La ilusión de Boca quedó trunca en cuartos de final: entre la entrega y las falencias
Las Gladiadoras perdieron 2-1 ante América de Cali en el estadio Amalfitani en su despedida en el certamen internacional. A las campeonas del fútbol argentino no les alcanzó para continuar en competencia, pero eso no quiere decir que su camino no haya sido de aprendizaje. La particularidad: las Xeneizes fueron eliminadas por el mismo equipo que dejó afuera a UAI Urquiza en el torneo de 2019.
Fin del sueño para Boca en la Copa Libertadores Femenina. Las Gladiadoras no pudieron ante América de Cali y perdieron por 2-1 en cuartos de final, lo que decretó su salida de la competencia. A las campeonas del fútbol argentino les faltó algo de juego y suerte, aunque dejó a la vista las virtudes del equipo, que debió reponerse a una baja sensible una semana antes del inicio del torneo.
En el juego, indudablemente este domingo el dominio fue de las colombianas. Cata Usme y Gisela Robledo fueron las dos jugadoras más destacadas del partido. Velocidad y buen juego son las características que las definen. Ambas generaron peligro en el área de Laurina Oliveros y, si la diferencia no fue mayor, fue por la “1” Xeneize. Los dos goles fueron convertidos por Robledo, de dos jugadas similares provenientes de centros tras tiros de esquina. El gol de las Gladiadoras lo convirtió Estefanía Palomar, que ingresó en el segundo tiempo en lugar de Fanny Rodríguez.
Las dirigidas por Christian Meloni tuvieron muchos puntos altos en esta competencia y se pueden mencionar tanto con nombres individuales como por espacios en la cancha. Laurina Oliveros, la arquera, fue determinante y apareció cuando debía tanto contra Avaí-Kindermann como contra las Diablas Rojas, este domingo por la noche; la capitana Flor Quiñones, atenta ordenando a la defensa, corriendo a las rivales para intentar cortar el peligro; Caro Troncoso aprovechando su velocidad; la entrega de Clarisa Huber, que iba desde el medio hasta el arco rival intentando generar situaciones de peligro; Yami Rodríguez, determinante corriendo por los laterales, marcando goles y también asistiendo. También Myriam Mayorga y Noelia Espíndola fueron dos garantías atrás, bien paradas atentas a las jugadas de ataque.
Sin embargo, algo faltó. Por momentos, el equipo se vio desarticulado en el mediocampo. No había conexión entre las defensoras y las atacantes, y el centro de la cancha estaba despoblado, el equipo quedaba fraccionado. Y es imposible no destacar la dura baja que significó para Boca la lesión de Lorena Benítez. La futbolista había sido elegida como la mejor del Torneo de Transición de AFA y ya tiene sobre sus espaldas un Mundial disputado con la Selección Argentina. Clarifica, distribuye, tiene buena pegada… Es una jugadora clave. Y, quizás, no se supo cómo suplir esa ausencia para que no se notara tanto. Pero, es que, cuando una pieza clave falla, a veces no hay manera de disimularlo.
Además, Boca no participaba del torneo sudamericano desde 2014, cuando quedó eliminado en fase de grupos. Pasaron muchos años, y un proceso reciente está atravesando el fútbol femenino argentino. Poder haber mejorado la marca de la última vez es un avance. Si comparamos con otros equipos del continente, aún falta. El vigente campeón Corinthians, que vapuleó 7-0 a Santiago Morning de Chile y ya está en semifinal, muestra un alto nivel de competencia, y parece ser que no tiene rivales a su altura en la Copa.
América de Cali, por su parte, se convirtió en el equipo “verdugo” del fútbol femenino de nuestro país. Además de haber eliminado a Boca en la corriente Libertadores, también hizo algo similar en la edición de 2019: en ese año, derrotó a UAI Urquiza por 3-2, también en los cuartos de final.
El equipo dirigido por Meloni se viene preparando para esta copa desde enero. Apenas finalizó el torneo, el plantel disfrutó una sola semana de vacaciones y regresó al trabajo con el foco puesto en la competencia internacional. Las bajas de las futbolistas son circunstancias no planeadas, que afectan al plantel, pero en el equipo se ve futuro, se ven ganas y compromiso. Todas tiran para el mismo lado, como dijo, tras el partido, Palomar. Ahora, se vendrá un nuevo campeonato para las Gladiadoras y una nueva ilusión de poder clasificar nuevamente a la Copa Libertadores, porque siempre hay revancha y esta vez pueden tenerla pronto.