Jugó en el Boca de Bianchi, fue campeón y ahora se gana la vida en una panadería
El "Virrey" le dio su primera oportunidad en Primera y luego se convirtió en un trotamundos. Ahora se gana la vida muy lejos del fútbol.
Aportó su granito de arena para una de las épocas doradas de Boca y se dio el gusto de ser campeón al lado de grandes figuras. Luego, el fútbol lo convirtió en un trotamundos, con destinos muy particulares. Tras el retiro, empezó a ganarse la vida en una panadería.
El protagonista es Víctor Ormazábal, quien debutó en la Primera del "Xeneize" de la mano de Carlos Bianchi en 2003. Compartió plantel con sus ídolos, como Carlos Tevez, Guillermo Barros Schelotto. Al año siguiente, ya con Jorge Benítez como técnico, participó de la conquista de la Copa Sudamericana 2004.
Permaneció en el club de la Ribera hasta 2005, tuvo un paso por Temperley y Almirante Brown y también probó suerte en las ligas de Israel, España, Irak y Vietnam. Cuando estaba en el Erbil SC iraquí, le tocó jugar en plena guerra. Su carrera terminó en 2018 en el Ho Chí Minh City vietnamita.
Después de colgar los botines, Ormazábal decidió alejarse del fútbol y dedicarse de lleno a un negocio familiar.
La historia de Víctor Ormazábal
Cuando todavía estaba en el exterior, el ex mediocampista se animó a incursionar en el mundo de la panadería. Abrió un local en San Isidro, junto a un familiar.
“Hace un par de años que dejé de jugar y nos fuimos de a poco acostumbrando a este laburo. Es una sociedad que tengo con mi cuñado. Atiendo a los clientes y también, cuando es necesario, doy una mano en la producción”, comentó sobre su nuevo trabajo en una charla con Infobae en 2022.
Ormazábal la pasó mal durante la pandemia, hasta que el negocio pudo acomodarse. Lejos de aquella vida de futbolista, el jugador la recuerda con algo de nostalgia: "Cuando uno juega, aparte de que es su trabajo y debés cumplir algunas obligaciones, lo disfrutás a full, porque es lo que te gusta. Es tu obligación, pero hacés lo que deseás. Al principio cuesta dejar lo que amás".
Como su etapa en el club azul y oro fue relativamente breve, la gente no lo reconoce cuando va al local. “Tal vez algún que otro hincha de Boca con muy buena memoria se acuerda de mí, pero generalmente paso desapercibido”, confesó.