Más Gainza que Eurnekián
El joven candidato a presidente de Racing ostenta el título de sobrino del reconocido empresario Eduardo Eurnekián. Diferencias por el manejo de las empresas familiares hicieron que se distanciaran. Matías no cuenta con la bendición familiar, algo que echa por tierras las esperanzas de un apoyo del grupo empresarial a su eventual gestión dirigencial.
(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) No todo es lo que parece. Con leer el nombre completo de uno de los candidatos a presidente de Racing, se lo relaciona directamente a una familia reconocida en el ámbito empresarial. Matías Gainza Eurnekián es sobrino del visionario Eduardo Eurnekián, pero la realidad marca que están enemistados desde hace casi dos años.
Matías fue uno de los tantos sobrinos y familiares de Eduardo Eurnekián que tuvo espacio en los directorios de la Corporación América. Hasta que un día, se fue y por la puerta de atrás. La ruptura se dio cuando su tío nombró al economista Guillermo Nielsen como uno de los hombres fuertes de la empresa Unitec Blue con "el objetivo de dotar a la compañía de una gestión profesional y un adecuado desarrollo de sus negocios", según se informó oficialmente. Unitec Blue era el sello en el cual estaba ocupando un rol importante en el directorio Matías, quien enojado con la decisión, pegó el portazo. Pero su salida no quedó ahí. Luego, hubo denuncias judiciales, allanamientos y situaciones más que particulares que empeoraron la relación entre tio y sobrino. Matías siempre pensó que si ponía tirante la relación entre él y Nielsen, su tío iba a elegirlo. Logró la tirantez en el día a día, pero Eduardo se inclinó por el economista y no por su joven sobrino. Ese fue el comienzo del fin de la relación.
Eduardo Eurnekián, uno de los empresarios más notables de la Argentina, ve de lejos la candidatura de su sobrino, y sin que le guste demasiado que use su apellido para ganar espacio. Sigue sin elegirlo, así como pasó oportunamente en el holding, ahora pasa en la vida política.
Quienes conocen la interna familiar, apuntan que “aquel votante de Racing que piense que Eduardo y su grupo pueden llegar a sostener o apoyar en algo a la gestión de Matías, está muy equivocado”. Hoy por hoy, a horas de los comicios, todo parece indicar que Víctor Blanco va a ganar con cierta comodidad. Gainza nunca estuvo a tiro de alcanzar al presidente. En la desesperada búsqueda de subir en la intención de voto racinguista, el candidato a presidente contrató al consultor Eduardo Roust, dueño de la consultora Rilke Comunicación. Roust es ex vocero de Carlos Ruckauf y de Alberto Fernández, cuando éste último era Jefe de Gabinete. Como si eso fuera poco, también contrató a uno de los lobbista que hoy tiene mayor llegada a Casa Rosada. Ese fue el motivo de su aparición en varios programas de primera línea en los últimos 10 días.
Los números no se inflaron como él pensaba. Ni con el nuevo consultor, ni con lobbistas, ni con la presencia en la fórmula de Hugo Lamadrid, ex jugador de Racing, militante del club desde tiempos adversos en lo institucional y usuario estrella de las redes sociales. Nada de eso alcanzó. No cuenta, entonces, con el aura de uno de sus apellidos. Porque, según indican quienes conocen toda la historia. Matías es primero Gainza, y luego, Eurnekián.