(DE LA REDACCIÓN DE DOBLE AMARILLA) “Nos tomó de sorpresa”, eso repetían la mayoría de los dirigentes sudamericanos dos horas después del anuncio del jueves pasado del presidente Horacio Cartés de incluir a Paraguay en la postulación para organizar el Mundial 2030. A decir verdad solamente Cartés, el titular de Conmebol, Alejandro Domínguez, y Mauricio Macri tomaron la decisión sin consultar formalmente a nadie.

Es sabida la tensión entre la política de los Ejecutivos y la política futbolera está llegando a un punto álgido con el tema de la organización de la Copa del Mundo del Centenario. Según el estatuto FIFA, son las federaciones las que tienen que organizar un mundial, pero sin el acuerdo con los gobiernos de los países es una tarea imposible. Es ahí cuando todo empieza a embadurnarse, un clásico.

Los gobiernos de Uruguay y Argentina comenzaron a hacer desde hace unos meses reuniones bilaterales para avanzar en la organización, aunque con escaso contacto con las AFA y la AUF. La gota que colmó el vaso fue cuando Mauricio Macri y su par uruguayo, Tabaré Vázquez, organizaron un encuentro para el día previo al partido del jueves pasado donde iban a anunciarle formalmente al mundo que los países iban a presentar finalmente la candidatura conjunta para organizar el torneo. Eso generó la furia de Chiqui Tapia y del presidente del fútbol oriental, Wilmar Valdéz, quienes rápidamente pusieron el grito en el cielo y advirtieron a Alejandro Domínguez de la intención de los gobiernos de desplazar a las federaciones del anuncio. Es más tanto,  AFA como AUF habían organizado una presentación conjunta a principios de octubre con nada menos que la presencia del presidente de FIFA, Gianni Infantino. Finalmente, el italo-suizo funcionó como una especie de “ancho de espadas” y los gobiernos suspendieron el encuentro y se plegaron al evento que comandan las federaciones.

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Sin embargo no todo quedó ahí. Las federaciones se sorprendieron nuevamente cuando el jueves pasado a media mañana Cartés anunciaba, sentado al lado de Alejandro Domínguez, que Paraguay también se sumaba a la Argentina y Uruguay con lo cual la organización pasaba a ser un triunvirato. Hubo hombres de peso que quedaron atónitos ya que nadie imaginó semejante movida inconsulta.

Según pudo saber Doble Amarilla, ni el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, ni el titular de la AUF, Wilmar Valdéz, ni su par de la AFP, Robert Harrison, ni Chiqui Tapia fueron comunicados oficialmente respecto a la inclusión de los guaraníes en la organización. Una muestra eran las caras largas que se repetían entre los dirigentes argentinos y uruguayos cuando les preguntaban respecto al anuncio de Domínguez. Es más ese mediodía almorzaron Tapia y Valdéz y el punto excluyente del encuentro de camaradería fue precisamente este anuncio.

Desde Paraguay, llegaron rápido las versiones del anuncio. "Cartés está a un año de las elecciones y a Domínguez las balas respecto a la investigación de corrupción en las gestiones anteriores de CONMEBOL le están picando muy cerca”, revela una alta fuente del ente sudamericano con conocimiento de las negociaciones. En tanto, desde el Gobierno argentino admiten que hay tensión por el Mundial del 2030 con la AFA, pero confían en que Fernando Marín sea el mediador en el comité organizador que se formará. Jugar una ficha tan grande en manos de un desacreditado Marín parece una patriada poco calculada por parte de la Rosada.

Mientras, en Uruguay, están que trinan. Primero por el desaire a Tabaré y segundo porque saben que Uruguay puede quedar absolutamente relegada en la organización de un Mundial que justamente es para recordar la primera Copa del mundo que albergó ese país. “Qué tiene que ver Paraguay con un Mundial Centenario, qué representa en la historia Paraguay?”, se preguntaba este fin de semana un ex dirigente de peso en el fútbol uruguayo. Lo concreto es que en la organización original se estimaba que 70% de los partidos se iban a disputar en territorio argentino y el 30% restante se realizaría en tierras uruguayo. La razón: la mala infraestructura de los estadios uruguayos (Centenario Incluido). Ahora, con Paraguay en cancha los charrúas temen quedar relegados a un tercer orden.

Pese al malhumor, Macri-Cartes-Domínguez avanzan en la organización trinacional y en Uruguay sólo atinan a mascullar bronca. De hecho, ayer Conmebol presentó el video de la candidatura. En voz baja desde la dirigencia de los tres países sólo hacen una advertencia inquietante a la hora de explicar la premura de los gobiernos: hay que estar atentos al negocio de obra pública ya que la FIFA advirtió que no tolerará quedar rozada por las negligencias y corrupciones que reinaron en las inversiones que se hicieron para el Mundial de Brasil. Habrá que poner el ojo ahí, entónces.

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