Meneses y la explicación del "post-fútbol" donde domina el show y el dinero: "Vivimos en él sin darnos cuenta"
Juan Pablo Meneses es un periodista y escritor chileno que ve en la nueva industria futbolística otros factores que alteran la vieja esencia del deporte. La llegada del VAR para generar tensión, la injerencia de las multinacionales en los tickets y los nuevos debates impensados en los medios y la televisión. En diálogo con Doble Amarilla, expresó: "La pasión no se pierde, solo que es distinta a la del antiguo fútbol".
Juan Pablo Meneses es un periodista y escritor chileno que ve en el nuevo fútbol (o "post-fútbol", como lo llama él) conductas y comportamientos que en la tradición era impensada. Asegura que el espectador se fue alejando del consumo del fin de semana y empieza a vivir con mayor efervescencia lo que se vive en la semana.
Conflictos de futbolistas, negociaciones millonarias por futuras ventas, discusiones en el vestuario y gestos particulares que nada tienen que ver con los 90 minutos de un duelo empiezan a ser sensación en las redes sociales y la opinión pública.
Meneses, quien escribió el libro "Niños Futbolistas" y describe al fútbol sudamericano como "el granero del mundo" de Europa, ahora patea el tablero y plantea un escenario distinto como el "post-fútbol", algo nuevo que escapa a la vieja tradición que todos conocemos.
En diálogo exclusivo con Doble Amarilla, manifestó: "En la Eurocopa, la jugada más repetida y comentada fue la de Cristiano (Ronaldo), cuando movió una botella en la conferencia de prensa, y los periodistas siguen repitiendo los miles de millones de dólares que perdió esa marca de gaseosa por la jugada".
Data Clave: ¿Por qué siente que el fútbol está en vías de extinción?
Juan Pablo Meneses: El fútbol está muerto, no existe más. El de ahora es otro deporte, que todos siguen llaman fútbol, pero que yo llamo Post-fútbol. Es un deporte que, básicamente, comienza a jugarse cuando la pelota está detenida. Y se juega en una sala con cinco árbitros frente a unos televisores, en tribunales, en programas de televisión que hablan de contratos y de juicios y de jugadores. Porque en el Post-futbol ya no importan tanto los equipos, importan los jugadores. Los mismos periodistas deportivos, ya no son tan hinchas de equipos como si de jugadores.
DC: ¿Cuál es su balance sobre las últimas ediciones de Copa América y Eurocopa?
JPM: Que la Copa América y la Eurocopa se hayan jugado al mismo tiempo, y en medio de una pandemia mundial, aceleró la llegada definitiva de este nuevo deporte. Durante la Copa América, Brasil completó medio millón de muertos por el Covid. 500 mil personas, pero el campeonato igual se jugó ahí y esa fue la noticia más relevante del torneo. En la Eurocopa, la jugada más repetida y comentada fue la de Cristiano, cuando movió una botella en la conferencia de prensa, y los periodistas siguen repitiendo los miles de millones de dólares que perdió esa marca de gaseosa por la jugada.
DC: ¿Hay una transformación del fútbol tradicional a través de la intromisión del “capitalismo salvaje”?
JPM: Esto es más profundo que apuntar a un capitalismo salvaje. El cambio es estructural, y apunta también al hincha. De a poco, lentamente, el hincha está comenzando a disfrutar y gozar con nerviosismo el tema del VAR, por poner un ejemplo. En vez de explotar con un gol unos segundos, estás tenso y nervioso minutos. El post-futbol es mucho más dramático, hay más tensión. Y el triunfo de esa forma de futbol se ve en las cabinas donde está el VAR: cada vez mejor iluminadas, con mayor escenografía, conscientes que buena parte del show está ahí.
DC: ¿Se está perdiendo pasión y se están ganando clientes en el deporte?
JPM: Cuando publiqué el libro Niños futbolistas (2013), hablaba del Post-fútbol como algo que estaba por venir. Que se aproximaba. Pero ya está aquí. Por ejemplo, en todos los torneos internacionales importantes, la mayoría de los tickets los compran multinacionales. Recuerdo una Copa América donde toda una parte de la tribuna era gente con la camiseta de una tarjeta de crédito. ¡Se habían ganado el ticket en un concurso por redes sociales! Y se les veía felices, con pasión. Entonces, la pasión no se pierde, solo que es distinta a la del antiguo fútbol, a ese que nos sabíamos de memoria las alineaciones de los equipos.
DC: ¿La ola inmigratoria de futbolistas rumbo a Europa tiene coincidencias con la explotación? ¿Es una forma sutil de cambiar las formas? Sin embargo, ¿cómo están esos niños en sus países?
JPM: La gracia del Post-fútbol es que transforma todo, hasta el negocio más cruel, en parte de un deporte maravilloso que ven millones de personas. Si yo me llevo a un niño pobre de 10 años, de un barrio pobre del conourbano, a trabajar 8 horas diarias en un campo de algodón en España, lo más seguro es que sea considerado trabajo esclavo. Si al mismo niño lo llevo a trabajar 10 horas en un campo de fútbol de Madrid, dirán que es el nuevo Messi. En “Niños futbolistas” queda claro que de todos los niños que se llevan, siempre con la excusa que estarán mejor, muy pocos –por no decir, ninguno- llega a jugar. Pero te lo venden con filantropía. En Argentina todavía hay muchos que repiten que el Barcelona se llevó a Messi para ayudarlo, para operarlo, como si el Barcelona fuera una ONG donde uno lleva a niños que no crecen para que aumenten la estatura. Está demostrado, que el Barcelona ha sido la gran maquinaria tritura piernas de niños futbolistas del mundo, y por mucho tiempo con el logo de la Unicef en el pecho. De hecho, después de la publicación de “Niños futbolistas” estuvieron suspendidos dos años sin poder contratar menores.
DC: Utiliza mucho los reflejos de Diego Maradona y Lionel Messi para hacer comparaciones sobre el post fútbol. ¿Qué les genera estas dos figuras argentinas?
JPM: Diego era una estrella de fútbol, desde muy niño. Hay un video en youtube, muy chico, que le preguntan que espera del fútbol y él dice que quiere jugar un mundial, ser campeón del mundo. Lo mismo pregunto a niños latinoamericanos en mi libro, y uno espera comprarle un taxi a su abuelo y otro ponerle un saló de belleza a su madre. Ya saben que en el post-futbol esas son las copas. Y Messi, en ese sentido, es la gran estrella del post-futbol. Un chico pobre que en menos de 10 años cuesta cientos de millones de dólares, y que es capaz de abrir, iniciar, el mercado de compra y venta de menores. Todos con la ilusión del nuevo Messi. Pero Messi no en el significado de apellido de jugador de fútbol, sino que el nuevo Messi, en el significado del gran negocio de la vida.
DC: Usted menciona que “los goles ahora ya no se festejan, sino que se explican”…
JPM: Exacto. Se reinventó el gol frente a nuestras narices, y no nos dimos cuenta. Esa es una de las jugadas más radicales del postfutbol, y le ha salido genial. El jugador hace el gol y, antes de celebrarlo con sus compañeros mira al árbitro. Todos quieres abrazarse, pero no pueden. Ese momento tenso, que públicamente se odia, es el que los hinchas han comenzado a amar. Son los segundos más caros para poner publicidad en la pantalla. Y entonces el árbitro conversa con un set de televisión donde, entre todos, buscan explicar el gol. Armar un relato. Y cuando, el gol se explica, se acepta, y ya han pasado unos tres a siete minutos, entonces algunos, los mayores, los sobre 30 años, se abrazan y gritan por algo que pasó hace tanto.
DC: ¿Hoy la discusión de bar es más económica y financiera que futbolística? Hay una gran globalización sobre la cobertura de los mercados de pases. Son las grandes novedades del año…
JPM: El mercado de pases también ha cambiado, y esto es importante aclararlo, porque los medios deportivos y programas siguen hablando del mercado de pases, que va a cerrar el mercado de pases, como era antes, en la época del fútbol. En el post-fútbol no importan las fechas del cierre del mercado de pases, porque el gran negocio no es dónde juega el goleador de moda, sino quienes son sus dueños. Si un jeque quiere comprar mañana la mitad de Messi, la va a comprar en cualquier época del año y sin importarte a nadie. Los clubes son vitrinas, los dueños de los jugadores son fondos de inversiones, la canción del mercado de pases es relleno en los medios. Si tu agarras a Neymar, y lo analizas financieramente, Neymar no es del PSG: es de un fondo con varios dueños, donde está metido hasta el dueño de una cadena de supermercados de Brasil. Por eso es tan importante para el Post-futbol que seamos más hinchas de jugadores que de los equipos. Por eso empujan todo hacia allá. Para que sean los jugadores los que salgan a la bolsa, y podamos comprar acciones de arqueros, defensas, mediocampistas, y ver si ganamos o perdemos dinero siguiendo distintos equipos a la vez.
DC: ¿Qué espera de fútbol de futuro? Si es que lo habrá…
JPM: Esto no tiene vuelta atrás. Y tarde o temprano, la idea de la Superliga Europea se va a imponer. Pocos clubes, con los mejores futbolistas, recorriendo el planeta. Quizás con varias Superligas en paralelo, siguiendo el exitoso modelo de Circo de Soleil que tiene a los mejores malabaristas del planeta en varios show que recorren el mundo en paralelo. Yo me crié en el fútbol, sé las alineaciones de memoria de mi equipo, y tengo las camisetas que usaban. Pero entiendo que todo eso es pieza de museo. ¿Por qué los clubes tienen que cambiar hace siete diseños al año el modelo de la camiseta? ¿Para estar a la moda? Lo más cruel que tiene el post-futbol, es que vivimos en él sin darnos cuenta.