Cómo quedó configurado el panorama de los entrenadores tras la doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas
Dorival Junior y Ricardo Gareca, de Brasil y Chile, respectivamente, son los directores técnicos cuyas situaciones se ven más comprometidas. La lupa también está puesta sobre Néstor Lorenzo y Fernando Batista. Detalles.
La última doble fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo 2026 configuró el escenario en el que se encuentran los técnicos de los seleccionados. Dentro de este contexto, el panorama luce desalentador para varios de ellos.
Quién salió peor parado de esta ventana internacional fue Dorival Junior, cuya imagen quedó muy dañada por la paliza que sufrió Brasil a manos de la Selección Argentina. A raíz de este resultado, la Confederación Brasileña de Fútbol analiza separarlo de su cargo y tiene en su mente alternativas como Filipe Luís o Carlo Ancelotti.
Ricardo Gareca tampoco está en una posición auspiciosa. El mal paso de Chile provocó que su continuidad pasara a estar en duda para la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). Pablo Milad, presidente del organismo, anticipó que tendrá una reunión con el “Tigre” antes del próximo fin de semana. “Veremos cómo encarar los cuatro partidos que quedan. El finiquito sería altísimo si lo desvinculamos ahora”, aseguró.
Al mismo tiempo, Néstor Lorenzo se ganó una serie de críticas por el rendimiento de Colombia. Sí, el mismo entrenador que guió a los “Cafeteros” a un gran nivel en el tramo inicial de las clasificatorias y al subcampeonato de la última Copa América se ve envuelto en un fuego inesperado.
Por último, Fernando “Bocha” Batista recibió algunos reproches por parte del público venezolano. Pese a que tiene a la “Vinotinto” en posición de repechaje, el argentino fue cuestionado por el rendimiento colectivo del equipo, que en su última presentación se impuso por 1-0 sobre Perú.
¿Un cambio de paradigma que lo perjudicó? Brasil perdió protagonismo en su selección desde la llegada de las SAD
En 2021, Brasil promulgó la Ley 14.193 (Ley de Sociedades Anónimas del Fútbol), dándole a los clubes la oportunidad de privatizarse y aumentando el cupo de extranjeros de cada plantel. En aquel momento, el límite de foráneos por institución estaba fijado en cinco, para pasar a siete en 2023 y a nueve en 2024.
A raíz de esta situación, y tal cual subrayó el laboratorio Táctica Deporte, se duplicó la cantidad de extranjeros en el Brasileirao: mientras en 2019 el 8,5% de los jugadores de la Serie A brasileña eran extranjeros, a 2025 el porcentaje se incrementó al 21,4%. “Esta situación implica no sólo un relegamiento de jugadores brasileños en el ámbito del fútbol local, sino que, además, como vimos anteriormente, una caída estrepitosa en la cantidad de futbolistas exportados producto de la reducción de la “vidriera” de jugadores”, dice el informe.
Si bien Brasil continúa siendo el país con más jugadores en el extranjero, si observamos el top 10 de los países que más crecieron en la exportación de jugadores en los últimos años, vemos que Brasil cae de un 1° puesto en la general en 2020, al 8° lugar en 2024, siendo incluso, el país que menos crece en este aspecto en términos porcentuales. Ubicándose incluso, en cantidad, por detrás de países como Suecia y Ghana, y superando apenas en número a países como Japón y Colombia (finalista de la última Copa América).
El cambio en la ley de cupo de extranjeros es innegable que potenció a los clubes de Brasil y los hizo más competitivos para la Copa Libertadores. De hecho, ganó las últimas seis ediciones. Un ejemplo claro es el de Thiago Almada, que pasó de ser una promesa en el fútbol argentino a conquistar Sudamérica con Botafogo. También el tipo de cambio competitivo dio lugar a la llegada de otras estrellas, como el caso del futbolista holandés Memphis Depay, actualmente en Corinthians.
La cantidad de jugadores brasileños no solo se redujo en términos %, en el extranjero, sino también al interior. En 2020, la cantidad de extranjeros en el Brasileirao no llegaba al 10%; cuatro años más tarde, los extranjeros superan el 20%. Esto significa, aproximadamente 75 jugadores brasileños menos disputando el Brasileirao.
Lo que hoy se debate en Brasil es si este modelo económico de gestión vulneró el desarrollo y la formación de futbolistas, un aspecto central que hizo a la idiosincrasia del fútbol brasileño.