Los problemas del fútbol femenino del interior: falta de competencia federal, mudanzas y desarraigos
AFA comenzó a buscar la profesionalización de la disciplina desde 2019. Además de ser el máximo ganador de la era amateur, Boca quedó en la historia tras haber conquistado el primer campeonato de esta nueva etapa. En el interior, aún queda mucho por trabajar. Hay ligas, competencias y semilleros que brindan jugadoras a las selecciones menores y también a los clubes de Primera, pero están ante una gran desventaja para trascender. La importancia de la federalización para que las futbolistas puedan desarrollarse y hacer crecer al fútbol femenino y el riesgo de repetir el déficit que el fútbol masculino arrastra hasta hoy.
Boca ya grabó su nombre en la historia del fútbol femenino tras haber logrado el primer título de la era profesional. Además, es el más ganador de la disciplina con 24 campeonatos. Las Gladiadoras consiguieron la primera estrella de una etapa que se inició en 2019, con el anuncio de Claudio Tapia. Desde ese momento, algunas cosas comenzaron a cambiar, mientras que otras aún continúan frenadas, como el fútbol en el interior: un déficit que el fútbol masculino arrastra desde su origen y que el fútbol femenino amaga con repetir.
Lo cierto es que actualmente existe una centralización apabullante: en Primera División, la mayoría de los equipos se ubican en Buenos Aires; solo Rosario Central aporta para los clubes del interior. En las otras categorías de AFA (Primera B y Primera C) ocurre lo mismo y no son muchas las instituciones que pueden acceder a participar de estos campeonatos, por lo que significa, desde el ‘vamos’ , contar con dinero para los traslados.
En esta nota pretendemos repasar cuestiones importantes que merecerían ser tenidas en cuenta para el desarrollo de la disciplina. Si bien los procesos llevan tiempo, si profundizamos en clubes del interior del país, podremos encontrar instituciones preparadas para poder competir en torneos de la Casa Madre del fútbol argentino. Una competencia federal enriquece a la competencia. La ayuda principal debería llegar allí, no a clubes que ya tienen recursos.
¿Por qué deberían ser tenidos en cuenta? Por varias razones. A saber: muchas de las jugadoras que disputan actualmente el torneo de Primera División son surgidas en estos clubes. Entre ellas, podemos mencionar a Aldana Narvaez, Yanina Sosa, Cata Primo y la lista sigue… Además, estas instituciones tienen una fuerte presencia en la formación de jugadoras. Con los años, fueron incorporando categorías menores para que incorporen cuestiones tácticas, técnicas y también de la vida de deportista. En esencia: son el semillero, el primer paso fundamental en el desarrollo de jerarquía.
Basta repasar las listas de las selecciones juveniles para notar la incidencia que estos clubes tienen en las divisiones menores de Argentina. En la última preselección femenina para el Sudamericano Sub 17, el cuerpo técnico comandado por Diego Guacci y Bárbara Abot incluyó a varias futbolistas de entidades del interior. Entre esas instituciones se encuentran: Las Pumas, Andes Talleres e Independiente Rivadavia de Mendoza; Unión Los Cardos de Santa Fe, Social Lux de Rosario; Belgrano y Talleres de Córdoba. De un total de 26 jugadoras, 12, casi la mitad, pertenecen a estos equipos. El CT realiza recorridos por todo el país, en los cuales analiza a jugadoras de todos los rincones para luego armar las convocatorias finales.
Además de repasar las vivencias de algunos de los clubes, vamos a reflexionar lo que deben dejar las jugadoras cuando les surge la oportunidad de emigrar desde su provincia a Buenos Aires, en busca de mayor experiencia y competitividad. Por otro lado, la experiencia de Aldosivi, que milita en la Liga marplatense, que busca sumarse a la competencia de AFA.
Social Lux, Rosario
Social Lux es una institución que se define como “familia”. “Esto se debe a que el club tiene un rol que supera lo netamente deportivo. Como todo club de barrio tiene una gran incidencia en lo social, ya sea desde el acompañamiento a las familias como la colaboración con distintas asociaciones benéficas de la zona. Nuestro club no solo tiene como único deporte el fútbol de campo, también tiene futsal, patín y hockey”, retrata Mauro Palacios, uno de los hombres ligados a la dirección técnica del femenino.
Social Lux es una de las entidades más importantes en la formación de jugadoras. “Basamos la disciplina en los valores como el respeto, trabajo y profesionalismo. Dentro de lo amateur siempre se busca ser profesional en la forma de entrenar, capacitarse y avanzar. El club trabaja desde lo integral e interdisciplinario, lo que nos obliga a trabajar no sólo desde lo deportivo sino desde lo actitudinal y grupal. Todo es parte de la formación”, destaca.
El ‘Mercadito’ cuenta desde hace años con Divisiones Infantiles. Sin embargo, este año se decidió apuntar a un proyecto integral: “Busca generar un modelo metodológico integral desde infantiles hasta primera división logrando a futuro bases sólidas y mayor consolidación de las jugadoras. Lo más importante a la hora de esta tarea es focalizar sobre los gestos técnicos y el trabajo grupal en primeras edades, incentivarlas desde lo lúdico introduciendo conceptos paulatinamente y llegar a las juveniles con bases para trabajar lo coordinativo, lo táctico y el cambio de dimensiones que conlleva el pasaje de cancha de 7 a cancha de 11”, explica.
Producto del trabajo que se viene realizando, son varias las futbolistas que cuentan con pasado en el club y hoy se destacan, como Luciana Bacci, Aldana Narváez y ‘Pepi’ Piazza. “Es un orgullo enorme. En eso se basa nuestra búsqueda: que las jugadoras evolucionen, crezcan y tengan posibilidades de dedicarse a esta hermosa profesión. Es un camino largo y en el que hay mucho por hacer, pero creemos que las chances que ya se han generado son muy positivas. Esto es necesario decirlo también, nuestro rol es el formativo y estamos felices que seamos una herramienta que las jugadoras puedan utilizar para realizarse y lograr los saltos competitivos que han hecho”, sintetiza Palacios.
Además de contar con jugadoras del semillero, los cuerpos técnicos de las selecciones juveniles también encuentran en Social Lux un espacio de buenas jugadoras: “Creemos que esto se debe al famoso fuego sagrado que inspira el sueño de jugar desde pequeña en un club que ha tenido jugadoras con chances en selección y progresaron a nivel semiprofesional. Eso empuja muchísimo y hace que también sea mucho más fácil avanzar y trabajar sobre los planteles”.
¿Cree que la federalización podría mejorar las condiciones para las futbolistas que se desempeñan en el interior?, le preguntamos. “La federalización le daría un marco más profesional, lo más importante sería regularizar la situación de los clubes, lograr la profesionalización, de ahí en más evaluar y ver cómo organizar un torneo competitivo que sea redituable para las chances de las jugadoras en Primera División. Desde lo personal de cada jugadora influye de distintas formas el desarraigo, depende de la edad y los objetivos, pero sin dudas tener más opciones sería un gran beneficio”, remarcó Palacios.
Unión de Crespo, Entre Ríos
El club entrerriano “logró un nivel muy bueno en el fútbol femenino con el paso de los años”, cuenta Damián Neif. En el club, “se procura que las jugadoras cuenten con una buena base de preparación física, que es lo primordial. Se cuenta con la colaboración de un preparador físico y se realizan trabajos con pelota y táctico”. Además, a partir del año pasado, la intención del club fue armar una escuelita. “Debido a la pandemia solo se pudieron dar dos prácticas en el 2020. El inicio de las actividades de este año se da en febrero. Se trabaja con tres profesoras de educación física y las niñas se agrupan por edades. Hubo mucho interés de parte de las familias, así que esperamos ser un buen semillero”, indicó.
“Esperamos ser un espacio de contención social además de brindar el aprendizaje de la disciplina”, afirmó, teniendo en cuenta que los clubes en el interior además de la parte deportiva, también contienen, acompañan y educan. “Se observa cada vez más interés de las chicas para sumarse a hacer deporte, pero en nuestra zona antes solo estaba Unión. Ahora se ven muchos equipos en otros clubes y grupos independientes, entonces las chicas tienen varias opciones para sumarse. De todos modos, en Unión recibimos siempre consultas de interesadas y se están sumando permanentemente”, agregó.
Las Pumas, Mendoza
Este club participa de la Liga Mendocina y no tiene vinculación a ninguna institución que desarrolle fútbol masculino. Nació el 25 de mayo de 1893 en Jesús de Nazareno de Guaymallén. Según indicó el medio Los Andes, llegó a ser reconocido "recorriendo Mendoza para promocionar y mostrar el fútbol femenino con la habilidosa del momento, llamada 'La Maradona Rubia', Viviana Gómez".
Además, el medio recalca que desde 2004 este club nitre a las selecciones argentinas. Entre las que vistieron la camiseta Albiceleste se encuentran Verónica Corso, Tamara Vargas, Gimena Blanco, María Victoria Pinto y, la más reconocida y una de las máximas figuras del femenino en la actualidad, Estefanía Banini. Sin embargo, por la falta de federalismo no puede competir en la llamada Primera División.
Belgrano, Córdoba
El Pirata cordobés es uno de los clubes de más renombre de nuestro interior. Logró preponderancia en el masculino y también es uno de los pioneros en el fútbol femenino. "Hace años que le dedican tiempo, trabajo, sobre todo, proyectos… Estamos agradecidas de estar acá. Actualmente entrenamos tres veces por semana, estamos en una liga amateur todavía con ideas, por qué no, de profesionalizarnos de a poco y poder entrar en un torneo de AFA, que ha sido la propuesta del presidente actual, Luis Artime. Estamos esperando mejorar un poquito la estructura y que podamos ser competitivos en AFA y en todos los torneos que nos toque jugar. De esa manera, seguramente agrandaremos el cuerpo técnico, agregaremos días de entrenamiento”, cuenta Daniela Díaz, entrenadora del equipo.
Belgrano compite en la Liga Cordobesa. “La Liga actualmente tiene un nivel más o menos competitivo entre varios clubes de Primera que han ido mejorando, así que está parejo. Hay algunos partidos que cuestan un poco más que otros, pero la decisión de dividir en A y en B fue acertada porque se logró equiparar un poco el nivel. Eso es beneficioso para todas, para que se compita entre niveles deportivos parejos y que ninguna jugadora se sienta mal por terminar con alguna goleada en contra, por ejemplo”, detalló.
“Ahora el presidente de AFA, Claudio Tapia, en la previa de las elecciones se había reunido con los dos candidatos (Pérez y Artime) y el compromiso y la invitación por parte de AFA entiendo que está. Esperamos que este año se pueda concretar, o lo antes posible”, agregó sobre la posibilidad de competir a un nivel que suba la vara de exigencia y les permita a las jóvenes no tener que lidiar con el desarraigo.
Por otro lado, la entrenadora contó las complicaciones que afronta el fútbol en el interior. “Es complicado el fútbol amateur en todo el país. En general, las provincias del interior sufrimos el éxodo de jugadoras, en este caso, se van a cumplir su sueño de ser profesionales a Buenos Aires, donde allá les pagan, tienen un contrato, les dan casa o departamento. Se hace complicado. La difusión por parte de la prensa acompaña. Hoy en día hay muchos medios autogestivos que difunden muy bien el fútbol femenino y estamos en vías de desarrollo y esperamos que se siga ampliando en todos los aspectos”, detalló.
Además, destacó que, si bien “la competencia en el interior es buena”, lo que puede tomar un poco de ventaja, es que “por ahora hay un poco más de nivel en AFA, por la gran concentración de jugadoras del interior del país, que terminan yendo a Buenos Aires porque es el único lugar donde es profesional. Hay diferencias todavía en lo deportivo, pero intentaremos achicarlas”.
Por último, Díaz opinó sobre los efectos que tendría la federalización de la disciplina e hizo mención al desarrollo de una Copa Federal. “La federalización del fútbol femenino es algo a lo que aspiramos todos los clubes del interior. Creemos que es el camino, pero también entendemos que es un proceso, que no todas las ligas trabajan de la misma manera y tenemos que caminar todos de la mano. Cada liga del país, cada club, cada institución apoyando el femenino, cada cuerpo técnico, trabajando, mejorando a sus futbolistas y todas las futbolistas intentando ser lo más profesionales posible por más que sean amateurs y obviamente con el acompañamiento de AFA”.
“El proyecto de Copa Federal va a ayudar a la motivación, sobre todo, de los clubes del interior. Es un lindo incentivo para todas las jugadoras disputar esta Copa y si se pudiera obtener un cupo para la Copa Libertadores también sería muy bueno; creo que de hecho así lo afirmó Chiqui Tapia. Es una linda motivación. En nuestro caso nos tocaba participar en 2019, en 2020, que no se jugó por la pandemia y creemos que este año nos tocaría. Estamos esperando ese torneo con muchas ansias”, cerró.
Aldosivi, Mar del Plata
El equipo bonaerense milita en la Liga marplatense, que se compone de cuatro categorías: Primera División y Reserva (edad libre), categoría Sub 15 y Sub 12, según cuenta el entrenador del equipo femenino, Marcelo Rodríguez. “Nuestro trabajo en Aldosivi consta de cuatro prácticas a la semana, dependiendo la categoría. Las Mayores lo hacen cuatro veces (Primera-Reserva-Sub18). Después, Sub 15, Sub 12 y escuelita practican tres días a la semana. La actividad la arrancamos hace seis años, comenzamos con una categoría única, armamos una escuelita y hoy en día tenemos cerca de 140/150 jugadoras desde los 4 años”, contó, sobre el trabajo que realizaron en el club.
En redes sociales, desde hace un tiempo, se comenzó a realizar una campaña para recaudar fondos para poder participar en los torneos de AFA. Al respecto, el entrenador indicó: “Habría que viajar a Buenos Aires semana por medio, los costos son muy altos y por el momento el club no los puede cubrir”. “Las jugadoras quieren llegar a jugar en AFA. Desgraciadamente tienen el tema de la distancia, dejar a las familias, pero la mayor complicación es que no todos los clubes les dan un hospedaje o un viático para que se puedan mantener. Entonces, por ahí solo tienen posibilidades las que pueden quedar en los clubes de Primera, que son los que pueden dar un sueldo o alojamiento”, contó, sobre los problemas que afrontan las futbolistas al momento de buscar nuevos destinos para continuar con su carrera.
Por otro lado, manifestó su postura sobre la federalización del fútbol femenino. “El tema se está hablando desde hace unos años. Paola Soto, la presidenta del Consejo Federal, está intentando armar torneos. Este año se va a jugar la Copa Argentina en la que van a participar 16 equipos del interior del país y 16 de Buenos Aires. Creo que va a ser un gran paso, un comienzo para poder hacer un fútbol más federal, pero va a llevar tiempo”, cerró Rodríguez.
Lo que dejan las jugadoras para cumplir su sueño
Las distancias son duras, y más cuando uno debe dejar su casa, sus afectos y su vida en su lugar de origen para mudarse a un destino que llega con el desafío de crecer profesionalmente como jugadoras y con un montón de signos de interrogación. Esto no solo les ocurre a las futbolistas, sino a cualquiera que debe mudarse para estudiar una carrera, trabajar, u otros motivos, pero cobra otra dimensión en el caso de una actividad que aún hoy no es 100% profesional. Son aspectos de la vida fundamentales que muy pocas veces se tienen en cuenta al hablar de fútbol. Sofía Schell y Elizabeth Martínez debieron dejar sus hogares para mudarse a Buenos Aires para poder cumplir el sueño de convertirse en jugadoras profesionales.
Sofi Schell nació en Crespo, provincia de Entre Ríos. Debutó en Unión de Santa Fe y luego pasó a UAI Urquiza. En diálogo con este medio, contó cómo fue el proceso de esa mudanza. “Fue una de las mudanzas más grandes que hice. Fue un proceso medio raro, porque al principio donde estaba (en Unión) hacía muchos esfuerzos para poder estar. Cuando se me da la posibilidad de ir a UAI Urquiza creo que se me cruzaron muchísimos sentimientos: que iba a estar muchísimo más lejos de mi casa, que me iba a costar muchísimo volver a ver a mi familia, a mis sobrinos… Así que fue un proceso medio lindo y a la vez un poco sentimental. Después fueron seis años estando en UAI y me acostumbré”, relató.
Ahora, además, se encuentra en España, vistiendo la camiseta del Córdoba Club de Fútbol: “El cambio más grande de mi vida es el de pasar desde Argentina a España, que es el cambio más emocional y grande”, agregó.
¿Qué es lo que más cuesta dejar? “Cuesta todo, desde mi mamá, mis sobrinos, hasta el nacimiento de Julia que es mi sobrina más chiquita, que tiene cuatro meses y no conocí todavía. Ya llevo más de siete meses en España y saber que no los veo cuesta mucho. Cuesta que crezcan sin su tía, sin su madrina, pero por suerte existe el celular, podemos hablar y demás”, contó, sobre las vivencias del día a día que debió dejar para poder cumplir con su objetivo de ser jugadora de fútbol.
“En lo primero que me apoyé fue en mi pasión por el fútbol, en lo que yo sentía que quería hacer, en perseguir mi sueño y era súper terca con que lo iba a lograr. También me apoyé en mi familia, ellos son la pieza fundamental de mi vida y de mis decisiones cada vez que me voy. A pesar de que desde los 14 años que me voy de mi casa, ellos siempre aceptaron que lo haga y me acompañaron. No me quiero imaginar lo que debe ser para mi mamá o para mi papá, el hecho de que un hijo se vaya de tan chiquito”, continuó, destacando la importancia del acompañamiento de su familia en este proceso.
Por último, Sofía comentó cómo logró adaptarse tanto en Unión como en la UAI. “Hubo contención por partes de familias, por ejemplo, en Unión, que se acercaron y me dieron contención siempre. El club es muy difícil, sí alguna que otra vez el entrenador, el preparador físico también. En UAI lo mismo, ya me tocó una etapa más grande y tuve apoyo de mis compañeras, teníamos un grupo hermoso. Esa es la contención más grande. Después, mi papá, que es loco por mí, me venía a ver una vez al mes seguro o seguro dos o tres pasaban y venían”, concluyó.
Por otro lado, Eli Martínez nació en Santo Tomé, Santa Fe y Social Atlético Televisión la fichó tras unos amistosos que disputó en la provincia. En diálogo con este medio, contó que “en lo personal fue bastante fácil” la mudanza. “Era algo que buscaba y esperaba hacía tiempo. Sí cuesta adaptarse y acomodarse a algo totalmente nuevo, por lo que conlleva estar lejos, pero me acomodé rápido, tanto en lo deportivo como en lo cotidiano”, destacó.
Al igual que Sofía, Elizabeth destacó que “lo que más cuesta dejar tiene que ver con la familia y los amigos”. Sin embargo, manifestó que recalar en un club más importante a nivel nacional en el fútbol femenino “era algo que quería hacer y tenía el apoyo de todos”.
“Mi principal apoyo era recordar por qué estaba acá, que es hacer lo que me gusta, jugar al fútbol en AFA y en mis ganas de lograr lo que tanto esperé. Después se fueron sumando mis compañeras y la gente del club que desde el primer momento que llegue me hicieron sentir súper cómoda”, remarcó, sobre el club de Moreno. “El club siempre estuvo presente, en todo sentido, de hecho, me da permiso para viajar cada tanto siempre y cuando se pueda dependiendo de si juego o no. Pero me dan días para poder ir a visitar a mi familia bastante seguido”, agregó, sobre el rol que cumple SAT.
El fútbol femenino está creciendo en todo el mundo, pero en Argentina por ahora solo crece en Buenos Aires y CABA. Está a tiempo de no repetir el error histórico del fútbol masculino de concentrar su competencia y tardar mucho en incorporar a los clubes del interior a una verdadera Primera División nacional. Mientras, esos clubes forman si recibir una ayuda que vaya a la par de ese esfuerzo y las mejores futbolistas tienen que lidiar con el desarraigo para cumplir sus sueños. Hay ideas positivas que comienzan a tomar vuelo. Será cuestión de mantenerlas en el tiempo.