Desesperado pedido de auxilio de un jugador argentino varado en Bolivia: "No sé cuando voy a volver y el 31 de julio me quedo en la calle"
Antonio "Tony" Herrera, ex jugador de Estudiantes de La Plata, vive en un infierno digno de una película de terror. Compró los pasajes para volver a la Argentina y no pudo abordar el avión. ¿El motivo? El club jamás lo legalizó: "Jugué un año y medio sin papeles". Enterado, contactó al presidente del Cochabamba FC, Pedro Camacho, éste se enojó con él y ahora se dispone a desalojarlo. Herrera está preso en un vacío legal y judicial y desde el Gobierno argentino tampoco brindan soluciones.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) La pandemia del coronavirus, a veces, también expone los lados más miserables de las personas. Este es el caso de Pedro Camacho, presidente del Cochabamba FC de la segunda de Bolivia. Camacho contrató a Antonio "Tony" Herrera, cuyo último paso en Argentina fue por Estudiantes. La relación era buena, 'Tony' es el capitán del equipo que ganó el torneo y clasificó a la Copa Simón Bolívar para luchar por un ascenso. Pero el coronavirus, la crisis económica y la escasísima empatía mostrada por Camacho lo hacen vivir una auténtica pesadilla.
"Doble Amarilla" lo contacta para que nos cuente su historia. Y en el tono de su voz se trasluce la urgencia que tiene. Herrera vive en un edificio propiedad del dueño del club. Allí están su mujer, Nazarena y sus hijos Jano (4) y Genaro (3). No tiene representante y se mueve sólo en un país al que llegó en enero de 2019. Pese a los nenes chiquitos, Pedro Camacho ya advirtió que el próximo 31 de julio la familia Herrera deberá buscarse un techo, porque no podrán seguir viviendo ahí.
Todo empezó el 17 de julio de este año, cuando Herrera y su familia iban a abordar un vuelo de repatriación BOA (Aerolíneas Bolivianas) con destino a Buenos Aires. Sin embargo, no lo dejaron embarcar. ¿El motivo? Herrera y su familia, sin saberlo, eran ilegales en Bolivia: "Jugué un año y medio jugué ilegalmente. Me enteré cuando fui a migraciones. Ahí me dijeron que tenía dos opciones: o el club me hacia la visa de trabajo o me deportan. Yo elegí que me deporten, porque el presidente del club no me atiende el teléfono. El tema es que no se cuándo y el 31 de julio me quedo en la calle".
Herrera está desesperado, como en un callejón sin salida. El jugador, de 26 años, está lesionado desde febrero, cuando sufrió una distensión de ligamento y el club tampoco se hizo cargo de él. Luego del episodio del 17 de julio, Herrera intentó acercar posiciones con Camacho, y recibió una reacción violenta de parte del mandamás de la institución: Lo único que recibí fue un tono elevado de voz y que me echó la culpa a mí de lo que pasaba. Esto es un equipo de segunda división, acá se cobra como allá en la categoría D. Estoy en la espera que las notas que hice lleguen a manos correspondientes, ruego porque le llegue al presidente, porque ya no sé cómo voy a hacer para volver", remarca.
DA: ¿Cómo estás manejando el tema de la Deportación? ¿Salen vuelos regularmente?
TH: Fui hoy a migraciones, porque nos van a desalojar y el consulado no nos da respuesta. Lo único que me dijo el Consulado fue “ponete un abogado” y migraciones de Bolivia me dijo “o te hacen la VISA de trabajo el club o te queda la deportación”. Como el club como no me atiende, yo opté por deportarme. Pero ellos no me dicen cuando me voy a poder ir, porque depende de la aerolínea. Ellos tienen un vuelo programado el 2 de septiembre. En junio salieron dos vuelos y uno, que era el 26 de junio, lo reprogramaron para el 17 de julio. Ese es el que yo tenía pasajes. Intenté hablar pacíficamente con el club y me dijeron que "me las arregle solo", como si yo fuera un perro.
DA: ¿Intentaste que algún compañero interceda por vos, el capitán del equipo, otro directivo?
TH: El capitán soy yo, encima. Mis compañeros quisieron hablar y el presidente tampoco les atiende ni el teléfono. Ellos tampoco están cobrando normalmente. Yo cuando esto termine quiero hacer todo legalmente, pero necesito una solución ahora. Hace un tiempo, yo salí en un diario de acá, que se llama “Los Tiempos” y cuando fui a hablar con el presidente para que me solucionen el tema de los papeles, el presidente me prohibió hacer notas, porque dice que queda mal el club, él y los dirigentes. Además, también en migraciones, me dijeron que los recibos de sueldo que me habían dado no servían: no tenían el sello del club.
Por último, Herrera, que ya también recurrió a intentar pedir ayuda en Estudiantes, su ex club, contó la última humillación: "Cuando fui a buscar mis papeles, el presidente me preguntó porque no me había conseguido un trabajo, porque insistía en depender de él. Y yo le recordé que él me había contratado y se río de mí. Sólo quiero que esto llegue a alguien que me pueda ayudar, nada más".