo con mis compañeros”. Tras el almuerzo partieron rumbo a La Paz. Al llegar, Messi preguntó por las gestiones de apelación. Un dirigente le confió: “podrían bajártela a dos fechas”. Messi retrucó: “Es mucho igual”. Eso lo volvió a bajonear. Pero fue cuando se empezó a enterar que las noticias que venían de Suiza indicaban que lo más probable es que, de reducirle la pena, no sea en más de una fecha por lo que se perdería los próximos partidos de visitante de la Selección. A esa hora dejaba de garuar en La Paz, leo entraba al vestuario con sus compañeros. Mientras, recibía todo tipo de afecto y solidaridad. La más curiosa fue la del propio presidente boliviano, Evo Morales, quien en un tweet habló de injusticia en la sanción. La imagen más dura fue ver salir a la Selección a la cancha sin él. Ya no se movió del vestuario. Vio el partido junto a Miadosqui y Tinelli. Luego salió junto a sus compañeros y de ahí tomó un vuelo a San Pablo para luego retornar a Barcelona con una amargura aún mayor que la que los sorprendió a media maana con la sanción que "le cortó las piernas".