(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Tal como pasó con Alfio Basile, hombre muy cabulero, se conoció que Francia también las tiene en este Mundial.

La primera es una relacionada a las conferencias de prensa: siempre asiste el arquero Hugo Lloris y luego el entrenador de Francia. No hay sorteos para definir qué jugador hablará con los medios, siempre es el arquero.

La ropa, otra. Francia nunca repitió la misma combinación de vestimenta.

La tercera es el cambio de Antoine Griezmann por Nabil Fekir, que se repitió en los primeros cinco partidos pero que no se pudo concretar ante Bélgica, debido a que Matuidi salió lesionado a minutos del final del partido.

Adil Rami es el único futbolista que no jugó en Rusia y sus compañeros lo destacan como el jugador más divertido y excéntrico del plantel. Antes de cada partido, los franceses se acercan a Rami para tocarle la barba y el bigote. Al respecto se pronunció Griezmann: "Trae buena suerte. Lo hice antes de los otros partidos y lo haré antes de la final. Somos 5 o 6 compañeros los que le tocamos el bigote a Adil".

No es raro que Francia tenga estas cábalas si retrocedemos en el tiempo. En 1998, Didier Deschamps fue el capitán de aquel equipo campeón y también era supersticioso: Laurent Blanc le besaba la cabeza a Fabien Barthez luego de los partidos. También, en el vestuario se escuchaba "I will survive" de Gloria Gaynor.