Camila Gallea, defesora central de River, cuenta su paso de modelo a jugadora de fútbol: empezó jugando en el barrio de Talleres a los siete años, jugaba en un baldío cerca de su casa con varones.

La defensora de 22 años contó que cuando tenía 15 años su mamá quería que fuera modelo y se anotó en un desfile. Durante esa semana, según cuenta Camila,  trató de cuidarse en los partidos no yendo a trabar fuerte ni tirarse al suelo a barrer pero no le funcionó... A la hora de desfilar tenía todas las piernas marcadas y con moretones. Y confesó: "Cuando me tocó desfilar, la verdad que pasé una vergüenza terrible y ahí mi mamá aceptó que lo mío era el fútbol y no una pasarela".