La peor semana en la carrera de Djokovic: vacunas, COVID y un conflicto diplomático que complica al Grand Slam
El serbio atraviesa uno de sus momentos más delicados de su trayectoria profesional. Desde su llegada a Australia, fue demorado dos veces y fue aislado en un hotel para refugiados. Le rebotaron la visa, apeló la decisión, la justicia le dio la razón y desde el gobierno australiano le volvieron a denegar el permiso. Fue detenido por las autoridades y el domingo se defenderá de vuelta ante el Tribunal Superior. En paralelo, hubo sincericidio de ambas partes: Nole reconoció haber incumplido protocolos sanitarios y el ministro de Migraciones declaró que el tenista "no violó ninguna ley migratoria". ¿Qué opina el mundo del tenis y las autoridades diplomáticas?
El tenista Novak Djokovic atraviesa una de las semanas más complejas de su carrera profesional tras defender a rajatabla su postura de no querer vacunarse contra el covid-19. Desde su llegada a Australia, un país con fuerte control y que exige el "pase sanitario", fue demorado en dos oportunidades, fue aislado en un hotel para refugiados y tuvo reiterados cruces con el gobierno de Australia que se terminarán definiendo en sede judicial. El mundo del tenis vive un conflicto diplomático sin precedentes y el Grand Slam podría quedarse sin su gran estrella en el circuito.
El tenista serbio arribó a territorio australiano el pasado 4 de enero en el medio de una polémica del cual era consciente. Pese a que Australia exige la credencial completa de vacunación contra el covid-19, sus abogados habían obtenido una exención médica en su visa de trabajo para participar del Australian Open, el primer Grand Slam del año.
Dicha exención se le otorgaba al N°1 del tenis mundial, ya que no está vacunado contra el Covid 19 y mantiene una postura contraria a la política sanitaria que rige en gran parte de los países. "¡Feliz año nuevo a todos! Deseándoles salud, amor y felicidad en cada momento presente y que sientan amor y respeto hacia todos los seres de este maravilloso planeta. Pasé un tiempo de calidad fantástico con mis seres queridos durante las vacaciones y hoy me dirijo a Australia con un permiso de exención. ¡¡Vamos 2022 !!" anunciaba en sus redes sociales "Nole" mientras emprendía su viaje al continente oceánico.
Corrían las primeras horas del 6 de enero cuando las autoridades sanitarias australianas no permitieron el ingreso del tenista, luego de demorarlo más de ocho horas con custodia policial y con el rol protagónico del propio primer ministro Scott Morrison, quién comunicó la decisión a través de las redes sociales.
"La visa del señor Djokovic ha sido cancelada. Las reglas son reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de estas reglas. Nuestras sólidas políticas fronterizas han sido fundamentales para que Australia tenga una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo por COVID, seguimos estando atentos", sentenció el premier australiano. Lo cierto es que el tenista serbio pasó todo el fin de semana anterior en un hotel para refugiados, mientras sus fanáticos se agolpaban en las puertas del mismo para solicitar su inmediata liberación.
El lunes 10 el juez Anthony Kelly, del Tribunal del Circuito Federal de Melbourne, determinó que el tenista número uno del mundo podría dejar el centro de inmigrantes donde se encontraba retenido desde el jueves. Su liberación se anotaba como un triunfo para los seguidores del Djoker. Mientras tanto, las autoridades australianas habían cancelado el visado a la tenista checa Renata Vorácová, quien no recurrió a la sentencia y regresó a su país.
Apenas abandonaba el Tribunal, Novak Djokovic le agradeció al juez que ordenó la restitución de su visa y su liberación. Además, confirmaba que se quedaría en Melbourne para competir en el Abierto de Australia.
“Estoy complacido y agradecido de que el juez revocara la cancelación de mi visa. A pesar de todo lo que ha pasado, me quiero quedar y tratar de competir en el Abierto de Australia”, señaló Djokovic en un posteo en sus redes junto a su equipo en el court principal del Melbourne Park.
Dos días más tarde y con un par de entrenamientos encima, una nueva polémica se instalaba alrededor del tenista serbio cuando rompió el silencio en sus redes sociales y confirmó que incumplió los protocolos sanitarios que buscan preservar a los países del avance de la pandemia, sobre todo del impacto de la variante Omicron.
En su cuenta de instagram, el serbio acusó a su representante de falsear la declaración jurada en migraciones y reconoció que acudió a una entrevista a pesar de haber dado positivo al test de COVID-19 días antes.
El jueves la organización del torneo anunciaba al N°1 del ranking en el cuadro principal del primer Grand Slam del año, que comienza el lunes próximo. Es más, confirmaron que debutaría ante su compatriota, Miomir Kecmanovic, en el intento de obtener por décima vez el primer Grand Slam del año.
Mientras tanto, el ministro de Migraciones, Alex Hawke, expresó que mantiene la posibilidad de usar los poderes especiales que le otorga la ley para deportar al tenista por no cumplir con los requisitos impuestos en el país por la pandemia.
El viernes por la tarde -la mañana del sábado en Australia-, el Gobierno redobló la apuesta y rechazó nuevamente el visado del tenista por motivos de "salud y orden público". El tenista resultó nuevamente detenido y permanecerá demorado hasta el próximo domingo, donde tendrá que apelar la decisión ante el Tribunal Superior. Esta sucesión de hechos podría desencadenar en la prohibición del Serbio de ingresar al país por los próximos tres años.
El padre del tenista, Srdjan Djokovic, le decía a The Telegraph: "Novak es el Espartaco del nuevo mundo que lucha por la igualdad de las personas del planeta, sin importar a qué Dios recen o cuánto dinero tengan. Es posible que el mundo rico no permita que Nole continúe jugando al tenis, pero revelará su verdadero rostro y así comenzará un juego mucho más serio. Habrá miembros codiciosos y arrogantes de la oligarquía mundial y un mundo libertario y orgulloso que aún cree en la justicia y la verdad"
Por su parte, el estadounidense John Isner y el australiano Nick Kyrgios respaldaron al serbio Novak Djokovic y exigieron más humanidad a las autoridades australianas: “No está bien todo lo que está viviendo Novak. No hay justificación al trato que está recibiendo. Cumplió las normas, le dejaron entrar en Australia, y ahora lo detienen en contra de su voluntad. Es una vergüenza”.
El conflicto entre el tenista y el gobierno australiano ya se tornaba en una cuestión diplomática. Fue el propio Presidente del Parlamento Serbio, Ivica Dadi, el que aseguró que "el caso no es especial ni específico, aquí se trata de la politización del asunto".
Tras asegurar que otros tenistas entraron en Australia con la misma exención que la de Djokovic, preguntó: "¿Por qué alguien se comporta de esa manera? Es el tenista número uno, un nombre internacional y una leyenda, y tal comportamiento es poco común, vergonzoso y descarado".
En Argentina el tema Djokovic dio lugar para la coincidencia y dejar a un costado la grieta. Los ministros de Salud de Provincia y Ciudad de Buenos Aires, Nicolás Kreplak y Fernán Quirós, coincidieron en el diagnóstico.
“Esto es una pandemia que ha producido millones de muertos, pensar que todo es gratis, no, no es gratis, hay que ceder algo. Y me parece muy razonable que Australia haga eso, sobre todo con las figuras públicas que tienen responsabilidad”, lanzó la autoridad bonaerense.
En tanto, su par en capital, agregó: "A Djokovic le diría que es un mal ejemplo ser una persona tan referente a nivel internacional y estar en contra de un instrumento que salvó a tantas personas en el mundo".
Por su parte, Rafael Nadal, uno de los tenistas más importantes de la historia y que tratará de competir mano a mano con el serbio para quedarse con el Australian Open, opinó: "Si haces eso, si te vacunas, puedes estar aquí. Puedes jugar el Open de Australia y en donde sea. El mundo ya ha sufrido lo suficiente como para no seguir las normas".
Otro de los que apuntó directamente contra Nole fue el griego Tsitsipas, "El 97% de los participantes fueron vacunados, hicieron lo que tenían que hacer para poder estar en Australia. Esa pequeña porción que decidió seguir su camino hace ver a los demás como unos tontos".
A eso se sumó en la última jornada la dura declaración del español, Carreño Busta, número 21 del ranking y quien cuestionó a su compañero: "Es complicado cuando una de las normas claras -la principal- es estar vacunado para poder venir aquí. Yo creo que lo que hay que hacer es vacunarse, y si no estás vacunado pues no venir".
"Cada uno es libre de hacer o de intentar hacer lo que pueda pero a partir de ahí pues estamos en estos líos. No es bueno para el tenis que se hable tanto de estas cosas y que tengamos que estar pendientes ahora de si van a dejarle jugar o no, si hay que cambiar el cuadro o no hay que cambiarlo. Es un poco complicada esa situación", agregó el tenista.