Jugó en la Selección Argentina, fue campeón del mundo, lo quiso el Real Madrid y ahora tiene un gimnasio
Apareció en Primera siendo muy chico y supo mostrar un gran nivel. Fue un notable wing izquierdo. Hoy vive lejos del fútbol y asegura que no extraña nada de esa época.
Le tocó llegar a Primera siendo muy joven y supo jugar en tres de los “cinco grandes”. Fue campeón del mundo con la Selección Argentina y hasta fue tentado por el Real Madrid. A varios años de su retiro, no extraña nada de esa época y está alejado del fútbol: puso un gimnasio, que es su principal fuente de ingresos.
Se trata de Oscar Ortiz, un notable wing izquierdo del fútbol argentino que surgió en San Lorenzo y que hizo su aparición a los 17 años. Luego pasaría por Gremio de Brasil, River, Huracán e Independiente, donde colgó los botines. En el medio, tuvo el honor de integrar el equipo de César Luis Menotti que se consagró campeón del Mundial de Argentina 1978.
Fue justamente durante su etapa en el ‘Ciclón’ que un gigante de Europa puso sus ojos en él. “A mí me buscaron del Real Madrid para llevarme. Fue en 1973, cuando fuimos con San Lorenzo a Europa a jugar una Copa por el pase de Rubén Ratón Ayala al Atlético de Madrid, y enfrentamos a Estrella Roja y a otro equipo. Ahí me descubrieron y me quiso llevar el Real Madrid, pero los dirigentes no quisieron venderme”, recordó Ortiz en una charla con Infobae.
La historia de Oscar Ortiz
“Vivo bien, porque estuve jugando en Gremio de Porto Alegre y después en el fútbol soccer, que es raro en Estados Unidos, donde gané un poco más de dinero, aunque el fútbol no es el mismo. Tengo un gimnasio en Parque Chacabuco y una galería. Invertí bien y no me puedo quejar, tomando en cuenta cómo están las cosas en este país. Vivo del alquiler del gimnasio y del bono que me da la AFA por haber sido campeón del mundo”, fueron las palabras de Ortiz para graficar cómo se desarrolla su vida lejos del fútbol.
El ex San Lorenzo aseguro que no tiene contacto con los campeones del mundo. “No me veo con nadie, ni tampoco voy a las fiestas. (…) No porque esté peleado con mis ex compañeros, sino porque no me gusta ir a esos eventos”, confesó, al tiempo que aseguró que no guardó ningún recuerdo como jugador: “Nunca hubo un cuadro como futbolista en mi casa. Igualmente, no extraño nada de esas cosas, eh. No les doy importancia”.