Angelici intenta despegarse del ingreso de la barra y abre sumario a la seguridad del club
El presidente de Boca dijo que no estaba en el país cuando ocurrió el ingreso de La Doce al predio para “hablar” con el plantel. Apuntó a la Seguridad del club y dijo que "la barra no tiene nada que hacer en Casa Amarilla”. Las declaraciones se contraponen con la visión de parte del Gobierno nacional que cree que el Tano no combate lo suficiente a los violentos.
A tres días de la visita de la barra de Boca a Casa Amarilla y en medio de la crítica generalizada por el hecho, el presidente de Boca salió a despegarse del episodio. En diálogo con Estudio Fútbol, Daniel Angelici, aseguró que no estaba en el país el sábado y dijo que inició un sumario interno para determinar quién le abrió paso a los violentos.
"Llegué del exterior hace unas horas. Por este tema abrí un sumario administrativo. Vamos a ver quien de seguridad autorizó la hinchada a ingresar al club”, señaló Angelici a Estudio Fútbol.
El presidente de Boca apuntó sus cañones a la seguridad del club. "No puede pasar que vengan 10 o 12 y entren como si fuera su casa, porque no lo es. Tenemos que tener gente preparada para parar a la barra. Los de seguridad deberían haber hecho la denuncia”, remarcó. En tanto lanzó que “los hinchas caracterizados pueden venir a alentar el domingo si tienen el carnet al día, pero no tienen nada que hacer a Casa Amarilla”.
Como hoy informó Doble Amarilla (Tevez, en la mira de una investigación para determinar quién habilitó el acceso de La Doce ) Seguridad de Nación y Ciudad siguen una pista que indica que habría sido el propio capitán que permitió que quince barras accedan el sábado pasado al plantel para ‘dialogar’ y ‘pedir un mayor compromiso’. En tanto, en el entorno presidencial apuntan a diferencias entre Macri y Angelici respecto a la rigidez en el combate contra los barras. En el Ejecutivo creen que el Tano es demasiado permisivo con los violentos. Ante este panorama, la reacción de Angelici, quien vio que de golpe las miradas incisivas empezaban a mirar hacia él y su jugador protegido.