El Chelsea inglés eligió a Enzo Maresca, técnico de 44 años que ascendió con el Leicester a la Premier League, para suceder a Mauricio Pochettino, que sólo estuvo una temporada al frente de los ‘Blues’. El italiano tendrá la última palabra sobre la cesión o no de Enzo Fernández al plantel olímpico argentino que disputará los Juegos de París del 24 de julio al 11 de agosto.

El mediocampista argentino, que llegó la semana pasada al país para concluir su puesta a punto luego de la operación, ahora tendrá que esperar este stand by hasta que Maresca asuma y decida sobre un listado de 17 “urgent points” que le puso sobre la mesa la dirigencia de los ‘Blues’.

Entre ellos figura el pedido tanto del jugador como de la Asociación del Fútbol Argentino para poder contar con el campeón del mundo para el intento de conseguir la tercera medalla dorada en tierras francesas.

Enzo Fernández es uno de los 29 jugadores que disputará los dos amistosos previos de la Copa América y es número puesto no sólo para quedar en la lista definitiva de Lionel Scaloni sino para ser titular el próximo 20 de junio cuando el vigente monarca americano estrene el torneo ante Canadá en Atlanta.

Según el periódico Daily Telegraph, el italiano firmará un contrato de cinco años y otro opcional con el rico club del oeste de Londres, adquirido en mayo de 2022 por el empresario estadounidense Todd Boehly y su consorcio de inversiones BlueCo.

Enzo Maresca, que tenía contrato con el Leicester hasta 2026, será el cuarto técnico permanente en ser contratado desde la llegada de Boehly, después de Thomas Tuchel, Graham Potter y Mauricio Pochettino, que se fue el 21 de mayo "de común acuerdo" con el club.

El argentino dejó al equipo en sexta posición de la Premier League, logrando 'in extremis' una clasificación a la Conference League.

Antiguo ayudante de Manuel Pellegrini en el West Ham (2018-2019), dirigió en categorías inferiores del Manchester City, antes de formar parte del cuerpo técnico de Pep Guardiola durante una temporada (2022-2023).

El italiano tomó las riendas del Leicester, donde su fútbol ofensivo, basado en la posesión, sedujo y dio resultados.

Su primera temporada como entrenador principal concluyó con el primer puesto en Championship (segunda inglesa), permitiendo a los 'Foxes' regresar a la Premier sólo un año después de su descenso.