La Superliga Europea, un controvertido proyecto que no logra instalarse: Sus inicios, la intervención judicial temprana y los clubes impulsores
La organización del torneo, propuesto por los clubes del 'Viejo Continente', tiene acumulados varios capítulos judiciales. Real Madrid, Barcelona y Juventus buscan la consolidación de este certamen, pese al rechazo generalizado. La UEFA se manifestó, en varias ocasiones, en contra de la creación de la Superliga. Sin embargo, los impulsores insisten en su conformación. Detalles.
"Es una idea, un deseo de quienes no se preocupan por el resto del fútbol. Solo interesa lo que será hoy y no lo que pasará mañana. Este es el sueño de Florentino Pérez", con esas palabras Aleksander Ceferin, presidente de UEFA, se expresó contra la Superliga europea en diciembre de 2020.
Mientras el mundo era azotado por una pandemia nunca antes vista en la era moderna, el Presidente del Real Madrid era impulsor de una idea que buscaba favorecer a los clubes más poderosos de Europa. Una idea que desató una batalla que aún hoy se libra entre los ‘Merengues’, Barcelona y Juventus contra UEFA y FIFA.
El origen de la Superliga Europea
En enero de 2021, The Times filtró el borrador de la Superliga Europea de Fútbol. Un torneo con quince equipos fundadores a los que se les habrían ofrecido 350 millones de euros por participar del ambicioso proyecto. Barcelona, Manchester United, Liverpool, Juventus, Real Madrid y AC Milán figuraban entre los impulsores de un proyecto que contaría con financiación de capitales estadounidenses.
Mientras tanto, y paralelamente, UEFA proponía la creación de una ‘joint venture’ con los clubes de cara a la venta por los derechos de televisión de la Champions League, para la temporada que arranca en 2024-2025. El ente rector europeo mantuvo, por ese entonces. conversaciones con la Asociación Europea de Clubes (ECA) sobre la creación de una empresa conjunta que controlaría todos los medios y los derechos de patrocinio tanto de la Copa de Campeones como de la Europa League.
La idea de la Superliga era convencer a "clubes como a instituciones de que este movimiento no daña a las Ligas, sino que simplemente viene a destituir a la Champions".
El 18 de marzo de ese año la UEFA, las federaciones y las ligas inglesa, española e italiana manifestaron, a través de un comunicado, su rechazo a la creación de la Superliga. Afirmaron que las organizaciones se mantendrán “unidas para detener este proyecto cínico”, que “se basa en el interés de unos pocos clubes, en un momento en que la sociedad necesita más que nunca la solidaridad”. Un día después, en claro tono desafiante, la Superliga tuvo su lanzamiento…
Pese a la dura advertencia de UEFA, el 19 de Marzo de 2021, a través de un comunicado conjunto, Real Madrid, Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Chelsea, Barcelona, Inter, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham decidieron patear el tablero continental con todo y lanzar oficialmente la Superliga Europea de Fútbol (ESL).
En el anuncio, los 12 clubes adelantaron que otras tres instituciones serían invitadas a unirse antes de la temporada inaugural. La competición contaría con 20 clubes, los 15 fundadores (12+3) y otros cinco elencos adicionales que se clasificarán anualmente en base al rendimiento de la temporada anterior.
En cuanto al modo de disputa, la idea es que todos los partidos se jueguen entre semana y que los clubes sigan compitiendo en sus respectivas ligas nacionales, "preservando así el calendario tradicional que está en el centro de la vida de los clubes".
El anuncio en simultáneo de los 12 clubes más poderosos de Europa de la creación de la Superliga generó un cisma en todo el continente. Además del rechazo mayoritario en redes sociales, la escisión de la UEFA de esta pequeña isla de clubes poderosos generó el repudio prácticamente unánime de todo el arco político del Viejo continente, dentro y fuera de la Unión Europea.
Boris Johnson, Primer Ministro británico la rechazó de plano: "Vamos a mirar todo lo que podemos hacer con las autoridades del fútbol para asegurarnos de que esto (la Superliga) no sale adelante como está planeado". El anunció de los clubes, de los cuales el 50% son ingleses "no es una buena noticia para los aficionados y tampoco para el fútbol en este país", continuó Boris. "No me gusta el aspecto de esa propuesta".
Por su parte, el presidente de Francia, Emanuel Macron también se pronunció sobre la Superliga y saludó la decisión de los equipos galos de no formar parte: "El presidente de la República saluda la postura de los clubes franceses que han rechazado participar en un proyecto que amenaza el principio de solidaridad y méritos deportivos".
El ministro de Cultura y Deporte de España, José Manuel Rodríguez Uribes, también se sumó al debate y agregó que antes de expresar una opinión absoluta sobre la Superliga quiere reunirse con las partes implicadas y escucharlas. Por último, abogó por "un acuerdo", ya que “los planteamientos que suponen un choque de trenes no son buenos”.
El sindicato internacional de jugadores (FIFPRO) mostró su gran preocupación por el impacto que puede tener la creación de la Superliga. En ese sentido, rechazó que los jugadores sean ignorados y utilizados en las negociaciones, así como su exclusión de las selecciones por participar en ella.
"La llegada del fútbol europeo a este punto de posible ruptura es el reflejo de una gobernanza en la que algunos han disfrutado de poderes desproporcionados y el resto incluidos los jugadores y también los aficionados- son en gran medida ignorados", denunció.
Estaba claro que el rechazo a la Superliga de parte de los estratos más importantes del continente debilitaban la posición de los clubes.
En respuesta a la creación de la Superliga Europea de Clubes, la UEFA avanzó con lo que tenía previsto y validó el cambio de formato de la Champions League a partir de la temporada 2024/25. Serán más equipos, más partidos y más dinero a repartir.
Justo un día después de que la Superliga Europea anunciase su creación como competencia alternativa, la UEFA resolvió seguir avanzando en la dirección que tenía prefijada y certificó lo que será la nueva Champions League, a partir de 2024.
"Este nuevo formato apoya también el estatus y el futuro del fútbol a nivel nacional en toda Europa. Mantiene el principio de que el rendimiento en la competición nacional debe ser la clave para la clasificación, y vuelve a confirmar los principios de solidaridad dentro del fútbol y de competición abierta", señaló Aleksandr Ceferin, que también tuvo palabras muy duras contra la SuperLiga.
En aquellos conflictivos días el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, confirmó el firme rechazo de la organización con sede en Zurich a la creación de la Superliga. Además, en su declaración en el Congreso de la UEFA, mostró su total apoyo al fútbol europeo y a la UEFA durante el Congreso Ordinario celebrado en Montreaux (Suiza).
"La FIFA es una organización construida sobre valores del deporte y solo puede desaprobar firmemente la creación de la Superliga, que es una tienda cerrada y una ruptura con las instituciones actuales, con las ligas, con las asociaciones, y con la UEFA. Déjenme mostrar el total apoyo de la FIFA al fútbol europeo y a la UEFA", dijo.
Infantino calificó como un éxito el modelo de fútbol europeo y se refirió a su obligación y la de todos los presentes a protegerlo con "con responsabilidad, solidaridad y en el interés del fútbol nacional, europeo y global".
"Mi reto como presidente es proteger esto, las competiciones de clubes, las selecciones... Si algunos eligen seguir su propio camino debemos dejarlos ir con consecuencias por su elección, son responsables de ella. Están dentro o fuera, que cada uno piense", añadió.
El martes 20 de Abril de 2021, a poco de surgir, colapsó el proyecto de la Superliga Europea. Todo comenzó temprano esa jornada con diferentes reacciones opuestas al proyecto: el propio Papa Francisco se mostró en contra de la movida, así como también lo hicieron fanáticos de distintos clubes, UEFA y FIFA. Esto hizo que los clubes ingleses se bajen del proyecto: en los diferentes comunicados, todos coincidieron en que una de las razones por las cuales decidieron dar marcha atrás en esta competencia es por las opiniones de los hinchas, quienes realizaron movilizaciones en los alrededores de las instituciones.
Tras la salida de los equipos ingleses (Manchester City y United, Liverpool, Arsenal, Tottenham y Chelsea), la competencia emitió un comunicado en el que manifiesta que va a revisar el proyecto.
En LaLiga también muchos clubes tomaron decisiones. Según declaró en aquella jornada el presidente Laporta, Barcelona sólo se incorporará a la Superliga si el proyecto es aprobado por la Asamblea de socios. Por otro lado, el Atlético Madrid anunció también su baja.
En el comunicado, manifiestan que la propuesta de un nuevo torneo se debe a que "el sistema existente no funciona". Entre sus propósitos, destacan que buscan generar recursos y estabilidad para todo el fútbol, "incluyendo la ayuda a las dificultades financieras que experimentó toda la comunidad del fútbol por la pandemia".
Por su parte, señalan que su propósito "está alineado con la ley europea y sus regulaciones, lo que fue demostrado por la decisión de la Corte de proteger a la Superliga". Además, remarcan que van a reconsiderar los pasos apropiados para darle una nueva forma al torneo, siempre teniendo en mente "ofrecerle a los fans la mejor experiencia posible".
La salida más influyente para la caída de esta propuesta es la de Manchester United, cuyo vicepresidente Ed Woodward ya anunció que ante esta posibilidad frustrada abandonará su cargo a mediados del corriente año, dos meses antes de que hubiese dado comienzo justamente la Superliga, en agosto próximo.
Sin embargo, no es éste el disparador del derrumbe de este castillo de naipes, sino el del dueño del club, el empresario estadounidense Joel Glazer, que había sido designado vicepresidente primero de la Superliga, por detrás del titular, Florentino Pérez, y por delante del vice segundo, Andrea Agnelli, de la Juventus, que ante ello parecía que iba a renunciar a la presidencia del club italiano, aunque luego retrocedió en sus pasos.
Glazer era el impulsor económico de este proyecto desde los Estados Unidos, por detrás de Florentino Pérez, y su deserción deja vacías las promesas realizadas por el titular del club madrileño realizadas ayer en el canal Antena 3, cuando habló de "iniciativa solidaria" que, prometió, "derramaría dinero a las instituciones más modestas cuando aumenten las ganancias de las más poderosas".
Fue el fin de la organización de la Superliga, pero el inicio de un litigio que lleva casi dos años entre ambas partes.
El 12 de Mayo de 2021 llegaron las primeras consecuencias de la caída de la Superliga Europea. La UEFA confirmó ese día el inicio de una investigación disciplinaria por una posible violación de su marco legal por parte de los clubes Real Madrid, Barcelona y Juventus en relación al fallido proyecto de la Superliga Europea de Clubes.
"De acuerdo con el artículo 31(4) del Reglamento Disciplinario de la UEFA, los Inspectores de Ética y Disciplina de la UEFA han sido designados hoy para llevar a cabo una investigación disciplinaria en relación con una posible violación del marco legal de la UEFA por parte del Real Madrid CF, el FC Barcelona y la Juventus FC en relación con el llamado proyecto de la Superliga", señaló el organismo con sede en Nyon en un comunicado oficial. La ofensicva judicial llegaría en breve.
El juzgado de lo mercantil Nº 17 de Madrid, que había prohibido en abril pasado a la UEFA tomar represalias o excluir a los once clubes fundadores de la Superliga de las competiciones organizadas por el organismo europeo, lo instó a retirar las sanciones que había impuesto a los nueve clubes que se retiraron del intento de crear la nueva competición, dejando solos a Real Madrid, Barcelona y Juventus.
En octubre de 2022, a pesar de la negativa expresa de UEFA y la amenaza del inicio de procesos judiciales, los tres clubes volvieron a la carga con la puesta en marcha de la Superliga. Esta nueva embestida se da tras la designación de Bernd Reichart como CEO de A22 Sports Management, la empresa encargada de negociar la viabilidad del torneo. Reichart es un ejecutivo del mundo de los medios de comunicación y del deporte con una extensa trayectoria y que hasta hace poco, ocupaba el puesto de director general del Grupo RTL Deutschland, una de las principales empresas de medios de comunicación de Europa.
Previo al Mundial de Qatar, en noviembre, UEFA y diferentes actores del fútbol europeo se reunieron con representantes de la Superliga y ratificaron el rechazo al proyecto de competencia paralelo que se buscó implementar el año pasado.
Según confirmó la UEFA, el organismo aceptó la solicitud de mantener una reunión en su sede en Nyon, Suiza, con "A22 Sports, empresa comercial privada, y ofreciéndoles la oportunidad de dirigirse a todas las autoridades verdaderamente representativas del fútbol europeo". Tras la misma, señaló que sus máximos responsables, encabezados por el presidente Aleksander Ceferin, y los altos representantes de las ligas nacionales, los clubes, los jugadores y los aficionados, "subrayaron juntos que la oposición a la autoproclamada Superliga sigue siendo hoy abrumadora, como lo ha sido desde abril de 2021".
"En consonancia con la unidad del fútbol europeo, la UEFA y las partes interesadas del fútbol participantes volvieron a rechazar unánimemente la lógica que sustenta proyectos como la ESL (Superliga europea por sus siglas en inglés) durante el debate", al que asistieron entre otros, el presidente de LaLiga y representante de las ligas europeas en el ejecutivo de la UEFA, Javier Tebas, y el presidente del sindicato mundial de jugadores FIFPRO, David Aganzo.
Según la UEFA, los participantes escucharon "con sorpresa las afirmaciones del director general de A22 Sports, Bernd Reichart, de que esta empresa no representa a ningún club en ninguna capacidad, incluidos los tres clubes que siguen apoyando abiertamente el proyecto (Real Madrid, Barcelona y Juventus)". "La UEFA y las partes interesadas en el fútbol siguen comprometidas con los fundamentos del fútbol europeo, que se basan en la apertura, la solidaridad y la meritocracia, y sirven a objetivos más amplios de principios deportivos e interés social, en lugar de privilegios y auto-derechos", apuntó en un comunicado.
También recordó que esta posición "ha recibido el apoyo unánime de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y un amplio apoyo de los gobiernos nacionales, las instituciones públicas y las partes interesadas de todo el continente".
En Diciembre de 2022 un revés judicial sin precedentes sufrió la Superliga Europea. La controvertida competencia encontró una traba importante cuando la Corte de Justicia europea dictaminó la legitimidad de los procedimientos que llevaron adelante los organismos de regulación del fútbol europeo y mundial.
El dictamen del abogado general, Athanasios Rantos, que si bien es no vinculante pero suele coincidir en gran parte con la resolución final, parte de las seis cuestiones prejudiciales que formuló un juzgado español al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Dentro de esas cuestiones, el juzgado de la capital ibérica quería consultar si UEFA y FIFA vulneraban las normas de Competencia de la Unión Europea con sus procederes durante el affaire con la Superliga. Los clubes que impulsaron hasta el final esta idea fueron Real Madrid, Juventus y Barcelona.
Al respecto, la respuesta de Rantos es contundente en su conclusión: “Superditar la creación de cualquier nueva competición a una autorización previa son compatibles con el Derecho de la Unión en materia de competencia. Habida cuenta de las características de la competición proyectada, los efectos restrictivos derivados del sistema de autorización previa son inherentes y proporcionados para alcanzar los objetivos legítimos perseguidos por la UEFA y la FIFA asociados al carácter específico del deporte”.
UEFA no acató la decisión del Juzgado de lo Mercantil 17 de Madrid y confía en ganar el litigio que mantiene por la Superliga en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). En un principio su petición había sido avalada por el juez de turno, pero UEFA y FIFA habían recurrido y obtuvieron un fallo favorable.
Hace algunos días la Audiencia Provincial volvió a dar la razón a los integrantes de la Superliga anulando aquella sentencia. El ente europeo espera que el TJUE le dé la razón, por lo que considera que no debe acatar la decisión de la justicia española.
La primera reacción se dio en el seno del Torneo Español. La organización de LaLiga emitió un comunicado de respuesta a la sentencia emitida este martes y en ella habla precisamente de esa decisión que debe tomar el TJUE. La patronal de los clubes españoles confía en que en su fallo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea "apoye el actual modelo europeo del deporte, que cuenta con el respaldo de las instituciones europeas y los gobiernos nacionales".
En tanto el ente europeo se expresó a través de un comunicado: "El procedimiento principal ante el Juzgado de lo Mercantil de Madrid está actualmente suspendido a la espera de la decisión del TJUE", destacó la UEFA tras conocer la decisión de la Audiencia de atender el recurso de apelación interpuesto por la Superliga y dejar sin efecto la resolución dictada el 20 de abril de 2022 del Juzgado de lo Mercantil número 17 contra las medidas cautelares decretadas por auto el 20 de abril de 2021, que ahora son confirmadas.
"Tras las inequívocas conclusiones del Abogado General del TJUE en apoyo de la misión central de la UEFA de gobernar el fútbol europeo, la UEFA espera ahora la sentencia del TJUE, que será notificada al Juzgado de lo Mercantil de Madrid para que pueda aplicarse en los procedimientos principales", cerró el comunicado oficial.
Lejos de terminar y desistir con la creación de este torneo, la batalla sigue más viva que nunca entre la UEFA, FIFA y los clubes interesados en la imposición de la Superliga Europea.