Bastante ruido hizo Ricardo Centurión en su paso de un año por Boca. Dentro de la cancha, se convirtió en un referente futbolístico. Quizás más determinante de lo que fue Carlos Tévez, quien jugó la mitad del torneo. Centurión agarró la bandera que dejó Carlitos y, a fuerza de gambetas y goles, emergió como la carta ganadora del conjunto de Guillermo.

Claro, fuera de la cancha, otra fue la historia. Que chocó con su auto a la salida de un boliche en la madrugada porteña, que se agarró a trompadas en otra función nocturna, que llegó tambaleante a la concentración del equipo en Mar del Plata, que se peleó con Gago en la misma pretemporada, y ahora este hecho de violencia de género con su ex novia que pone en la tapa de todos los medios... Demasiadas cosas para cualquier profesional que se jacte de serlo. Todo eso  en 9 meses.

Semejantes ¨incidentes¨ en una sola temporada provocó que esta denuncia de su expareja se convirtiese en la gota que desbordó el vaso. Y más allá de la frase de Guillermo Barros Schelotto en la conferencia de prensa (¨Con Centurión nos debemos una charla¨), la comisión directiva del xeneize ya tomó una determinación que no harán oficial por ahora pero que tampco se desvive por esconder: Centurión jugará sus últimos partidos en Boca. En julio se va. El jugador tiene contrato hasta ese mes y Boca posee una opción de compra en 7 millones de dólares. La decisión está tomada: el club de Angelici no va a hacer uso deesa opción. Considera la CD que el futbolista, con estos episodios, no tiene poder de reventa. Y, además, no quieren esa imagen para un profesional del plantel. Caso cerrado.

Centurión deberá volver a San Pablo, entidad que es dueña de su pase. Y pensar que el Patón Bauza, técnico del jugador en su paso por el club brasileño, cuando fue consultado por la institución de la Ribera dijo que ¨está muy bien,muy prolijo¨. Y pensar, también, que si no fuera por el desgarro que sufre actualmente, casi seguro que habría sido citado para la Selección Argentina de Sampaoli...