Desde que desembarcó la Selección Argentina en Atlanta vive momentos distendidos dentro de un ambiente de preparación para el debut del próximo jueves ante Canadá por el estreno de la Copa América 2024 en el Mercedes Benz Stadium de esta ciudad.

Cada movimiento del hotel a la Kennesaw University State Fifth Third Bank, de salida y llegada, reúne entre 40 y 50 argentinos para saludar a los jugadores que siempre responden con una sonrisa. Incluso cuando bajan al sexto y séptimo piso a desayunar, almorzar, merendar o cenar, siempre hay un gesto con los argentinos presentes en el hotel.

Con mucha seguridad y trece custodios a disposición de evitar cualquier tipo de problema, ayer en su arribo al Westin Peachtree Plaza se vivió una situación con un estadounidense que intentó ingresar al hotel a las corridas y fue detenido por la policía local que se hizo presente rápidamente para llevarse a esta persona de 33 años que demostraba agresividad en sus gestos.

Fue la única perla negra de la estadía de Argentina en Atlanta, que ayer también vivió una jornada distendida en el Media Day Oficial de Conmebol donde el plantel desfiló con su modelo de ropa 2024 y eligió su tema musical para las entradas en calor previas a cada partido.

Entre bromas, risas y buena onda, los 21 campeones del mundo y los cinco “nuevos” con respecto a la lista de Qatar posaron para las cámaras. Emiliano “Dibu” Martínez, fiel a su estilo, apareció con un muñeco y se quiso comer a Rodrigo De Paul y Leandro Paredes. "Disparen que es la última", lanzó el volante de Atlético de Madrid cuando Lionel Messi y Ángel Di María compartieron los flashes.

Además, Alejandro Garnacho sorprendió con un"qué jugador, boludo", al ver a Valentín Carboni hacer jueguitos y Nahuel Molina tomó por un momento el rol de  “Lionel Messi” en algunas de las perlitas de un día que termino con una práctica a 25 minutos de la concentración.

En la cena, antes de irse a dormir hubo nuevos saludos a la distancia a los hinchas, entre ellos Martina y Juana, dos mellizas mendocinas de 8 años que viven en Atlanta desde hace tres años y al recibir un saludo a una distancia de 150 metros por parte de Messi y se pusieron a llorar.