Luego de la escandalosa renuncia de José Luis Hache de Marco al cargo de Tesorero de Central Córdoba de Santiago del Estero, comenzó la sucesión de quien fuera la “mano derecha” del Presidente José Alfano. El dirigente santiagueño debió ceder ante las presiones de los socios, luego de verse involucrado en varias operaciones de compras y pagos realizados desde el club a su propia empresa familiar

Quien asumió el control de las finanzas del “Ferroviario” fue Ricardo Rubio, que se desempeñaba como protesorero previo al escándalo de Hache de Marco. Para poder hacer la transición, Rubio llevó a dos empleados públicos a reunirse con su antecesor y “cerrar decorosamente los números que no cierran”, según pudo saber Doble Amarilla. 

"No hay forma de dibujar los estados contables que habrían sido manipulados fraudulentamente, por un valor de 75 millones de pesos, utilizando su clave bancaria para hacer las transferencias”, le dijeron a Doble Amarilla tras el cónclave que duró alrededor de nueve horas.

Rubio, quien además es funcionario público, tiene por delante la investigación de los gastos cargados en la tarjeta del también extesorero Leandro Basbus. Fuentes del club aseguran que “todavía la usa y que no fue dada de baja, ni siquiera aún después de saberse que tiene onerosos gastos en dólares para viajes y compras en el exterior, así como también en dispositivos informáticos para uso personal”. 

En medio de esta situación convulsionada, el mandato de la CD se encuentra vencido desde diciembre del 2023, por lo que el club debería llamar a elecciones. Mientras tanto, los socios aguardan expectantes resolver la situación.