San Lorenzo perdió ante Atlético Mineiro, en un partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores, el cual se disputó en el Estadio Presidente Elías Kalil.

El “Ciclón” fue derrotado por 1 a 0. El único gol del partido lo marcó el defensor argentino Rodrigo Battaglia, con un cabezazo.

El primer tiempo tuvo muy poca acción ofensiva. San Lorenzo priorizaba el orden defensivo y atacaba con pocos jugadores, mientras que Mineiro, a pesar de dominar la posesión del balón, no podía lastimar a su rival ni profundizar el juego.

La primera jugada clara del partido fue a los 43 minutos y para la visita, cuando, tras un córner, el delantero Iván Leguizamón sacó un potente remate desde afuera del área que se estrelló en el travesaño. El rebote fue capturado por el extremo Matías Reali, pero su disparo se fue desviado.

Solo tres minutos después, sobre el final del primer tiempo, Mineiro consiguió su primer acercamiento peligroso. Después de un tiro de esquina, la pelota fue prolongada y le llegó al delantero Deyverson, quien apareció libre de marca y en posición reglamentaria, pero su cabezazo se fue desviado.

El arranque del segundo tiempo favoreció a San Lorenzo. El equipo del “Pipi” Romagnoli empezaba a atacar con mayor posesión de la pelota y, a los 15 minutos del segundo tiempo tuvo una jugada muy clara de gol, cuando el delantero Alexis Cuello quedó mano a mano ante el arquero Éverson, pero su disparo fue débil y muy centralizado, el rebote le quedó a Reali, pero tampoco lo pudo aprovechar.

Sólo cinco minutos después, llegó el único gol del partido. Un córner pateado por el mediocampista Gustavo Scarpa encontró la cabeza de Rodrigo Battaglia, surgido en las inferiores de Huracán, quien remató al segundo palo y convirtió el gol que aseguró la clasificación del Mineiro.

A partir de este momento, el equipo de Gabriel Milito tuvo algunas chances para, de contraataque y con superioridad numérica, ampliar su ventaja, pero la mayoría de sus remates fueron desviados.

Sobre los 35 minutos del segundo tiempo, el partido fue demorado por motivos extra futbolísticos. Tras una pelea entre ambas parcialidades en una de las tribunas, la policía arrojó gases lacrimógenos, los cuales, debido al viento, irritaron a los jugadores. El partido se reanudó algunos minutos después.