Arco del Maracaná donde Dibu Martínez atajó el primer tiempo. El arco donde no anotó el gol Ángel Di María. Sobre ese arco, Lionel Messi posa con la Copa América al lado y van desfilando, uno a uno, sus compañeros. Pasa Marcos Acuña. El huevo es el único que no luce la celeste y blanca para la ocasión que preparó la marca alemana que viste a al Albiceleste. En su lugar, tiene una remera blanca, con una mariposa roja y tres letras: "Luz". A miles de kilómetros de ahí, a Fabián De Ciria se le hace un nudo en la garganta y ya no puede hablar. Mientras el papá de la mujer del Huevo y algunos amigos del surgido en Ferro, con quienes está viendo el partido, celebran y se preguntan qué es esa remera, Fabián no puede hablar.

Esa remera es para su hija, Luz De Ciria, que se suicidó unos meses atrás. Esa remera es para él, es para Luz. Es el gesto definitivo que sella una amistad que arrancó en el año 2014, con el campeonato del Racing de Diego Cocca, un plantel que tenía al "Huevo" entre sus componentes. A Fabián ya se le aflojó la garganta y empieza a llorar.

****

Corría el año 2011 cuando Fabián De Ciria empezó a "colaborar" con Racing. Primero, sacando fotos en los partidos de inferiores. Como premio, las puertas del Cilindro se abrían para él y podía sacar fotos a los jugadores de Primera, en los partidos donde Racing jugaba. Así lo conoció a Acuña. Así se gestó su amistad.

****

El 14 de diciembre de 2014, Ricardo Centurión recibió un centro preciso desde la derecha y cabeceó al gol. Racing le ganó 1-0 a Godoy Cruz con ese festejo y se consagró campeón bajo la dirección técnica de Diego Cocca. Marcos Acuña ingresó en el segundo tiempo y Fabián De Ciria estaba en la cancha. En un momento, en medio de la ebullición de Avellaneda, divisó a Marcos Acuña y su mujer, junto a su hija que lloraba. "Ahí nació nuestra amistad. Le saqué una foto de Racing campeón 2014. Me colé a la cancha para sacarle foto del festejo y justo engancho una foto de él con su mujer y su nena llorando. Seis meses después, le hice un cuadro y se lo regalé. Me llamó su señora muy emocionada y me invitaron tomar mate. Justo después de ese día, Marcos hizo un gol y el tomar mate se volvió una cábala", cuenta Fabián, en exclusiva para Doble Amarilla.

Emocionado aún por el gesto del "huevito", como lo llama él, Fabián relató el momento más duro de su vida, que se dio justo después de que él volvía de Sevilla, donde hizo una escala para pasar a visitar a su amigo Acuña y conocer a su tercera hija. "Estuve con él en marzo, mi pareja actual es alemana, es hincha de Racing, vive en Berlín. Hace poco me fui para allá un mes y medio y antes de volver, pasé por Sevilla a conocer a la tercera hija del "Huevito". Un día después que llegué, mi hija tomó la decisión de irse".

***

Luz tenía 14 años cuando decidió suicidarse. Sus motivos no los sabe su papá, Fabián, ni su mamá, pero él reflexiona en medio del dolor. "Los chicos están viviendo en un mundo con mucha sobreinformación. Los padres estamos muy en la nuestra. No es mi caso. Yo estaba muy encima de Luz, pero estábamos separados. Conmigo tenía un trato, con su mamá tenía otro trato, no sé que pasó, ni por qué tomó la decisión. No encajaba en algún lado, se sentía triste. Ella tenía una psicológa para darle apoyo, pero ni la psicóloga ni nosotros pudimos darnos cuenta de nada. Ella escondía todo atrás de una sonrisa. Hay que lograr que los chicos expresen lo que sienten, sin una reprimenda o sin algo atrás, porque quizás un problema chiquito, es una boludez, pero para ellos es un mundo o un problema. No lo pueden manejar el estar cargado de tantas cosas", dice Fabián con entereza.

"Esto lo hablé en el colegio de Luz. Está bien que los chicos puedan tener talleres de esto, de expresar lo que les pasa, que no sean tan cerrados. En un mundo en que estamos todos conectados, a veces estamos desconectados. En un mundo con sobrecomunicación, falta comunicación", expresó.

Volviendo a su amigo Acuña, Fabián dice que no sabe ya de qué manera mostrarle su agradecimiento: "Pensá que la foto del recuerdo de él no la va a tener con la camiseta de la Selección. Yo soy fotógrafo, la foto era con la camiseta de la Selección, pero el priorizó esa cuestión humana antes que su recuerdo, el momento que era para él, lo destino a mi hija", dice Fabián. Y se emociona. "Fue a recibir al medalla con el nombre de mi hija en el pecho. Es impagable. Se lo agradecí de todas las maneras que pude. Yo siento que no hay algo que yo pueda hacer para agradecérselo, excede las palabras y la gratitud. Es un gesto que trasciende los límites del fútbol, del deporte. Utilizó el momento y el lugar para mandarme un mensaje, más allá de que ya lo había hecho de manera telefónica", cuenta, muy emocionado Fabián y completa: "Durante toda la copa, yo le decía: si necesitás fuerzas, pedile a ella".


****

¿Por qué una mariposa? Si bien el gesto conmovió al mundo, lo cierto es que Acuña buscó que el mensaje tuviera pocos destinatarios. Por eso sólo la palabra "Luz" y una mariposa. ¿Pero por qué una mariposa? "Luz lo conocía a él, compartimos cumpleaños, hemos ido al casamiento y compartimos fiestas. Yo también jugaba con sus hijos", cuenta De Ciria, que dice que Luz "siempre fue fanática de las mariposas. Las dibujaba. Yo antes de irme a Alemania, la última semana que estuve acá en Buenos Aires con mi hija, ella estaba feliz con sus mariposas. Ese es el recuerdo que me quedó de ella y de ahí viene el tema de las mariposas", dice Fabián.

"El gesto es algo hermoso, pero hay algo triste en la historia que hay detrás. El tipo puso eso por delante de su gloria personal, se ha entrenado aparte para estar en forma, al nivel de los europeos, yo sé lo que luchó para estar ahí. Y cuando lo logra, cuando llega, en lugar de tener su foto con la camiseta de la Selección, elige la remera de mi hija. Es impagable", repite Fabián.

***
10 de julio de 2021. Argentina acaba de ganarle a Brasil en el Maracaná y consagrarse Campeón de América. Marcos Acuña jugó los 90 minutos. Sin achicarse, sin esconderse, con huevo, garra y corazón. Con humildad, con simpleza. La misma que iba a mostrar minutos después, cuando pidió la remera de Luz, la que siempre tenía en el banco de suplentes por si le tocaba hacer un gol. "Estuve viendo el partido en la casa de su suegro, con uno de sus cuñados y con dos amigos de Ferro. Cuando terminó el partido, descorchamos el champan y brindamos por él. Cuando lo vimos, los chicos preguntaban "¿Qué se puso Huevo?” Y yo no se los podía decir, tenía un nudo en la garganta. Ni llorar podía. Sólo atiné a decir, cuando pude hablar: "Mirá lo que hizo este hijo de puta". Primero me di cuenta que no era la camiseta de la Selección y después vi la mariposa. Cuando la vi, ya sabía lo que se me venía. Ahí empecé a sentir el trompazo en la mandíbula".

***

Fabián, en medio del dolor, porque lo de Acuña, más allá del gesto, volvió a remover todos sus pensamientos, explica por qué brinda notas y no eligió el silencio. "Mi hija siempre fue muy atenta. Compañeritos de ella habían mencionado intentos de suicidio y ella nos venía a avisar y nosotros avisábamos a los padres. "Che, mirá que tu hijo no está bien". Después, terminé pasando yo por esa situación, yo necesitando ese llamado de teléfono que me dijera “Che, mirá que tu hija no la está pasando bien”. Ahora hay una fiscal en el caso actuando, hay una investigación atrás. Para saber por qué pasó esto o por qué pudo haber pasado esto. Si hay un pibe que a raíz de este mensaje de esta historia cambie de opinión, dentro del dolor, yo ya gané", dice Fabián que continúa y las palabras le fluyen: "No sé si voy a recibir una respuesta o no. Me encantaría, tengo millones de interrogantes, quizá las respuestas las tenía ella. No sé qué puede pasar en el futuro cercano. Lo que sí sé es que ella en ningún momento nos quiso lastimar, ni a mí ni a su mamá y que era algo muy personal de ella, que si lo hubiera podido expresar, le hubiéramos dado las herramientas para solucionarlo, pero no pudo".

Por último, Fabián cierra, en una frase, todo lo que quiso decir antes: "Yo me sorprendo de la fortaleza que tengo en este momento. Tendría que estar llorando todo el día, pero siento que mi hija me puso en ese lugar. Me dijo: “Bueno, papá, transmití el mensaje”. Y si algún pibe se rescata de lo que está por hacer, esta es "nuestra copa". Ganamos".