A los 91 años, falleció Ennio Morricone, el compositor de la marcha del Mundial '78
El compositor italiano fue una referencia dentro del cine Mundial por sus piezas. Entre otros, Morricone le puso la música a "Kill Bill", "Los Intocables", "El Bueno, el malo y el feo" y también al clásico "Cinema Paradiso". Además, fue el encargado de la música del Campeonato del Mundo que se jugó en la Argentina.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El célebre compositor italiano y ganador del Premio Oscar, Ennio Morricone, autor de la música de películas como "Kill Bill" y "Los intocables", falleció hoy en Roma a los 91 años.
Nacido en Roma en 1928, Morricone falleció a las 6 de la mañana locales (1 de Argentina) en una clínica de la capital italiana, donde estaba internado por una caída en su casa que le había provocado una fractura de fémur, según informó la "RAI".
Dentro de todas sus piezas inolvidables, Morricone también realizó la marcha del Mundial Argentina 1978. En el cine, su nombre es sinónimo de éxito. Ganador del Oscar Honorífico en 2006, Morricone obtuvo también el Oscar a la Mejor banda sonora por su trabajo en "Los 8 magníficos", filme de Quentin Tarantino, en 2016, además de haber estado nominado en otras cinco ocasiones.
A lo largo de una carrera en la que realizó más de 500 composiciones musicales para el cine y más de 300 bandas sonoras, obtuvo también tres Grammys, cuatro Globos de Oro y un León de Oro honorífico otorgado por la Muestra de Venecia en 1995.
Entre sus composiciones, se destacan las músicas creadas para "La batalla de Argel", de Gillo Pontecorvo (1966); "El bueno el feo y el malo", de Sergio Leone (1966); "Novecento", de Bernardo Bertolucci (1976), "La misión", de Roland Joffé (1986), "Los intocables", de Brian De Plama (1987), "Cinema Paradiso", de Tornatore (1988), las dos entregas de "Kill Bill" (2001 y 2004) de Quentin Tarantino, entre muchas otras gemas del séptimo arte que llevan su sello.
"Recordaremos siempre, con infinito reconocimiento, el genio artístico del Maestro Ennio Morricone. Nos ha hecho soñar, emocionar, reflexionar, escribiendo notas memorables que permanecerán indelebles en la historia de la música y del cine", lo homenajeó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, a través de Twitter.
En abril de 2019, el papa Francisco le había concedido la Medalla de Oro del pontificado por "su extraordinario y provechoso esfuerzo artístico en el ámbito de la música, lenguaje universal de paz, solidaridad y espiritualidad". Según anunció la familia del compositor en un comunicado, el funeral del artista se llevará a cabo en forma privada "por respeto al sentimiento de humildad que siempre ha inspirado los actos de su existencia".
El abogado del compositor, Giorgio Assumma, afirmó que Morricone "conservó hasta el final la lucidez plena y gran dignidad, saludó a su amada esposa María, quien lo acompañó con dedicación en cada momento de su vida humana y profesional y estuvo cerca de él hasta el último aliento".
El compositor, según su abogado, "agradeció a sus hijos y nietos por el amor y la atención que le han brindado y dedicó un recuerdo conmovedor a su audiencia de cuyo afectuoso apoyo siempre ha sacado la fuerza de su creatividad ".
Esta es la carta póstuma que dejó
Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto.
Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida.
Hay sólo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar.
Saludo con mucho cariño a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida.
Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise.
Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Monica y a mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca.
Espero que entiendan cuánto los he amado.
Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar.
A ella es mi más doloroso adiós.