214 días de Leo Messi en el PSG: de la euforia a la reprobación y las dudas
El desembarco del capitán argentino en la ‘Ciudad de la Luz” generó una expectativa que se transformó en desilusión y furia tras la eliminación de la Champions League ante Real Madrid.
Todo lo que rodea a Lionel Messi hace ruido o es noticia, pero la más impensada en sus casi 18 años de carrera profesional se dio hace 214 días: su salida del Barcelona era un hecho, después de pasar casi dos décadas en la ciudad condal para arribar a la ciudad de las Luces, con toda la presión y la ilusión a cuestas: volver a conquistar Europa con el todopoderoso París Saint Germain.
El Fair Play financiero que pedía la Liga de España para sus equipos y para el Barcelona en particular, sumido en una profunda crisis financiera y económica, llevó a Joan Laporta a decidir no renovar el vínculo con el argentino, después de usarlo para ganar las elecciones tras la salida estruendosa de Josep Bartomeu.
Por eso, resonó en todo el mundo su llegada al PSG, revolucionando la vida de propios y extraños: nuevas costumbres familiares, las personales también y todo lo que representa que semejante leyenda del fútbol llegue a una ciudad como París, prácticamente con la obligación de conquistar todos los torneos que juega, porque además, no llegó solo: Donnarumma, Sergio Ramos, Wijnaldum y Achraf Hakimi fueron los nombres resonantes del club que dirige Mauricio Pochettino para esta temporada, aunque con el correr de los partidos, cada uno tuvo su rendimiento, la mayoría flojos.
Por caso, Leo alternó buenos partidos, sobre todo en Ligue 1 con algunos flojos. Si hablamos meramente de números, solo convirtió 7 goles, algo impensado para lo que genera Messi, ya que son estadísticas que no tiene hace 17 temporadas: en la 2005/2006, que derivó en que sea convocado por Pekerman para el Mundial de Alemania 2006 con la Mayor de Argentina, convirtió 8 goles en 25 partidos. Después, siempre dos dígitos finales en la temporada en cuanto a cantidad de goles, teniendo números exorbitantes, marcando siempre más de 30 goles, y llegando a la friolera suma de 233 conquistas en 208 partidos solamente con el Barcelona entre el 2009 y 2013.
Los medios franceses siempre lo tuvieron entre ceja y ceja con lo que hizo adentro de la cancha, y algunos importantes como L'Equipe lo ha sabido puntuar con un 2 o un 3 en algunos partidos del PSG, cuando su nivel no había sido para semejante descalificación. Pero llegó el golpazo. En el peor momento posible, contra el rival menos deseado: el Real Madrid dio vuelta el 0-2 parcial de la serie y con el 3-1 final de la vuelta en el Bernabéu y convirtiendo 2 de esos goles en 110 segundos, eliminó al proyecto de las individualidades en pos de un resultado por encima de cualquier cosa: horror de Donnarumma en el 1 a 1, pérdida de Neymar para el 2-1 del Real y el 3-1 llegó inmediatamente después de ese 2-1 parcial, gracias a desatenciones de un PSG que estaba groggy y por un regalo de Marquinhos al inapelable Benzema. Y para casa el PSG. Reproches. Jugadores marcados. Proyecto a la deriva. Tanto gasto económico para nada. Todo eso se pregunta el mundo del fútbol desde el miércoles pasado, con la eliminación en la espalda cada vez más pesada del equipo parisino.
Pero el fútbol sigue, y el PSG debía jugar esta tarde francesa ante el anteúltimo Burdeos, y el partido empezó complicado aunque lo terminó ganando cómodamente 3-0, pero lo trascendente no estuvo en el resultado, sino en lo que pasó afuera de la cancha y la repercusión inmediata interna: a los reproches del periodismo, se sumó la reprobación de los hinchas: Messi, por primera vez en su carrera a nivel clubes (ya ha pasado en la Copa América 2011 jugada en Argentina) era silbado por su hinchada, y fue constante: menor a la de Neymar, con silbatina efusiva y hasta cánticos con insultos para el jugador nacido en Brasil, pero lo de Leo se hizo sentir. Tocaba la pelota, y silbidos en el Parque de los Príncipes. Al terminar el partido y con el 3-0, los jugadores decidieron no saludar a los ultras que se apostan en su tribuna: ¿Pasará algo ante esta situación?
A priori, como viene contando Doble Amarilla desde agosto del año pasado, su vínculo con el PSG es hasta junio de 2023 y no hay intenciones de rescindirlo antes, pero si lo ocurrido este domingo se extiende por lo que queda de la temporada, habrá que ver qué sucede por la cabeza de Leo, que está puesta en la máxima cita de Qatar con Argentina, que en su club.
Además, el DT del Barcelona, Xavi, gran amigo de Messi, habló con el astro tras la eliminación en el Bernabéu y habrá que ver si el Barsa mueve alguna ficha antes o espera a que el contrato decante y pueda volver, libre, al conjunto culé. Todo está por verse en la vida de Leo, que sintió el cimbronazo parisino de estos últimos días y que, ya con 34 años, piensa en el Mundial y en la MLS, donde desea colgar los botines.