La escalada de violencia, un flagelo que está lejos de detener su marcha y atraviesa al fútbol argentino
En los últimos meses, como muy pocas veces, se han registrado una serie de hechos de violencia en diferentes clubes de Primera y Ascenso. El fenómeno se intensifica y no falta quienes responsabilizan al reparto de entradas para el Mundial en el medio.
La escalada de la violencia en el fútbol parece no detener su marcha y hay ejemplos de sobra para poder graficar la situación en la que está envuelto hoy el deporte más popular del país. Concatenación de hechos que en el fondo hacen creer que hay una disputa de poder por el reparto de entradas para el Mundial de Qatar 2022.
En los últimos meses se registraron bastante intensidad en las tribunas de muchos clubes argentinos. Este síntoma se traslada tanto para los equipos de Primera División como a los del Ascenso en todas sus categorías. Sin ir más lejos, en los últimos días en Mar del Plata fuimos testigos de dos hechos por demás escandalosos: por un lado, una parte de la barra disidente prendió fuego los autos de los jugadores de Aldosivi, luego de la derrota ante Godoy Cruz; por el otro, vimos cómo la sede del 'Tiburón' fue epicentro de un enfrentamiento entre facciones de la hinchada del conjunto portuario.
También en Avellaneda se han registrado diferentes enfrentamientos en ocasión de la desconcentración de los partidos de Racing. En un sector, se registraron incidentes entre facciones de la hinchada; y por otro lado, los enfrentamientos públicos que se llevaron a cabo con hinchas de River en el peaje Dock Sud de la Autopista Buenos Aires - La Plata y del cual Doble Amarilla tuvo acceso a los videos y los publicó en su momento.
En Independiente tampoco hay paz. En los últimos días, se han dedicado pasacalles a Julio César Falcioni y también sufrió lo mismo el arquero Sebastián Sosa, en el ojo de la tormenta por su último error ante Vélez. "El pasacalles creo que provino a partir de lo que hablé hace poco, cuando dije que creía que había habido diferentes cosas que no se hicieron correctamente", argumentó Falcioni. Pero las peleas también estuvieron en la sede, en pleno "pleito" judicial entre oficialismo y oposición por las elecciones.
El último hecho violento más elocuente fue el que se registró en el propio estadio Amalfitani por el duelo entre Vélez y Talleres, por cuartos de final de la Copa Libertadores. Barras del club local, en complot con la facción oficial de sus pares de la 'T', atacaron a simpatizantes y barras disidentes de la institución de Córdoba. Por esto, al 'Fortín' se le impuso una fuerte sanción económica por parte de la Conmebol e incluso se le clausuró la Platea Sur Alta, donde se dieron los ataques.
San Lorenzo también tuvo una situación complicada. A minutos del inicio del partido, mientras varios hinchas del 'Ciclón' terminaban de ingresar a las tribunas del Nuevo Gasómetro, tuvieron un fuerte encontronazo con los efectivos policiales que se encontraban en el sector. Se escucharon disparos de balas de goma y varios simpatizantes acusaron dolores en brazos y piernas. Además, un oficial debió ser hospitalizado por un fuerte corte en la nariz que le originó un importante sangrado.
En Lanús también pudimos asistir a una "apretada" por parte de la hinchada granate. Los alrededores del estadio Néstor Díaz Pérez amanecieron rodeados con varios carteles con mensajes bastante claros dirigidos para los futbolistas haciendo referencia a que podrían quemar los autos de los futbolistas como sucedió en Aldosivi,
La Primera C no fue ajena a este escenario. De hecho, uno de los incidentes más graves de este semestre han ocurrido en ocasión del clásico entre Leandro N Alem y Luján. Una serie de incidentes que han tenido víctimas fatales, dos detenidos y una causa que está abierta en investigación y que intenta dar con los culpables de los hechos ocurridos educación del clásico del Ascenso.
El fenómeno no detiene su marcha y no faltan quienes responsabilizan esto al reparto de entradas para la cita en Qatar como "motivación extra" para ser visibles. Por lo pronto, la pelota ahora está en los organismos de seguridad, los cuáles deben mostrar celeridad para prevenir y no solo ir tras las consecuencias de los enfrentamientos.