Sebastián Báez sentenció una gran gira sudamericana de polvo de ladrillo pero no pudo volver a gritar campeón en Santiago de Chile.

Cayó 6-4, 3-6 y 7-5 ante el serbio Laslo Djere en la final del ATP 250 que cierra la gira de canchas lentas, después de casi dos horas y media de partido, aunque selló con una fuerte cosecha de puntos la porción del tour en la que más peligraba su ranking.

El argentino perdió su primera final en el circuito mayor desde 2022. Su marca en partidos por el título, más allá de la caída en Chile, es abrumador: ganó siete trofeos -es el argentino con mayor cantidad de conquistas de la generación actual- y apenas cedió en tres definiciones.

El jugador de 24 años había comenzado la gira latina de canchas lentas a inicios de febrero en el nuevo Rosario Challenger, torneo del que aceptó un wild card -los top 50 no pueden anotarse en los Challengers- y en el que se reencontró con la victoria después de seis meses.

Arrastraba algunas molestias en la rodilla derecha y apremiaba el riesgo de una caída en el ranking. Comenzaba la parte del año en la que debía defender el mayor acumulado de puntos: avizoraban los 500 del título en Río y los 250 del triunfo en Santiago de Chile, ambos del año pasado. Salir del top 60 era una posibilidad.

Pero salió ileso: se irá de la etapa sudamericana del circuito con casi todas las unidades recolectadas y sin un descenso en el ranking: de los 750 puntos a defender en Río-Santiago apenas habrá perdido 85, por la derrota en la final de este domingo frente a Djere.

Se mantendrá entre los primero 35 del mundo -bajará del 31° al 34°- y quedará expectante de llegar a puestos de preclasificación para Roland Garros, con la mira puesta en la gira europea de ladrillo.