Beraldi y Royco Ferrari muy cerca de cerrar un acuerdo que le preocupa al oficialismo
Las negociaciones están avanzadas. De darse, sería una fórmula que le puede hacer frente a Angelici y su armado. Los últimos sondeos arrojan una leve ventaja de Gribaudo, candidato de la actual CD. Los números le llegaron a Macri, quien no está tranquilo con los 5 puntos que el candidato oficialista le saca a los opositores en las encuestas.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) En la primera semana de diciembre habrá elecciones en Boca. Y el clima electoral ya se vive. A la chance que se analizó en el seno del macrismo – angelicismo de que el actual Presidente de la Nación Mauricio Macri sea candidato en caso de perder en primera vuelta, debido a los flojo que ven a Christian Gribaudo (candidato ungido por el actual mandamás del club), el sector opositor responde con negociaciones y acuerdos que están a punto de cerrarse.
José Beraldi siempre manifestó su intención de ser candidato a presidente Xeneize. Incluso, ya desplegó elementos de campaña y buscará nuevamente llegar al sillón de Brandsen 805. En virtud de sus intenciones, el empresario del transporte, según pudo saber DOBLE AMARILLA, está a un paso de cerrar un acuerdo que hace temblar a la estructura oficialista: ‘Royco’ Ferrari, ex vice de Angelici en esta gestión y referente ineludible de las peñas xeneizes, sería su candidato a vice.
Al peso propio del nombre de Beraldi (dirigente que acompañó a Mauricio Macri en sus primeros años como presidente del club), se sumaría alguien que asegura acercar votos del Interior, punto siempre importante en un club con tanto arraigo como Boca. Quedarían sin definir todavía su destino, hombres como Amor Ameal y Víctor Santa María, otrora también candidatos al máximo cargo en Boca.
Por su parte, en el seno oficialista, la preocupación es real. Sondeos y encuestas se vienen pidiendo desde hace varios meses, y los últimos números no son favorables a Christian Gribaudo. El candidato elegido por Daniel Angelici estaría manteniendo una diferencia de entre 4 y 5 puntos con respecto a los opositores (antes de conocerse este posible acuerdo Beraldi – Ferrari). Esa diferencia no tranquiliza a nadie en el mundo Boca, ni siquiera a Mauricio Macri, que tal como informó Doble Amarilla podría ser candidato a presidente del club en caso de perder en primera vuelta ante Alberto Fernández en las presidenciales nacionales. En el macrismo más ortodoxo, saben que en caso de perder las elecciones nacionales, caer en los comicios internos boquenses sería un golpe durísimo. Por eso, no quieren dejar nada librado al azar.
Otro nombre que resurgió como posible reemplazante de Gribaudo en la cabeza de la boleta oficialista es el actual vicejefe de gabinete de ministros a nivel nacional, Andrés Ibarra. El funcionario es un hombre de extrema confianza del Presidente de la Nación, y fue una de las primeras opciones que manejó el propio Mauricio Macri para la etapa post-Angelici. Por diversos motivos, en la Rosada nunca pidieron prescindir de sus servicios en el gobierno. Es más, durante la última turbulencia en el gabinete, Macri le dio un ascenso sacándolo del ministerio de Modernización y poniéndolo al lado de Marcos Peña. Tras haber tenido un desarrollo profesional casi de la mano, en 2004 Ibarra fue nombrado gerente general del club en momentos que Macri concentraba sus fuerzas para competir por una banca en la cámara de Diputados y luego apuntar a la campaña que finalmente lo erigió como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La clave de las posibilidades de Ibarra es que grantizaría el apoyo de hombres de fuerte presencia en el mundo político de Boca, como César Martucci, quien volvería a estar, de esta manera, en la esfera oficialista.
En este escenario de dudas oficialistas, un sector de la oposición cierra filas y se asegura un buen piso de votos para largarse a la aventura de desbancar al oficialismo en diciembre. La votación sería el 2 o el 9 de ese mes (se define en las próximas semanas, y el llamado a los comicios es 30 días antes de la fecha definida) y todos ya empiezan a contar las fichas en sus manos. En política, cuatro meses es una eternidad. Por lo cual, los armados opositores todavía pueden mutar. Está abierto y se empiezan a mover las fichas en una elección tan politizada como la de Boca, donde se define mucho más que la conducción de un club deportivo.