El día que Boca jugó de local en el Monumental: la curiosa historia
Se trata de uno de los Superclásicos más raros que se dieron a lo largo de los años y también uno de los menos recordados en la actualidad.
En 1984, un año muy complicado para Boca y River, ocurrió un hecho insólito que muchos no recuerdan: el “Xeneize” jugó de local en el Monumental, el estadio de su eterno rival. Ese año, los de la Ribera atravesaban una de las peores crisis de su historia, con problemas económicos, deportivos y hasta institucionales.
Luego de una pésima campaña en el Nacional 84 y un comienzo desastroso en el Metropolitano, Boca estaba al borde del colapso en todos los ámbitos. La situación empeoró cuando La Bombonera, fue clausurada por peligro de derrumbe y abandono. El panorama era tan grave que incluso se notificó la posible subasta del estadio y otros bienes del club por deudas impagas.
En este contexto, el Superclásico, uno de los eventos más esperados del fútbol argentino, seguía en pie, pero Boca no tenía un estadio donde jugar de local ni tampoco dinero para alquilar. Fue entonces cuando el presidente del club azul y oro, Domingo Corigliano, recurrió a su par de Núñez, Hugo Santilli, para hacer una “tregua deportiva” y pedirle ayuda institucional.
Sin embargo, la solución fue insólita: el Superclásico se jugaría en el Monumental, pero Boca sería el equipo local. Lo más raro fue la disposición de las hinchadas. Aunque el “Xeneize” era el local, los fanáticos de ambos equipos mantuvieron sus tribunas habituales: River en la aquel entonces Almirante Brown y Boca en la Centenario.
Además, mientras los hinchas “Millonarios” tuvieron que pagar su entrada como si fueran visitantes para entrar a sus ubicaciones habituales, los de Boca entraron gratis, un detalle más de este curioso episodio en la historia del fútbol argentino.
Cómo fue el Superclásico en el que Boca hizo de local en la cancha de River
El encuentro se jugó bajo la lluvia, lo que le agregó un toque especial. Boca se puso en ventaja cerca del final del primer tiempo gracias a un gol de Ariel Krasouski, un volante uruguayo aguerrido que siempre dejaba todo en la cancha. Tras el descanso, River igualó el marcador con un disparo de Carlos Tapia que, tras desviar en Stafuzza, descolocó al arquero Balerio.
Aunque River presionó buscando la victoria, la defensa de Boca se mantuvo firme y su arquero tuvo una destacada actuación, evitando más goles. Finalmente, el partido terminó 1-1, en un duelo que tuvo emoción, barro y un ambiente especial en un escenario inusual para los “xeneizes”.