(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) ¿Hay algo positivo detrás de una goleada categórica como la que España le encajó a la Argentina? Sí, claro que sí. Seguramente, el negativismo le gane al optimismo y las cosas "malas" también goleen a las "buenas". Es algo lógico, dada la violencia y peso del resultado.

En el Wanda Metropolitano chocaron dos selecciones que aspiran a ser campeones del Mundo. Una por historia y el peso específico del mejor jugador del mundo, la otra por estricta actualidad, y con el trabajo sostenido a lo largo de los años como bandera. Una aplastó a la otra. Sin embargo, así como todas las derrotas dejan enseñanzas, las goleadas, dejan más. Elegimos seis puntos "positivos" de lo ocurrido en Madrid.

La falta de casi 80 días para el Mundial
El tiempo, que aparece como principal enemigo de Jorge Sampaoli, es, al mismo tiempo su principal aliado. No faltan dos años, pero hay días y semanas para trabajar y mejorar todos los aspectos. Es más, si esta goleada hubiese ocurrido en 2017, o antes, posiblemente lo primero que se hubiese pedido sería la cabeza del entrenador. Sampaoli sigue firme en su puesto y tiene, todavía, mucho tiempo para refrescar conceptos, trabajar en un equipo sin Messi (porque puede volver a pasar) y fortalecer el aspecto anímico, cuestiones que el DT reconoció tras el partido.

Que no haya sido con Messi en cancha
Que las únicas imágenes de Lionel que recorran el mundo luego del estridente resultado en contra sean las que lo ubican en el palco, es algo bueno. No tener al máximo argumento futbolístico implicado en la peor imagen que dejó el equipo termina siendo útil. Porque se convierte, casi, en el único atenuante. "Con Messi, hubiese sido distinto". "Con Messi en cancha, ellos se hubiesen cuidado más". Todas cosas incomprobables, que, a esta altura de los hechos sirven como un tronco en el mar a un naúfrago. Además, obligan a Lionel a ser el líder también afuera, ya que debe servir como "motivador" de sus compañeros. Sus palabras post-catástrofe son toda una definición: "Levanten la cabeza, esto lo sacamos adelante todos juntos". Capitán, líder, emblema. Messi quedó con la sangre en el ojo. Y eso es una gran noticia. 

Un doble o triple 5 no garantiza mejor defensa
Amistoso o no, lo que sucedió ante España sirve como un ensayo de altísimo calibre y es todo un desafío al ego argentino. Reconocerse inferior no debe llevar implicado armar un equipo que, de tanto buscar el equilibrio, termina siendo lento y apático. Sampaoli era conocedor del poder de fuego y de juego del elenco de Lopetegui. A eso, le antepuso un doble 5 con Mascherano y Biglia, y con Banega casi como un tercer "5". El experimento falló escandalosamente en sus dos objetivos: proteger mejor al equipo y sacarle la pelota al elenco europeo. Que sirva para lección: no por mucho amontonar jugadores con características defensivas o de tener el balón éste se consigue. Si se aprende la lección, el palo en el Wanda habrá valido la pena. Vale recordar que, si se impone la lógica, es decir, Argentina y España ganan sus zonas y superan a rivales de no tan grueso calibre en octavos,  se verán las caras en cuartos de final. 

Certeza de dónde se está parado
El "baile" español sirve como baño de realidad y deja tantos mensajes como goles recibidos. Hoy, Argentina no está a la altura de las grandes potencias que llegan a Rusia como candidatos. Es decir, España, Brasil, Francia y Alemania. Por momento futbolístico, por "maduración" de la generación actual de futbolistas, por los caminos que transitaron hasta llegar a Rusia y, más que nada, porque las cuatro tienen en claro a qué juegan, Argentina hoy no está a ese nivel. El "factor Messi" es la carta máxima argentina y es la máxima carta que habrá en el Mundial. Por él, Argentina puede pedir permiso para sentarse en esa mesa. Y si alguien dudaba que había otros motivos, anclados en el buen andar de los jugadores en sus equipos o en las ligas que se desempeñan, el 6-1 vino a poner las cosas en su lugar. Un conjunto de buenas individualidades no es igual a un buen equipo. Ni siquiera se le acerca. Y es bueno tener esto claro. 


Corregir errores de ausencias: Dybala tiene que estar en Rusia
Todavía está a tiempo Sampaoli de no cometer errores en el armado de la lista. Quedó claro que a algunos futbolistas que se pensaba capacitados para jugar el Mundial, todavía les falta un poco más. Además, servirá para revisar las ausencias que hubo en esta lista, entre las que resalta, con marcador flúo la de Paulo Dybala. Muy probablemente, Dybala no tenga lugar en el elenco titular, algo que el propio "10" de la Juve ya sabe. Pero si Messi no está, como ocurrió en el Wanda, ¿quién juega? Es claro, nadie posee el abánico de características y herramientas que Lionel, pero Paulo es, sin duda, quién más se le acerca. Ni Lo Celso, ni Lanzini, que estarán mucho más cómodos como socios, que reemplazando a alguno de los dos. Dybala tiene sobre sus espaldas a la Juventus de Italia. Tampoco es algo sencillo de lograr, y el ex Instituto lo lleva muy bien. ¿Por qué no puede ser el doble de riesgo de Messi? Ojalá Sampaoli se haya dado cuenta que el cordobés tiene que estar como el mejor "Plan B" posible ante el peor escenario posible: que Messi no esté. 

El "hambre" de los jugadores del medio local no alcanza
Antes de esta convocatoria, quizás impulsados por el amor que les profesan domingo a domingo, muchos decían que los jugadores del medio local merecían "oportunidades", más que nada porque tienen más "hambre" que los de Europa. El show de comillas sirve para ilustrar que no todo es lo que parece. Es posible que Pablo Pérez, Cristian Pavón, Fabricio Bustos, Maxi Meza y Lautaro Martínez tengan ese "hambre". Pero también está claro que con eso, a este nivel, no alcanza. Es más, no hay ni para empezar. Quizás los dos de Independiente hayan sido quienes más aprovecharon, Bustos tuvo un buen papel ante Italia y ante España bailó con la más fea: Isco Alarcón. Meza rompió el molde en el Wanda y fue, casi, el único revulsivo de un equipo superado y reducido por su rival. Lautaro, Pavón y Pérez ingresaron con el duelo 1-4. Y si bien eso fue sumamente perjudicial, ninguno aportó nada. El que más difícil la tuvo fue el de Racing, que entró a ser referencia de un equipo que hacía rato no sabía ni cómo acercarse a los últimos 15 metros del campo español. Los dos de Boca, flojos. Pérez sólo sumó barullo y Pavón no pudo hacer pesar su cambio de ritmo y velocidad. Es cierto, juzgarlos terminantemente por este partido es excesivo. Pero también es real algo: con el hambre sólo se escriben posteos y notas, pero no se le puede hacer frente a una selección como España y Argentina, si avanza en Rusia, se encontrará con más de un equipo así.