Durante un torneo universitario en Estados Unidos, la esgrimista Stephanie Turner, decidió retirarse de un combate al enterarse de que su oponente era una mujer trans. El episodio provocó una fuerte repercusión y reabrió el debate sobre la equidad en el deporte femenino.

Una escena inesperada sacudió el mundo del deporte estadounidense el pasado 3 de abril, la atleta anteriormente mencionada representante de la Universidad de Columbia, se negó a competir contra la oponente transgénero Redmond Sullivan por su condición sexual.

La esgrimista se arrodilló en señal de protesta antes del inicio de su enfrentamiento, negándose a competir. Recibiendo una dura sanción.

La reacción de Tuner al enterarse de que su rival era una mujer transgénero 

Turner expresó disgusto ante la participación trans en torneos femeninos y posteriormente fue expulsada de la competencia tras recibir una tarjeta negra siendo la sanción más grave que posee el reglamento de USA Fencing, organización que regula la actividad en Estados Unidos y podría extender la suspensión de competencias hasta dos meses.

Basado en lo que dice uno de los artículos de dicho reglamento: “Un esgrimista no tiene permitido negarse a competir contra otro contrincante debidamente inscrito, por ninguna razón”.

A raíz de este suceso quien se manifestó al respecto fue el Fencing respaldando públicamente a Sullivan con un comunicado: Red ha seguido todas las reglas y pautas establecidas por la FIE (Federación Internacional de Esgrima) y USA Fencing. Ella tiene todo el derecho de competir en los eventos para los que califica y ha cumplido con los criterios desde hace mucho tiempo para hacerlo”. El club enfatizó que la esgrima promueve valores de honor, espíritu deportivo, inclusión y respeto, y rechazó el comportamiento de quien se negó al combate.

En declaraciones públicas, Stephanie Turner comentó lo que le había dicho al árbitro y su contrincante: “Lo siento, no puedo hacer esto. Soy una mujer, y este es un hombre, y este es un torneo de mujeres. Y no enfrentaré a este individuo".

“Redmond no me escuchó, se me acercó y pensó que podría estar lesionada o que no entendía lo que estaba pasando. Me preguntó: “¿Estás bien?”. Y le dije: “Lo siento. Te tengo mucho cariño y respeto, pero no voy a competir”, agregó.

Esta polémica se da en torno de una creciente polarización a las políticas deportivas inclusivas en Estados Unidos y tuvo una fuerte repercusión en redes sociales, teniendo opiniones divididas respecto al caso.