Italia: La historia de la goleada más indignante del año
El Pro Piacenza, de la tercera italiana, no pagó sueldos y sus jugadores y DT renunciaron. Para no desaparecer reclutó 7 juveniles para jugar contra los 11 del AC Cuneo 1905. ¿Qué pasó? Ni Fellini se animó a escribir una historia así....
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Cuando creías que todas las historias bizarras del fútbol las ibas a encontrar en los países del sub desarrollo, ahora preparate para leer una historia de no creer que se dio en la tercera división de una de las cinco potencias del fútbol mundial en cuanto a lo económico y su desarrollo: el fútbol italiano.
Un fútbol surrealista es el que se vive en la Serie C de Italia. El caso en cuestión es el de un club llamado Pro Piacenza. El presente del club italiano en la tercera categoría del país no es para nada bueno. La institución de la ciudad de Plasencia atraviesa una profunda crisis económica al igual que muchos otros equipos de Italia.
Hace tres partidos que no presentaba equipo porque sus jugadores renunciaron debido a las deudas acumuladas que tenía la dirigencia con sus futbolistas.
Según la normativa en el fútbol italiano, al cuarto encuentro que un equipo no se presenta queda automáticamente desafiliado de la categoría. Ya hubo un antecedentes esta misma temporada y en la misma divisional: El club Matera ya fue desafiliado después de no haberse presentado a cuatro encuentros por falta de pagos. Además, llevaban más de 30 puntos de penalidad acumulados previo a la desafiliación.
Hoy, Pro Piacenza debía enfrentar a AC Cuneo 1905. Desesperados, los dirigentes recurrieron al último manotazo de ahogado que les quedaba: los juveniles. Así, reclutaron solamente a seis jugadores menores de 19 años y el masajista, de 39 años, que salieron a la cancha para enfrentar a los 11 futbolistas de la escuadra rival. Hay que aclarar, también, que el mínimo de futbolistas que necesita un equipo para disputar un cotejo oficial es 7. De tener menor cantidad de futbolistas, el equipo no puede salir a jugar el encuentro.
Pero ese no fue el único detalle: como el director técnico del Pro Piacenza también había renunciado, esa misma mañana uno de los juveniles firmó un doble contrato como jugador y como DT para así ejercer ambas funciones y que el equipo pudiera presentarse.
El resultado de semejante caos y desorden no podía ser otro que el que terminó siendo. Apenas finalizado el primer tiempo del encuentro, Pro Piacenza ya perdía 16-0 en lo que todo indicaba que podía ser la peor catástrofe de la historia del fútbol.
Cabe recordar que la mayor goleada de la historia registrada por FIFA se dio un 11 de abril de 2001 entre Australia y Samoa Americana por las Eliminatorias de Oceanía para el Mundial 2002: 31-0.
En el segundo tiempo, los rivales parecieran haberse apiadado un poco de la situación y el partido concluyó 20-0. Sin embargo, otro dato bizarro del encuentro fue cuando en el segundo tiempo entró un octavo juvenil a la cancha, Isufi, quien no había podido ir de arranque porque se había olvidado el documento y no había llegado a firmar planilla. Aunque la suma del nuevo futbolista no iba a durar mucho, ya que a los 5 minutos el masajista tuvo que dejar el campo de juego por lesión.
El fútbol italiano atraviesa hace años una profunda crisis. Lejos de las luces y las miradas que se lleva la Juventus como equipo inevitable o del Napoli que resucitó las últimas 5 temporadas, la realidad que azota a la mayoría de los equipos en Italia no es la mejor. Así es como la falta de crecimiento a nivel económico que padece Italia en los últimos años vio afectada una de sus mayores industrias como lo es el fútbol. Es así, también, como grandes equipos con mucha historia en el Calcio como el Parma y el Bari terminaron descendiendo y estuvieron a punto de desaparecer debido a los grandes problemas económicos que tuvieron que afrontar.
A pesar de todo esto, la historia vivida por el Pro Piacenza es única y ni siquiera una de los glorias máxima de la historia como el italiano Federico Fellini se hubiera animado a hacer un relato tan sórdido.