En busca de su propio Gallardo: los “grandes” usaron 27 técnicos durante el ciclo del Muñeco
El entrenador de River sigue firme en su cargo y todo indica que continuará hasta diciembre ¿Qué es lo que ocurre en el resto para no consolidar un proyecto? ¿Son fallas propias, es culpa del resultadismo? ¿No hay otro Gallardo?
Como cada fin de temporada, los hinchas de River, antes que cualquier refuerzo o noticia del mercado de pases, esperan que Marcelo Gallardo ratifique su continuidad. Este año no fue la excepción. Post-eliminación de la Copa Libertadores, el Muñeco puso en “stand-by” su permanencia. Y, si bien está trabajando en River Camp, aún no ha confirmado que seguirá. Sin embargo, según la información de Doble Amarilla, de no mediar imponderables o un exódo masivo, el DT se quedará en Núñez hasta diciembre de 2021. Serán 7 años y medio –si llega hasta diciembre- al frente del Millo, con, por ahora, 11 títulos y la conquista de la Copa Libertadores ante Boca, en 2018, como sello indeleble de gloria.
El ciclo es extenso para los patrones de nuestro fútbol y sus reglas, con el resultadismo que impera y la poca paciencia que existe en dirigentes, hinchas y los propios protagonistas. Ganar es hoy, es mañana y también es ayer. Lo que sucedió en los otros equipos grandes lo retrata: en el lapso que Marcelo Gallardo lleva al frente de River, por las otras cuatro instituciones más grande de nuestro fútbol “desfilaron” 27 directores técnicos sin contar interinatos.
Desde que se probó el éxito del ciclo Gallardo y su método, las instituciones se lanzan a buscar a alguien que pueda emularlo.
Boca: en busca de un nuevo Bianchi, la obsesión Libertadores y el estigma Gallardo
No es la excepción en los cinco grandes, mucho menos en Boca que ya hace varios años que trata de identificar al nuevo Carlos Bianchi. En estos años que el Muñe está en su máximo rival, el Xeneize contrató cuatro DTs (cinco, sí se cuenta el final del tercer ciclo Bianchi, que coincidió en algunos partidos con el Muñeco, aunque nunca se enfrentaron), todos con éxito en el plano local y grandes frustraciones en el internacional y, salvo Miguel Ángel Russo, con decepciones relacionadas directamente con River y con Gallardo.
Arrubarrena perdió con River los mano a mano de la Sudamericana 2014 y la Copa Libertadores 2015 y poco importaron sus consagraciones domésticas. Debió irse. Algo similar vivió Guillermo Barros Schelotto: ganó títulos a nivel local, pero la Copa Libertadores fue su escollo imposible: soportó la dura eliminación en semis de 2016 a manos de Independiente del Valle en La Bombonera, pero no aguantó Madrid y se fue poco después.
Gustavo Alfaro llegó para sucederlo. El DT que dejó a Huracán para el desafío Xeneize vio cómo el barco naufragaba después de caer en semis de la Copa Libertadores 2019 a manos de River. Aterrizó Miguel Ángel Russo, la nueva dirigencia y Boca ganó todo lo que se jugó a nivel local, pero no pudo en el plano internacional. Esta vez no fue el Millo, y el ciclo de Miguel, que también tiene el plus de haber sido el último DT que levantó la Copa en Boca, 14 años atrás, sigue en pie, pero ya empezaron a sobrevolar las quejas.
Independiente: Holan estuvo más cerca que ninguno, pero se consumió y el Rojo busca la brújula
En Avellaneda la situación fue rara. Dio la sensación de que no pudieron bancar los ciclos que iban bien, a veces por cuestiones propias y otras ajenas. Lo cierto es que la Academia y el Rojo utilizaron 7 DT’s cada uno. Incluso, compartieron un nombre: Sebastián Beccacece.
Independiente, con Ariel Holan, se ilusionó en conseguir su “Gallardo”. El Profesor, hincha del Rojo, llegó desde Defensa y Justicia y autografió la última gran alegría del club: la Copa Sudamericana 2017, en el Maracaná y ante el Flamengo. Se fue luego de un 2018 en el que cayó en 4tos de la Copa Libertadores ante River y con quiebres internos. El ciclo se extendió de 2016 a 2019. Es decir, casi el 50% del tiempo de duración del ciclo Gallardo en Núñez,. Por eso, lo del Rojo es aún más grave. Post-Holan, es decir, en dos años, pasaron dos DT y el tercero que ya está en funciones. Beccacece no funcionó y Pusineri, su sucesor, fue elegido porque era “de la casa” y más bien “barato”. Cuando los clubes seleccionan al DT en base al bolsillo hay muchas chances de que no salga bien. Porque, otra vez, ¿juegan igual Beccacece que Pusineri? Y, peor aún, ¿Falcioni juega a algo parecido a estos dos técnicos? Antes de Holan, el Rojo tuvo a Jorge Almirón, Mauricio Pellegrino y Gabriel Milito. Almirón no pudo repetir los éxitos de Lanús, Pellegrino no anduvo y el hijo dilecto de la casa, Milito, no logró plasmar nada en la cancha. Así las cosas, fueron siete DTs en siete años, para un Independiente que ganó su último título local en el 2002.
Racing: Pidió Cocca dos veces, pero no pudo saciar la sed
En Racing, Diego Cocca y Eduardo Coudet fueron campeones nacionales, pero no pudieron ir más allá. Cocca tuvo un mal segundo ciclo y debió irse y Chacho eligió emigrar a Brasil cuando su equipo se preparaba para jugar la Copa Libertadores. Pero no fueron los únicos. Después de Cocca, llegaron Facundo Sava y Ricardo Zielinski, dos estilos opuestos que compartieron malos resultados. Y, luego del Chacho, el último que salió campeón, la dirigencia apostó por Beccacece, a quién no le había ido bien en Independiente y lo dejaron ir tras caer en 4tos de Copa Libertadores ante Boca y hacer una muy mala Copa Maradona.
Ahora, la apuesta es Juan Antonio Pizzi ¿Qué tendrán que ver Becca, Pizzi, Coudet y Cocca, no? Bueno, quizás por eso también cuesta encontrar un proyecto, porque cada DT juega a algo muy distinto del que se fue. No se sigue una línea y así es difícil consolidar un proyecto y conseguir que las características de los jugadores les sirvan a todos los técnicos por igual.
San Lorenzo: Más técnicos que años y un criterio extraño de selección
El último caso es el de San Lorenzo. En el Ciclón fue un casting, prácticamente. Diego Dabove será el noveno DT del azulgrana. El club nunca pudo recomponerse de la salida de Edgardo Bauza, que le otorgó la única Copa Libertadores de su historia en 2014. Luego de los casi dos años del ex DT de la Selección Argentina, San Lorenzo empezó a buscar un sucesor a su altura. Fueron desfilando los nombres, aunque poco tenían que ver entre sí: Pablo Guede y Diego Aguirre no jugaban a lo mismo que Bauza, el “Pampa” Biaggio vino para dar una mano y debió irse pronto. Almirón, el mismo al que apostó el Rojo, tampoco pudo repetir el gran nivel de Lanús en el Bajo Flores. Entonces, la CD buscó a otro ex San Lorenzo, como es el caso del actual DT de Racing, Pizzi. Después de la salida del español, San Lorenzo le dio la confianza a Diego Monarriz, habitual interino, que venció a River en el Monumental y se ganó la confianza. Duró poco y nada. No pudo lidiar con los Romero y con el plantel y debió irse, siendo el que menos duró en el cargo. En la pandemia, San Lorenzo confirmó al ex DT de Gimnasia y Defensa, Mariano Soso. Pero la juventud de Soso, un DT línea-Guede, no logró poder domar al azulgrana. Ahora, la apuesta es el ex entrenador de arqueros devenido en DT, Diego Dabove. El ex DT de Godoy Cruz y Argentinos, es el octavo técnico que tendrá San Lorenzo en seis años, luego de la salida del Patón, en octubre de 2015. ¿Será el que consiga llevar adelante un proyecto?
Las razones para que no aparezca un DT como Gallardo en los clubes grandes son muchas. Paciencia, banca al DT, que la pelota entre y, sobre todo, seguir en una línea que vaya desde que al DT le sirvan las características de los jugadores del plantel y que éste pueda exprimirlas en base a su idea de juego, no que deba modificarla por ellos. También, en caso que el resultado haga naufragar a un DT, los clubes podrían seguir una línea y buscar un DT de características similares, algo que no ocurre. Ni Guillermo es igual a Alfaro, ni Pusineri a Falcioni, Ni Coudet a Beccacece, ni Soso a Dabove. Nobleza obliga, ¿qué hubiese pasado con Gallardo si en aquel primer semestre de 2014 perdía la Copa Sudamericana y el torneo y en 2015 quedaba eliminado a manos de Boca? Imposible saberlo, seguramente, se hubiese ido. Pero, luego, en momentos álgidos, como el que sucedió todo el 2016 y en el final de 2017 y hasta marzo de 2018, la dirigencia de River lo sostuvo, cuando el “fin de ciclo” ya estaba escrito. Eso también es bancar el proyecto, bancar la idea, y eso se traduce en un ciclo que llegará a más de siete años y que ya tiene más de diez títulos. No hay una sola formula, pero los dirigentes deben hacerse cargo de lo que les toca. Como está todo hoy, lo más posible, es que el desfila siga, mientras Gallardo, todavía, decide seguir en River.