Grave: Prestianni fue amenazado de muerte tras detallar públicamente los aprietes que sufrió el plantel en la Villa Olímpica
La barrabrava de Vélez irrumpió en el predio de Ituzaingó tras la derrota ante Huracán y agredió a algunos jugadores, entre ellos al delantero juvenil, quien expresó que siente "miedo" por lo que le puede pasar y que analiza salir del club. Luego de una entrevista televisiva, en la que detalló lo que ocurrió, fue amenazado de muerte él y su familia, mediante una llamada telefónica.
Luego de la derrota por 1-0 ante Huracán, en un partido clave por la permanencia en la Liga Profesional de Fútbol, integrantes de la hinchada del 'Fortín' violentaron la seguridad y al personal del predio, patearon vehículos y golpearon a algunos futbolistas. Varios miembros del plantel hablan de una “zona liberada” y no quieren jugar más en el club.
Gianluca Prestianni fue uno de los afectados y pidió salir del club. El juvenil fue uno de los futbolistas que sufrió el apriete de la barra este domingo por la noche. El jugador le pidió a los dirigentes su salida y su nuevo destino podría estar en el exterior. Además, Jara fue otro de los abordados y contó qué le dijeron los violentos.
En diálogo con ESPN, detalló cómo fue la situación: "La barra nos cruzó los autos y nos golpearon. La calle estaba toda oscura. Era gente con camperones azules, estaban totalmente sacados. Cuando bajé la ventanilla, me dijeron cosas y me pegaron".
Incluso no desestimó la posibilidad de dejar el club: "Llegué a los 4 años, tengo 17. Soy hincha, me quería quedar a jugar acá, pero esto no me gustó. Es una decisión dificil y que la tengo que analizar con mi familia", y agregó: "Tengo miedo todavía. Algunos de mis compañeros no querían ir a sus casas anoche pensando en que los estaban esperando ahí".
Para cerrar, expresó lo que imaginó al ver esa desagradable situación al dejar la Villa: “Pensé que nos iban a decir de 'poner un poco más', pero me pegaron en la cara, me agarraron del cuello y golpearon el auto. No nos sentimos protegidos".
Tras la entrevista, el jugador y su familia fueron amenazados de muerte mediante una llamada telefónica. Además, les advirtieron que no salgan del domicilio.