Por su enorme talento y habilidad, muchos lo llamaron “el sucesor de Pelé”. Tuvo una carrera envidiable, en la que fue campeón en casi todos los equipos donde jugó. Compartió plantel con grandes figuras en el Real Madrid y se destacó en su Selección. Sin embargo, una grave denuncia en su contra lo llevó a quedar preso y estudiar para arreglar televisores.

Se trata de Robinho, uno de los grandes talentos brasileños de la década de 2000, quien hoy está muy lejos de los flashes que lo rodearon en el fútbol de elite. Es que su vida cambió por completo cuando un tribunal de Italia lo condenó a nueve años de prisión en 2017, por haber participado en una violación grupal a una joven albanesa en 2013.

Robinho en la Selección de Brasil.

Actualmente, el exfutbolista cumple su condena en la prisión rural de Tremembé, a unos 160 kilómetros del centro de San Pablo. Allí pasa sus días aprendiendo un oficio, como parte de los programas educativos y actividades recreativas dentro de la penitenciaría.

“Se ha inscrito en un curso de electrónica básica para aprender a reparar televisores y radios. Es difícil decir si lo está disfrutando o no, pero le está ayudando a pasar el tiempo”, comentó su abogado, Mario Rosso Vale.

La carrera de Robinho

Robinho brilló en el Real Madrid.

Desde su aparición en Santos allá por 2002, Robinho cautivó a todos con su técnica y su potencia goleadora. Su gran nivel le permitió representar a Brasil en los Mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Con la “Verdeamarelha” conquistó la Copa América 2007, en la que fue goleador, y las Copas Confederaciones 2005 y 2009.

A nivel clubes, su palmarés está lleno de éxitos. Ganó 5 títulos con Santos, 3 en Real Madrid, 2 en el Milan, 1 en el Guangzhou Evergrande de China, 1 en el Estambul Başakşehir turco y 1 más en Atlético Mineiro. Además, entre 2008 y 2009 tuvo un buen paso por Manchester City, aunque no llegó a ganar ningún campeonato.