(De la redacción de DOBLE AMARILLA) La transferencia del juvenil Gastón Ávila, de apenas 17 años, hirió el ego de los hinchas de Rosario Central porque dejó el club para pasar a Boca sin debutar en Primera... y ayer luego de la conquista de la Supercopa se sacó una foto en el vestuario y posó con la medalla, el trofeo y una sonrisa de oreja a oreja... y en Arroyito volvieron a explotar.

"Para los hinchas de Central quiero decirles que no es una ofensa, solamente estoy disfrutando de mi crecimiento futbolístico", aclaró el jugador en una story de Instagram ante la lluvia de críticas.

El defensor , que todavía no debutó en la Primera de Boca, se encuentra en rehabilitación tras una dura lesión que sufrió con la ruptura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en un partido de la Reserva contra Banfield a fines de marzo.