Gustavo Alfaro estaba eufórico tras el resonante triunfo de su equipo, Paraguay, sobre Brasil por las Eliminatorias y en el camino al túnel gritó bien fuerte: "¡Vamos, que nos vamos al Mundial!". 

En apenas dos partidos que se iniciaron con el empate como visitante frente a Uruguay, logró colocar a los guaraníes en zona de repechaje. En la conferencia de prensa posterior a la primera victoria de la Albirroja sobre los brasileños desde 2008, el DT argentino manifestó que "lo único que tuve que hacer fue zamarrear un poquito el árbol para que se caigan las arañas y nos demos cuenta de que está lleno de frutos".

Alfaro contó que "desde que salimos de la concentración al estadio la gente se volcó a las calles para saludar y alentar. Si teníamos compromiso antes del partido, eso era lo que incrementaba la convicción de que no podíamos fallar".

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Y añadió: "Ojalá que este sea el camino que nos lleve al mundial. Hoy siento que Paraguay es Paraguay. Siento que recuperamos no sé si una mística pero sí cosas que nos identifican. La capacidad de saber sufrir es algo que también tuvo Paraguay y teníamos que recuperar. Si uno aprende a sufrir, aprende a esperar. Y si uno aprende a esperar, sabe que cuando llega el momento tiene que ser contundente".

"Qué lindo es para un entrenador -continuó- cuando las decisiones las toma el jugador dentro de la cancha. Lo hace porque está defendiendo su destino. Antes les pregunté cuánto hacía que no había una alegría grande acá en el Defensores del Chaco. 'Mucho tiempo, profe', me contestaron. ¿No les parece que es una linda noche para tener una linda alegría?"

"¿Qué vamos a esperar? ¿Que Brasil nos robe la alegría? !Vamos a buscarla! Con nuestras formas, con nuestro coraje, con nuestras limitaciones, pero con nuestro corazón. Porque este era un partido que había que jugar con el corazón en la mano", concluyó.