La Escuela de Estudiantes de la Plata se apoderó de la escena europea a los 8 minutos del primer tiempo. Lo que parecía imposible terminó sucediendo: Juan Foyth trastabilló con la pelota y cayó al césped tras un intento de querer salir jugando de forma elegante con la cara externa del pie derecho. La inercia lo hizo impactar su cabeza contra la rodilla del potente Paul Pogba. Compañeros y árbitros pidiendo ayuda rápida de los auxiliares para que pudieran atenderlo. El defensor seguía tendido y empezaba a salir sangre de su nariz. Unai Emery se agarraba la cabeza y ya imaginaba una primera sustitución a poco tiempo de iniciada la final. Sin embargo, el argentino, lejos de “achicarse”, fue vendado en la cabeza y cubrió una de sus fosas nasales con algodón. Así jugó durante 87 minutos y de lateral derecho, un puesto que no está en su naturaleza y al que debió aclimatarse luego de dejar Tottenham.

Otra secuencia Pincharrata: el partido termina 1 a 1, similar a aquel resultado que se dio en Old Trafford el 16 de octubre de 1968. Estudiantes, 52 años atrás, se consagraba campeón de la Copa Intercontinental (había ganado 1 a 0 en la ida) ante Manchester United. Pero ese 1 a 1 no alcanzaba para el Villarreal de España, que nunca había obtenido un galardón internacional. Pasó otra media hora y llegaron los penales. Los arqueros, los ejecutantes y el destino. Gerónimo Rulli y David De Gea no estaban finos, pero el portero argentino casi tapaba un penal ante el británico Luke Shaw. Daba señales de que, si sus compañeros cumplían, él iba a sacar las cosas adelante. 10 a 10. Todos patearon, todos convirtieron. Llegó la hora de la verdad a merced de los “colegas” que debían poner en juego su honor. El ex pibe de City Bell la clava al ángulo superior izquierdo. Llega el turno de un De Gea invadido por el miedo y el contexto. Era uno o el otro. La ejecución marcó el final del partido: Rulli atajó la pelota y le dio al Submarino Amarillo el primer título internacional.

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Esfuerzo, sacrificio, compromiso, estudio y determinación son tan sólo un puñado de la inmensa cantidad de valores que se inculcan en el predio de City Bell en el que Estudiantes trabaja sobre los jóvenes que tienen el sueño de convertirse en futbolistas profesionales. Por esa escuela, que tiene como filosofía de vida a los exitosos entrenadores Osvaldo Zubeldía, Carlos Salvador Bilardo y Alejandro Sabella, pasaron los dos futbolistas argentinos que hicieron historia grande en Europa. Historia que ni el mismo Juan Román Riquelme pudo concretar con el equipo que actualmente dirige Unai Emery, que ya gritó cuatro veces campeón en esta competición.

“Los tuve a ambos y es un placer verlos crecer de esta forma. Para el club es muy redituable poder cosechar este tipo de jugadores. Fuimos nada más que un peldaño en sus carreras Los títulos forman parte de su desarrollo”, le dice a Doble Amarilla Pedro Senta, uno de los entrenadores de Foyth y Rulli en las categorías infantiles.

En la misma línea, Juan Martín ‘Mosqui’ Aiello, quien fue secretario de Fútbol Amateur cuando Foyth estaba en las inferiores y actualmente es secretario del Fútbol Profesional, aporta: “Juan y Gero colaboran y no se olvidan nunca del club. Ambos han hecho donaciones. Juan hizo un aporte ni bien lo vendimos al Tottenham y pudimos usar ese dinero para terminar la pensión de juveniles, que era un tema pendiente de nuestra gestión. En esa donación también había participado (Santiago) Ascacíbar. Gero siempre hace donaciones y fundamentalmente para los arqueros de fútbol juvenil e infantil”.

Rulli, el héroe de la escena

“Siempre se mostró como un chico extremadamente respetuoso, profesional, meticuloso y aplicado. Demostraba en el día a día una tranquilidad que era la que después transmitía en el terreno de juego. Vivía y jugaba, y eso se lo trasladaba a todos los demás”, le comenta a Doble Amarilla Leandro Cortizo, coordinador del Área de Arqueros y entrenador de los porteros de Primera División.

Rulli debutó en 2013 bajo el interinato de Martín Zuccarelli. Tenia sólo 19 años, una edad bastante temprana para lo que es el comienzo de un arquero en Primera. En City Bell ya veían sus condiciones y era el tiempo de sacarlo a la cancha. Tras poco más de 50 partidos, la Real Sociedad de España lo fichó al comprar el 80% del pase en un U$S 4.000.000. Llegó a estar 588 minutos sin que le conviertan un gol, una marca histórica para el club.

“Gero es un chico que hizo todo el proceso de fútbol infantil en la institución. Dentro de la estructura formativa pasó por las manos de muchísimos formadores, desde profes hasta entrenadores principales. Y estamos hablando de un club como Estudiantes que tiene una formación muy integral, que va desde lo deportivo hasta lo humano. Él ha mamado el proceso también como hincha, principalmente por el vínculo que la familia tiene en el club”, remarca Cortizo.

El preciso momento en el que Gerónimo Rulli se convirtió en el héroe de Villarreal

A su vez, en cuanto a la conquista de la Europa League, detalla: “Lo de Rulli va más allá de esta copa. A nosotros no nos sorprende el nivel que está demostrando. Lo conocemos muy bien y sabemos de sus cualidades. Lo seguimos en todo su recorrido y demostró estar por encima del nivel medio de un arquero del fútbol argentino. Nosotros siempre consideramos que los arqueros se evalúan por sus características técnicas, físicas, tácticas y psicológicas. Esos cuatro conceptos son los que hoy tiene que tener un futbolista para la alta competencia. Gero los cumple todos y los reúne perfectamente”.

Doble Amarilla también conversó con Omar Rulli, su padre, quien también tiene una historia muy ligada a la formación en Estudiantes de la Plata. Su hijo, además de llevarla la Europa League a la casa, también le dará un nieto. A pesar de la distancia, es sencillo detectar el amor que existe entre ambos.

“Jamas le di una indicación técnica, nunca (se ríe), porque el padre lo que tiene que hacer es cumplir otra función”, le dice a este medio. Coincide también con la visión de Gustavo Gil Sosa, quien no lo pudo entrenar pero lo vio formarse a lo largo de su estadía en el Pincha: “Soy amigo de su padre y dirigimos juntos. De Gero te puedo asegurar que es un chico excelente, responsable y comprometido. Lo mismo digo de Juan Foyth, son grandes compañeros”.

Foyth, la promesa en potencia y el “enganche” frustrado

Un volante central tirado a “enlace” que pasa a ser defensor central. Y justo en Estudiantes, un club donde la templanza y la frialdad en los duelos se festejan casi como un gol. Basta ir al estadio UNO -sin pandemia de por medio- para escuchar a miles de almas gritar el nombre del club como trofeo de guerra cada vez que un defensor va al piso, pelea y gana un duelo. El tema es que ese enganche jovencito y de primer paso por los juveniles ya mostraba determinación y agresividad para ganar esas contiendas.

El responsable del cambio de puesto es Martín Gaimaro, entrenador de la Séptima del Pincha y el “creador” del mariscal de Villarreal. “Fui quien lo pasó a defensor”, le dice a Doble Amarilla entre risas, consciente del éxito del laboratorio pincharrata. ¿Cuáles fueron sus argumentos? “Lo que más me llamó la atención era la altura y la velocidad, más allá de las cualidades físicas. En el trabajo diario desde hace años hay una formación que es dedicada a duelos y reducidos. En los duelos, donde hay 1 contra 1 y 2 contra 2, tenía una agresividad y una manera notable. Los ganaba todos”, argumenta.

¡CAMPEÓN! Juan Foyth VS ᴍᴀɴᴄʜᴇsᴛᴇʀ ᴜɴɪᴛᴇᴅ (Enorme Partido)

En ese entonces, el enroque de posiciones se dio con Franco Sivetti, volante de 24 años y con actualidad en Brown de Puerto Madryn. El ex compañero de Foyth agrega: “Yo jugaba de central y él de volante central, y nos terminaron rotando por una cuestión de altura y características. Ya en edad de Sexta se veía que era un jugador que tranquilamente podía estar en Europa. En esa categoría fue cuando empezó a explotar y se vio poco a poco todo el potencial”.

Martín Mazzucco, que lo tuvo un puñado de partidos en la Cuarta, pero que lo vio de cerca, le explica a Doble Amarilla: “En su momento quizás se especulaba con que era de movimientos lentos para ser volante central. Lo que pasa es que siempre tuvo calidad y personalidad. Era muy tiempista, era central y hasta te salía jugando desde adentro del área. Lo tuve muy poco porque rápidamente pasó a Reserva, ya era muy notoria su progresión”.

“Juan era volante central y al principio no estaba del todo seguro de ser central, pero le terminó agarrando el gustito y se afianzó enseguida. Después terminó logrando lo que es hoy”, suma Aiello.

“Es muy rápido para su altura y además tiene una técnica exquisita. Tuvo una efectividad en cuanto a los pases de casi el 90%. Tiene  mucha agresividad para el duelo y el mano a mano. Es muy competitivo, tiene mucha velocidad y reacción. La estadística también lo fortalece en eso, tiene una efectividad superior al 80%. Pensá que sólo tiene 23 años, tiene muchísimo por crecer y mejorar. Lo particular de él es que consumía mucho fútbol europeo y ya se visualizaba jugando y compitiendo ahí”, le agrega a Doble Amarilla Gustavo Salinas, otro de los entrenadores que lo conoce y que trabaja día a día con los chicos en City Bell.

La Selección Argentina

Hace poco, el arquero made in Estudiantes tuvo contacto con la prensa y no escondió su insatisfacción por no estar en la Selección Argentina. Aún así, es consciente de que todavía existen posibilidades y que, en su puesto, no hay una gran cantidad de arqueros que se destaquen para romper los moldes.

“Nunca le voy a cerrar la puerta a la Selección. Hay grandísimos arqueros y hay que hacerlo muy bien para poder estar. Haber venido al Villarreal, haber vuelto a la Liga, va a ser otro tipo de ventana para mí. Tengo mi confianza plena para hacerlo bien en el club y si todo va bien esperar un llamado de la Selección”, le expresó a Olé.

Por otra parte, Juan Foyth es parte del elenco estable de Lionel Scaloni, pero todavía no se gana la confianza para ser el marcador central del conjunto albiceleste y habitualmente es utilizado como lateral por derecha. Polifuncionalidad, de eso también se trata la escuela del Pincha.

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En ese marco, otro que le aporta datos a Doble Amarilla sobre Foyth es Hermes Desio, ex coordinador general de las selecciones juveniles de AFA y actual Pumas de México: “Siempre le decía a los entrenadores que por cada problema me tenían que traer dos soluciones. Un día se me acercan Martín Gaimaro y (Juan) el ‘Tucu’ Krupoviesa y me dicen: “Mirá, teníamos un problema pero ya te trajimos la solución”. Ahí me empiezan a contar el tema de Juan y de Sivetti. Y bueno, yo confié en ellos porque son los que siempre trabajaron con él en el día a día. Mi función se basó en apoyarlo y darle un poco de aliento y convencimiento a Juan de que era capaz de hacerlo. Una vez le dije que pruebe con cinco partidos para ver cómo se sentía, y ya el resto es historia”.

Será cuestión de tiempo saber si los egresados de la cantera pincharrata podrán volver a formar el dúo del éxito con la camiseta de su país. Hasta ahora ya lo hicieron con el equipo español que dirige Emery. Además de los futbolistas, también merecen una medalla los formadores de Estudiantes, una escuela inagotable que abastece al mercado argentino y a la propia representativo nacional.