Las perlitas en la ¿despedida? de Del Potro
La Torre vivió una emotiva noche en el Buenos Aires Lawn Tennis Club: una cancha repleta lo esperó para ovacionarlo, la emoción durante el partido, el abrazo con su madre, el simbólico gesto con su vincha y la duda de Río.
“Qué placer verte otra vez” fue la frase que se repitió en muchas de las remeras que se encontraban en las tribunas del estadio Guillermo Vilas en el Buenos Aires Lawn Tennis Club esperando a Juan Martín Del Potro. También así decía la canción que musicalizó su ingreso a la cancha. La Torre de Tandil vivió una emotiva jornada en el que puede haber sido su último partido como tenista profesional.
Al margen quedó el resultado, que fue derrota para Delpo a manos de Fede Delbonis, amigo y otro de los nombres que están en la historia dorada del tenis argentino tras haber conseguido la ansiada Copa Davis en 2016. La cancha principal del BALTC estaba al máximo de su capacidad para acompañar y disfrutar de una de las últimas, sino la última, de las funciones del tandilense.
Ovaciones entre game y game, el “Delpo, mi buen amigo”, como cantito de guerra, algunos se animaron hasta a silbar a Delbonis, quien afrontó el partido de manera profesional, aunque quizás la emoción le ganaba por dentro y expectativa por algunos tramos del partido en el que la Torre mostraba buenos momentos de tenis, aunque la inactividad también quedó en evidencia.
Sobre el final del partido, Del Potro no aguantó y quebró en llanto. El partido, por algunos minutos, quedó al margen y las ovaciones volvieron a tomar protagonismo, junto con una frase que decía “Sos joven, tenés todo para ser feliz”.
Una vez finalizado el encuentro, el tandilense mantuvo un sentido abrazo con Delbonis. En su discurso, entre lágrimas, daba a entender que sería su adiós del tenis y que debía priorizar su salud, a lo que su madre asentía desde la tribuna, quien se encontraba presente por primera vez para ver a su hijo en acción.
Antes de salir hacia los vestuarios, Delpo saludó a los presentes por última vez, se acercó a la red y dejó su vincha, como un registro su paso por el Argentina Open y como símbolo de lo que su mente y cuerpo piden aunque su corazón se niegue: parar la raqueta y abocarse a su recuperación. Luego, su madre y su hermana lo recibieron con otro emotivo abrazo antes de dejar la cancha central del Buenos Aires Lawn Tennis.
¿Y Río? Si bien su intención era continuar con su serie de despedida en Brasil, el tandilense sembró la duda: “Ahora mismo no tengo claro lo de Río. En su momento, era la ilusión de jugar estos dos torneos. Creo que en Río puedo vivir algo similar por el cariño que me tienen y lo especial que es para mí. Mañana o pasado lo hablaremos y vamos a tomar una decisión”, expresó.