Un puma suelto siempre es peligroso
El secretario deportivo de Independiente, de alto perfil, en la mira de varios. Jorge Damiani, criticado y observado.
La dirigencia de Independiente cuenta con varios hombres que tienen su protagonismo. Lejos de copar en exclusiva la escena dirigencial, Hugo Moyano permite que varios de sus laderos tengan exposición y puedan salir al ruedo. Su hijo Pablo, el histórico Yoyo Maldonado, Carlos Montaña, Gustavo Lema (quien es un hombre que viene del ámbito empresarial y del automovilismo deportivo) y Jorge Damiani, el “Puma”, como lo conocen en la interna. Todos tienen su espacio, pero hay uno que es por demás cuestionado.
De origen empresarial, dueño de una reconocida cadena de kioskos y drugstores, además de contar con un negocio de compra, venta y alquiler de autos en Miami, su talón de Aquiles serían los inconvenientes con la facturación. Justamente ese ítem, el económico y financiero, es el que más lo acercó al club. “Vino con una tarjeta de presentación clara: poner dinero. Ahora, si lo pone, mucho no se nota”, indica un hombre de dilatada trayectoria en los pasillos de la vieja Doble Visera primero y de la Sede de Avenida Mitre, ahora.
Eso le hizo perder la confianza de Pablo Moyano, hombre de palabra con peso en el día a día del club. “El hijo de Hugo no le perdona que dice que va a traer a un jugador, y que la plata la pone él. Habla, dice, insiste, y cuando traen al jugador, el dinero no aparece”, dicen en Avellaneda cuando la fuente consultada es del sector más cercano a los camioneros.
Sin confianza ni simpatía de parte de los jugadores, una gran anécdota que cuentan es cuando “se le plantó” en un debate futbolero a Milito, diciendo “yo de fútbol se mucho” delante de una persona que entre otros pergaminos en su carrera tiene haber jugado un Mundial con la Selección y en el mejor equipo de la historia junto a Messi, entre otros. Eso fue determinante en que el círculo (siempre cerrado y muy celoso de su intimidad) del plantel profesional, “no tenga la mejor opinión de él”.
Esto se repite en los dirigentes. Pasillos, mesas de café o chat de mensajería instantánea son testigos de lo que dicen de él: “habla demasiado”, sentencian todos. Esto, sumado a que no es una persona de trayectoria política en el club, lo aleja de una futura conducción. Llegó con el único pergamino de “poner plata” y sin la imagen positiva que tienen otros dirigentes de su club, como Montagna, Lema o el propio Maldonado, está cerca del fútbol, pero los conocedores de la interna (de cara a las elecciones de fin de año), dicen que “está más afuera que adentro. Cuando te quemás en un club, es difícil sacarte la marca”.