(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Las leyendas nunca envejecen. Pasan los años y siguen de la misma forma. Con la entrega de siempre. Así es Zlatan Ibrahimovic, que hace algunos días se había comparado con Benjamin Button. ''Nací viejo y moriré joven'', dijo el artillero. Difícil encontrar mejores demostraciones que las de hoy.

Las cosas no pintaban bien para su equipo, Los Ángeles Galaxy. Perdían 1-3 en el clásico de la ciudad contra su rival, Los Ángeles FC. Un cántico ensordecedor empezó a bajar de la afición californiana: ¡Queremos a Zlatan!, gritaban los fanáticos. El entrenador Sigi Schmidt obedeció y colocó en cancha al sueco, que no jugaba un partido oficial desde el 26 de diciembre, con Manchester United. 

El crack respondió enseguida: marcó un golazo de antología para empatar el encuentro luego de que su compañero descontara y, cuando caía el telón sobre el encuentro, puso el 4-3 definitivo en el minuto final. Histórico debut para el delantero de 36 años, que nunca deja de sorprender. Inoxidable.

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