La historia continúa. Argentina se consagró campeón de América, tras vencer 1-0 a Paraguay con gol Alan Brandi, en lo que fue la última batalla de Pablo Taborda y del capitán del equipo, Leandro Cuzzolino, quien deja la selección a sus 34 años como el mejor del continente y también del mundo, allá por 2016.

Su emoción luego del pitazo final fue la de todos. Los dirigidos por Matías Lucuix conseguían el título y todo el plantel fue a saludarlo al banco de suplentes, donde era uno más dando indicaciones, con la ansiedad y el nerviosismo para que llegue el final del partido a cuestas.

"La verdad que fue una alegría inmensa. No podemos pedir más porque fue un torneo soñado para nosotros y fuimos de menor a mayor por el tipo de juego que nos propusieron nuestros distintos rivales. Hoy podemos festejar con la Copa y la medalla porque fuimos los mejores y lo demostramos durante todo el torneo", expresó Cuzzo en una entrevista con el sitio oficial de AFA con la medalla colgada y el trofeo en sus manos.

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"Tiene un sabor especial este título porque todos querían evitar a Brasil en semifinales y nosotros estamos acostumbrados a salir adelante ante las adversidades. Es un partido que nos encanta a nosotros, que es un clásico. Y después la final fue como nos dijo Matías (Lucuix) en el vestuario: no se juegan, se ganan. Sabíamos que Paraguay era un rival difícil porque tiene un equipazo con la gente a su favor. Pero este grupo se carcateriza por tener un alma y un amor por la camiseta enorme", añadió el capitán.

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"Da mucho gusto ganar con este grupo. El cuerpo técnico tiene mucho que ver en la concentración constante de este plantel. Hoy por hoy en América creció mucho el nivel y si no estás a la altura o perdés o te quedás afuera. Nosotros jugamos por el amor a la camiseta, al país y a la disciplina que la vemos crecer día a día y nos genera un orgullo enorme", sostuvo el jugador que defendió estos colores durante 18 años.

"Me quedo con este crecimiento de la disciplina. Yo siempre hablo con los chicos y les recuerdo que hace unos años íbamos a Brasil y perdíamos por goleada todos los partidos. Eso fue un proceso que duele y que tuvimos que saber como afrontarlo. Luego se hizo un cambio radical porque Argentina tiene mucho potencial y sólo había que trabajarlo. Esto es como un hijo que lo ves crecer todos los días. Y hoy me puedo ir campeón de América, llegando a una final del Mundo y ganando un Mundial. Me voy con la cabeza super en alto y los chicos que vienen atrás quieren seguir escribiendo esta historia grande", finalizó.

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