(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Con la clasificación de River a la final de la Copa Libertadores en Fox ya prendían velas y se imaginaban una Superfinal de América con Boca que podía romper récord de audiencia en sudamérica y en especial en Argentina. El alerta por parte de Seguridad de Ciudad advirtiendo que una final de vuelta entre River y Boca no iba a poder jugarse el 28 de noviembre debido al receloso operativo or el G20, no hizo más que abrirle la puerta a un negocio aún más grande a la cadena de televisión.

En ese momento, arrancó el lobby por parte de Hernández Donari, vicepresidente Ejecutivo de FoxSports Latinoamérica, y Felipe Mc Gouh, vicepresidente de programación y producción, para mover esas finales a los sábados 10 y 24 de noviembre. Las frenéticas llamadas a Asunción, Buenos Aires y México incluyeron al mismísimo Carlos Martínez, presidente de Fox Networks Group. Es que claro, dos superfinales inéditas durante fines de semana garantizaban transmisiones maratónica con récord de audiencia y de venta aún mayor que las que se pueden dar durante la semana.

¿Seguridad o negocio?

Entendiendo que la fecha del 28 era imposible debido al G20, ayer Conmebol inició los contactos con la Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires para escuchar los requerimientos. Según pudo confirmar "Doble Amarilla", desde el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta le manifestaron al ente que conduce Alejandro Domínguez que no tenían ningún inconveniente con que la final se dispute el 7 y 21 o el 10 y 24, aunque marcaron que para una urbe con tanto movimiento siempre es mejor que estos eventos sean el fin de semana. Es decir, la Seguridad no se opuso a ninguna fecha, sólo a la del 28 de noviembre.

Conmebol, internamente tomo la decisión más lógica. Respetar la fecha de la primera final y adelantar una semana la vuelta. Inclusive, como anticipó ayer en exclusiva "Doble Amarilla", se logró el ok de FIFA porque la revancha se jugaría durante la ventana de amistosos internacionales. Desde Zurich, entendieron la importancia de este evento y accedieron a la modificación.

En medio de este acuerdo, Fox empezó a presionar entendiendo que el fin de semana favorecía a su negocio. Lo curioso es que la misma cadena que tiene los derechos de Superliga decide priorizar la Copa Libertadores por encima de la Liga local inclusive violando su propio principio de exigir que el calendario del fútbol argentino sea inalterable.

La torta que le dejaría una Superfinal durante un fin de semana hace inclusive que no tenga empacho en perjudicar a su socio TNT, que también vería alterada su grilla.

¿Pero qué conllevaría que una final se juegue durante dos sábados? Por lo pronto un gran perjuicio al resto de los equipos argentinos ya que durante esos días no se podría jugar ningún otro partido en Capital Federal o hasta se habla de tampoco en los estadios que sean en las inmediaciones de la Ciudad como Racing e Independiente. Además, compactaría toda la fecha tirando para abajo los ratings de los partidos del resto de los equipos. 

No es un tema menor que la presión de Fox se da en momentos en que la relación con el ente sudamericano pasa por su momento más tenso. En los últimos meses se sucedieron roces luego que Conmebol decidiera adjudicarle a Facebook la transmisión de algunos partidos de Copa Libertadores de 2019-2021 rompiendo la hegemonía del cuestionado canal. Esto provocó que desde la pantalla de Fox, diversas figuras empezaran a criticar al ente sudamericano cuando hasta días antes, y por años, había una prohibición editorial para hablar negativamente de Conmebol. También se da en momentos en Fox podría volver a quedarse con los derechos de la Copa Sudamericana ante el desinterés de otros oferentes. Esta carta es una de las que usa la empresa para presionar.

No es por seguridad, sino por negocio. Fox nuevamente se emerge como el que hace y deshace lo que quiere. ¿Se dejarán presionar Conmebol y Superliga? Este mediodía habrá una reunión clave en Asunción, dónde se definirá la cuestión de fondo y se sabrá si ambas entidades se mantendrán firmes y le marcarían la cancha a un socio que siempre intentas hacerles creer que son los verdaderos dueños de la pelota.