(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El pasado 11 de febrero de este año, una testigo de identidad reservada radicó en la Justicia una denuncia por "asociación ilícita" y "venta de estupefacientes" contra los barras de Boca Fabián Adolfo "Topadora" Kruger, Rafael Di Zeo, Marcelo Aravena, Fernando Maciel y Carolina Condelló. En sus dichos, la denunciante dejó al descubierto varios ilícitos de la barra, la venta de entradas truchas, de droga y que siempre están armados. Pero también reveló, según los documentos a los que tuvo acceso Doble Amarilla, los planes para secuestrar a la ex Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y al periodista, Gustavo Grabia. 

La denuncia, radicada en sede judicial, sirve para conocer la operatoria de Rafael Di Zeo y de varias de las personas cercanas a él, entre los que está "Topadora" Kruger, un célebre barra de Boca, muy cercano a la cúpula de "La 12". 

La denunciante, en el tramo más "grave" de su denuncia a la que tuvo acceso este medio, habla de la planificación para secuestrar a la ex ministra Bullrich. "Los escuché además planificar, como si nada, el Secuestro de la ex Ministro de Seguridad, Patricia Bullrich, en sus llamadas telefónicas y mensajes de audio", dice. Y, en otra parte de su denuncia, amplia: "Sobre Bullrich, quedó claro que iban a esperar a que deje de ser Ministra. 'A esta ministra hay que esperar que deje de ser ministra, porque no va a tener la custodia que tiene ahora. Así vamos, la secuestramos y le sacamos plata'" y referencia que eso era algo que 'Topadora' hablaba con Di Zeo y Maciel.

También menciona a los tres en la operatoria de venta de entradas truchas. Refiere que Di Zeo "las conseguía" y que Kruger y Maciel las vendían. "Entre ellos dos y Maciel vendían entradas truchas para los partidos en La Bombonera. Tenían los compradores y las vendían por Teléfono. Las repartían 4 horas antes del partido en un bar que está en diagonal a la Shell que está cerca de La Bombonera. Di Zeo conseguía las entradas, se las repartía a estos dos, después ellos las repartían entre sí”.

Sobre la droga, indica: "Arriba de la heladera tenía una caja con cocaína, que vendía telefónicamente. Los compradores iban a la casa, sin entrar y ahí se hacia la compra. Dice que Di Zeo era el que le daba las drogas, por eso se llevaba una parte de la venta. Describe a Kruger como “un simple empleado” que vendía la droga. En la casa, además, la denunciante indica que hay armas de fuego guardadas dentro de una caja de zapatos, que ella vio una sola y que cuando consultó a Kruger este le dijo: "Estas son cosas que no tenés ni que preguntar para que están acá".

En ese sentido, la denunciante revela que "estas personas se encuentran armadas y son peligrosas, por lo que solicito la intervención de sus teléfonos celulares y el allanamiento inmediato de los domicilios denunciados. Asimismo, solicito que se tenga reservada la presencia desnuca a fin de no poner en riesgo mi integridad física".

La testigo de identidad reservada asegura que "Kruger y Di Zeo planeaban distintos hechos delictivos" y refiere, por ejemplo, cuando le apareció incendidado el auto a la cuñada de Rafa. "Una noche escuchó como planearon durante toda al noche el incendio del auto de la cuñada de Di Zeo, que Kruger dijo que había sido una "orden" de Rafa. También, en otro momento, hablaban de secuestrar al periodista Gustavo Grabia “por todo lo que hablaba de la barra”".

Cuando alguna vez Kruger se daba cuenta que la testigo estaba escuchado, le soltaba una amenaza seca: "Vos llévate esto a la tumba, porque si no apareces en una zanja. No te olvidas que tenés hijos"

Consultada sobre la aparición de esta denuncia, Patricia Bullrich afirmó en "A24": "No sabía de esta denuncia. La verdad que en primer lugar me deja un poco helada, congelada, el hecho que a partir de una política como al que llevamos nosotros adelante, integrantes de una barra brava puedan estar pensando en un secuestro. Tengo que hablar de algo presunto, porque hay que investigar el hecho. La persecución a las barras en nuestro gobierno fue implacable, fue dura, logramos que haya paz, desarmar muchos de los negociados que tenían las barras. Siempre uno piensa que la vendetta puede venir, pero si es en torno a un secuestro es una cuestión muy grave".