(De la redacción de DOBLE AMARILLA) “No sé si voy a seguir. Sufrí mucho y mi familia también”. Así, entre lágrimas, atravesado por una alegría indescriptible que lo llevaba hasta el recuerdo de su padre, pero también con una mueca de dolor evidente, Ariel Holan, flamante campeón de la Copa Sudamericana con Independiente en el Maracaná, le puso un gran signo de pregunta a su continuidad. Doble Amarilla va más allá y está en condiciones de revelar que el DT está mucho más afuera que adentro del club de sus amores. Aquí, los motivos del adiós a pesar de la gloria. 

La relación entre Holan y la dirigencia que encabeza Hugo Moyano está rota desde hace un mes y medio, pero algo está clarísimo: nunca fue la ideal.  Es el quiebre sobre algo ya desgastado. Es pasar de estar desflecado a quedar despedazado. Holan viene madurando la decisión junto a su familia, sus amigos y su círculo de trabajo. Es más, su representante tiene ofertas sobre la mesa y el entrenador lo sabe. Lo buscan desde México con una propuesta fantástica desde lo económico y también aparece en los radares de las selecciones de Paraguay (la que más lo seduce) y Chile. Pero detrás de todo hay dos motores muy potentes. 

El DT argumentará que el apriete de Bebote fue determinante y que está cansado de vivir con custodia y prefiere irse del país. Lo cierto es que fue importante, pero no lo que sellará la decisión. La ausencia de respaldo de la dirigencia es lo que más hirió a Holan, cuyo diálogo con los principales dirigentes es tirante y, en el último mes y medio, no se habló mucho con Pablo Moyano. Siente que no lo defendieron, que lo expusieron, que jamás se creó el contexto para que no estuviera expuesto ante la barra. Esa es la razón más poderosa detrás de las palabras del entrenador al finalizar el partido que lo consagró y que tatuó su apellido en la historia de Independiente. 

Los resultados permitieron que, públicamente, la fachada de armonía y perfecta comunión entre las partes se sostuviera. La realidad es que el teatro está llegando a su fin. Y así como Holan se sintió expuesto, débil, solitario y falto de escudos ante el episodio con Bebote, la dirigencia tiene fuertes sospechas de que el DT  tampoco los defendió en la causa. Es más: tienen la información de que hizo lo contrario. 

A veces, es "la gloria o Devoto". Para Holan, puede ser la gloria y el adiós. El hincha siempre le dejará las puertas y los brazos abiertos. Esta dirigencia, muy probablemente no.