(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Sin suspendidos ni lesionados, hoy Boca empezó la semana de entrenamientos que desembocará en la primera gran final de la Copa Libertadores que se jugará el sábado en La Bombonera ante River.

El equipo de Guillermo Barros Schelotto se entrena para ganarle a River y sacar una ventaja para la revancha en el Monumental. Y el Mellizo deberá decidir si mantiene la formación que viene de eliminar al Palmeiras en semifinales o busca otra fórmula.

Sin embargo, en un fútbol como el argentino que es por de más pasional y que apela a cualquier método para conseguir la victoria: el Xeneize romperá una cábala que lo trajo hasta la gran final. Los dirigidos por Guillermo no podrán concentrar en el Hotel Madero como lo vienen haciendo antes de cada partido.

Y es que para este fin de semana Boca tenía estipulado jugar en San Juan ante San Martín, por lo que el hotel ya vendió toda su capacidad por lo que no podrá albergar a la delegación Xeneize de cara al partido del sábado. 

No obstante, "no hay mal que por bien no venga", dicen algunos... a raíz de este inconveniente, Boca volverá a concentrar después de varios años en el Hotel Intercontinental, el mismo que se usaba durante el primer ciclo de Carlos Bianchi en el club, cuando el Virrey se sentaba en el banco Xeneize y conseguía grandes resultados y títulos internacionales.

De esta forma, Boca pierde una cábala, pero recupera otra. El fantasma de Bianchi volverá a caminar por los pasillos del Intercontinental mientras el Xeneize busca alzar por séptima vez el trofeo más importante de América, título que no logra coronar hace más de 10 años. ¿Vuelve la mística?.