La historia de resiliencia de Maxi Zalazar: de estar a punto de quedar libre en Boca a debutar en Primera
El extremo derecho que hizo debutar Hugo Ibarra en cancha de Lanús tiene una historia de superación y ambición con los colores azul y oro: firmó a préstamo con Inter de Porto Alegre y casi queda en libertad de acción, aunque él insistió para que así no fuera. La reacción de su mamá y la historia familiar en un momento delicado.
Maximiliano Zalazar es de Boca, como toda su familia. El miércoles pasado vivió el momento que soñó desde chico y que esperó durante mucho tiempo, más allá que pasó meses de zozobra donde casi peligra: finalmente, el extremo de 21 años hizo su debut absoluto en Primera contra Lanús. Ya había ido al banco ante Colón. Ingresó por Óscar Romero a los 23 minutos del segundo tiempo y terminó, con Boca puntero tras el gol de Benedetto sobre la hora, llorando en el medio del campo de juego siendo abrazado por todos sus compañeros.
Maxi hace tan solo un mes atrás firmó un póker en el 6-0 de Boca contra Rosario Central en Reserva aunque él hace tiempo que hace ruido, siendo una de las figuras del equipo que hoy dirige Mariano Herrón.
Zalazar estaba en conflicto con la antigua dirigencia Xeneize. Lo querían vender en US$800.000 al Inter, pero él peleó para que sea solo un préstamo con opción. Terminada la cesión, el Inter le ofreció que se vaya libre de Boca, pero la rechazó porque no quería irse sin dejarle nada al club.
Llegada la nueva gestión, con Juan Román Riquelme a la cabeza y enterados de su situación personal, se le renovó el contrato y decidieron un nuevo préstamo pero sin opción. Objetivo cumplido para Zalazar, quien volvió a estar en Brandsen 805 a mediados del 2021. Hoy después de tanto pelearla, debutó en el club de sus amores y hace poco renovó con el club de la Ribera hasta 2025.
"Él ama a Boca, cuando estaba por irse a Inter de Brasil porque quedaba libre, me dejó en claro que quería dejarle algo al club y volver a jugar en algún momento", dijo Rosana, su mamá, en D-Sports Radio, y agregó lo que sintió cuando veía las indicaciones de Ibarra a su hijo: "En el momento que entró me puse a gritar de la emoción y no podía grabar porque me temblaba la mano".
Un poco más tranquila pero aún emocionada, tocó el momento del reencuentro entre madre e hijo, y Rosana lo relató con lujo de detalles y una frase tan alentadora como conmovedora: "Cuando volvió del partido nos abrazamos y le dije 'sos de Primera' y lloramos los dos".
Para cerrar, recordó cómo fue el momento más complicado que les tocó atravesar como familia por una enfermedad suya, que coincidió con el momento en el que Maxi estuvo en el Inter B, quien fue papá hace pocos meses: "Por mi enfermedad yo estaba internada y no lo pude ver cuando le tocó irse. Estuve muy mal y le pedí a Dios que me deje verlo a Maxi aunque sea una vez más. Quería verlo brillar y cumplir su sueño".