El boxeo olímpico continúa en el centro de la polémica tras las acusaciones de corrupción contra la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) y la exclusión de dos jueces kazajos durante los Juegos Olímpicos de París, que reavivaron el debate sobre la integridad del arbitraje en el deporte.

Los jueces Alisher Altayev, con un nivel de alto riesgo y Yermek Suiyenish con nivel de riesgo medio, fueron removidos a mitad del torneo por posible riesgo de incurrir en delitos de corrupción.

La remoción de ambos jueces, que participaron en un total de 46 combates, fue una señal de preocupación sobre la transparencia en el arbitraje, especialmente en una disciplina que ha enfrentado irregularidades en las ediciones pasadas de los Juegos Olímpicos.

Dos jueces de boxeo que participaron en la cita olímpica fueron excluidos por sospechas de corrupción

Las críticas no se limitaron a la exclusión de los jueces, ya que en Italia la boxeadora Irma Testa criticó el nivel del arbitraje tras su eliminación en primera ronda.

El Comité Olímpico Internacional (COI) se ha mostrado cada vez más reticente a supervisar el boxeo en futuras ediciones de los Juegos, llegando a advertir que el deporte podría ser eliminado del programa de Los Ángeles 2028 si no se encuentra una federación fiable.

Ante este panorama, World Boxing, una nueva organización impulsada por Gran Bretaña y Estados Unidos, ha emergido como la única alternativa viable para garantizar la continuidad del boxeo olímpico.

Con el apoyo creciente de federaciones nacionales, World Boxing busca reemplazar a la IBA y asegurar que el boxeo siga siendo parte de los Juegos Olímpicos en los próximos años.