Bolsonaro le da la espalda a los 20.000 muertos y ya empieza a hablar de la vuelta del fútbol
Sin tener en cuenta la profunda crisis sanitaria que atraviesa el país, al líder del Palacio de Planalto parece que sólo le interesa que vuelva a rodar la pelota. Incluso, indicó que tiene el "ok" del Ministro de Salud y de los jugadores. Mientras, en un sólo día, el vecino país sumó 18.508 contagios, un número que es casi el doble de los que acumula argentina desde el inicio de la pandemia. Escalofriante.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Hace un tiempo ya que se sabe: para Jair Bolsonaro la vuelta del fútbol a Brasil es una cuestión de estado. Y no hace el más mínimo esfuerzo por disimularlo. Mientras en su país, los casos trepan de a miles y los fallecidos también, para el hombre que ostenta la primera magistratura del vecino país, lo más importante parece ser que la pelota vuelva a rodar.
Ahora, afirmó, sin tapujos, que el Ministerio de Salud apoya el retorno del fútbol, sin público, porque los jugadores se han mostrado "favorables" a reanudar los torneos, en una declaración que coincide con un nuevo récord diario de muertes y contagios y que además pasa por alto la salida del anterior Ministro de Salud, absolutamente en contra de la política de Bolsonaro de hacer volver el deporte.
"En un primer momento había mucho jugador que era contrario al retorno, pero ahora hay otro entendimiento por parte de los jugadores para volver, obviamente sin hinchada", señaló Bolsonaro, quién posee un programa semanal que se emite por Facebook.
"El Ministerio de Salud es favorable a dar un parecer en ese sentido para que podamos ver el fútbol los sábados y domingo. Eso incluso ayuda a mantener a las personas en casa y sin estrés", consideró el líder del país más grande de Sudamerica, en habitantes y en poderío económico.
"Los jugadores quieren volver a jugar y eso es lo que interesa, porque no sabemos hasta cuánto va a durar esta pandemia. El deporte es vida y salud", añadió Bolsonaro, quién antes de su programa se había reunido con el alcalde de la ciudad de Río de Janeiro, el pastor evangélico y aliado Marcelo Crivella. En Río, la cuarentena persiste y el Gobernador del estado, Wilson Witzel, insiste en no permitirle a los clubes de la ciudad la realización de entrenamientos. Pese a esto, Flamengo, último campeón de la liga y de América, reanudó los entrenamientos con cuidados pero se expone a sanciones.
Bolsonaro, además, señaló que sin fútbol, no habrá patrocinios, ni transmisiones de TV y que, sin eso, varios equipos de la Segunda división iban a "quebrar" y los de primera, como Flamengo y el Palmeiras, pasarían por problemas financieros.
Más allá de los dichos de Bolsonaro, que también se traducen en presión a los organismos y personas que deben reorganizar el regreso del fútbol, La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha dado indicios de comenzar a finales de junio la Liga, que estaba inicialmente prevista para mayo.
Mientras, en las últimas 24 horas, Brasil registró 1.188 muertes por COVID-19, su nuevo máximo diario y superó los 20 mil fallecidos por la pandemia. Ya tiene 310.087 casos en el país, tras la aparición de 18.508 contagios en tan sólo un día. Ese número es casi el doble de contagios totales que posee la Argentina en toda la pandemia. En este contexto, hablar de un regreso del fútbol es una auténtica locura y Bolsonaro está jugando un rol de loco completo.