En el año 2015, cuando Marco Polo Del Nero fue denunciado por corrupción en la causa FIFA Gate, el brasileño solicitó que “aceptaran” su renuncia al cargo en comité ejecutivo en la Federación Internacional de Fútbol Asociado. La Conmebol aceptó por unanimidad y en ese lugar dispuso al también brasileño Fernando Sarney.

Del Nero es un abogado paulista, de extensa trayectoria en la dirigencia del Palmeiras que en la actualidad (a sus 76 años) ejerce su oficio de letrado penalista, tras haber pasado por diversos cargos en su club, en la federación estadual y en la CBF, a la que llegó a ser su presidente en abril de 2014 en el preámbulo del Mundial de su país. 

Poco tiempo después de haber dimitido a su cargo en Zurich, la propia Confederación Brasileña de Fútbol confirmó en un escrito que Del Nero, a pesar de las acusaciones, mantendría su puesto en el Comité Ejecutivo de la Conmebol, y que su decisión de abandonar la cúpula de la FIFA se debía estrictamente a estar “atento a la Liga de su país”. En paralelo, Del Nero nunca abandonó el cargo de mandamás de la CBF, sillón que ocupa hasta estos días. Brasil, hasta el momento, no ha sufrido represalias por este comportamiento del presidente de su confederación. 

Desde ese entonces, con la denuncia por los casos de corrupción, Del Nero no salió de Brasil (por temor a ser detenido) y faltó a todas las reuniones del Comité Ejecutivo de la Conmebol. Se sabe que el vecino país ha sido muy reacio a extraditar a ciudadanos a la justicia de otro país. De esta forma, Del Nero se aseguró seguir en libertad, aunque eso le significara tener que vivir en los últimos años fronteras adentro. Además, el Nro 1 de la CBF, solicitó más de una licencia para preparar su defensa en la causa FIFA-GATE. La última que solicitó fue de 150 días, la más extensa desde que es presidente de la Confederación.